Triunfo de los trabajadores de Ran-Bat

Escribe Bárbara Carrillo

Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de 23 días, los trabajadores de la ex Ran-Bat lograron la reincorporación de los 35 despedidos como así también el pase a planta permanente de los contratados, el pago de los días adeudados y un relevamiento del ministerio para evaluar las condiciones de seguridad e higiene de la empresa. La reapertura se tiene que dar a partir del miércoles 28 de agosto por la mañana. De ser así, nos encontramos con un triunfo importantísimo que marca todo un camino a seguir.

El día 5 de agosto pasado, los trabajadores de Ran-Bat fueron a trabajar como todos los días, pero al llegar se encontraron con el portón cerrado con candado y la desaparición de los dueños, gerencia y todo el personal de administración. Pero como si fuera poco, al intentar comunicarse con su gremio (sindicato de industrias químicas, petroquímicas y explosivas de Florencio Varela), se encontraron con la respuesta de que no podían intervenir. En lugar de volverse a sus casas a esperar una respuesta, los 35 trabajadores decidieron permanecer acampando en la puerta de la fábrica para preservar las instalaciones y la maquinaria. Comenzaron haciendo una asamblea compuesta por los tres turnos y evaluaron las mejores medidas de difusión. A las pocas horas ya se encontraban rodeados de solidaridad, de partidos y organizaciones de izquierda, de centros de estudiantes, de organizaciones sociales, pero sobre todo y fundamentalmente se encontraron con la solidaridad de los trabajadores. Los conflictos en lucha como Expreso Lomas, Canale, Ansabo, Cresta Roja, Coca Cola; y también de todo un sector importantísimo del parque industrial, desde los trabajadores de la Serenísima, La Salteña, Industrias Guidi, Cerámicas Lourdes y tantas otras más. Es ahí donde se vio la inmensa solidaridad de clase a través de los aportes que realizaron al fondo de lucha. En muchos casos, los trabajadores del parque industrial que se acercaban, tenían que luchar contra la propia burocracia de sus gremios que los instaban a no acercarse para 'no quedar pegados' a esta lucha que ya se había convertido de interés nacional y en una amenaza para todas las patronales del parque, campeonas en precarización laboral. Un dato de vital importancia es que paralelo a la organización de los despedidos se conformó la comisión de mujeres y familiares de Ran-Bat. Esto fue un paso fundamental ya que el triunfo de estas luchas, requiere la máxima unidad de las familias obreras. Esta comisión fue la encargada de la organización de un festival por el día del niño, y en pocos días lograron que sus hijos pudieran tener el festejo que merecían.

Los trabajadores pasaron por distintas instancias en este tramo. En cada una de ellas la movilización se hizo presente, discutida en asambleas abiertas. En las diferentes audiencias que se hicieron en el Ministerio de Trabajo (tanto provincial como nacional) no se presentaron jamás los dueños Alejandro y Rubén Navarro. En representación de ellos, asistía su abogado, quien intentó por todos los medios llegar a un acuerdo para lograr el cierre definitivo de la fábrica. Esto resultaba inentendible para una patronal que no había presentado recursos preventivos de crisis y que producía normalmente (de 200 a 300 baterías por día). Pero al correr los días y con una lucha en aumento, la parte patronal fue ofreciendo distintas variantes. Una de ellas fue la reincorporación de 12 de los 35 trabajadores, quienes serían elegidos por los delegados. Esto, además de ser una burla, intentó la división de los trabajadores que estaban cada vez más organizados en su lucha. Es por esto que fue rechazado y se mantuvieron firmes en lograr el triunfo total. En estos 23 días, los obreros de Ran-Bat fueron tajantes con su denuncia por la contaminación que les había causado esta patronal negrera. Dieciocho de ellos se encontraban con un altísimo porcentaje de plomo en sangre (el caso más extremo tenía 116 microgramos de plomo por decilitro de sangre),y uno de ellos se encontraba internado por esta razón. También denunciaron las condiciones insalubres en las que tenían que producir, como por ejemplo la falta de guantes o que se encontraban pinchados, delantales rotos, botas inadecuadas y mascarillas que solo servían para repeler polvillo pero no así material tóxico. Además de que no podían bañarse en la fábrica y tenían que volver a sus casas arrastrando la contaminación en sus ropas y en sus piel. En este punto es fundamental la discusión con los trabajadores para que se constituyan comisiones obreras de seguridad e higiene.

En todo este camino, los trabajadores recurrieron al método que les es propio de su clase. Las movilizaciones al Ministerio de Trabajo fueron masivas, participaron de diferentes instancias de coordinación con los diferentes sectores en lucha como por ejemplo la asamblea en el sindicato de trabajadores del neumático (Sutna) que confluyó en la movilización del jueves 22. El día anterior y de conjunto con los trabajadores de Expreso Lomas, se había realizado el corte total del puente Pueyrredón en una jornada que llevó la difusión de los dos conflictos a todos los medios del país. Esto demuestra una sola cosa: la clase obrera se encuentra de pie, luchando y en coordinación. Los trabajadores buscan los recursos y los medios para sobrepasar cualquier contención, ya sea de la patronal, del Estado o de la burocracia sindical.

Desde la tendencia del Partido Obrero saludamos la enorme lucha de los trabajadores de Ran-Bat en este momento donde están a horas de lograr un triunfo histórico. El camino emprendido por ellos se abre paso y la izquierda debe estar a la altura de las circunstancias.

Preparemos la huelga general por nuestras reivindicaciones inmediatas:

Por un salario mínimo igual a la canasta familiar indexado automáticamente por inflación.

Por coordinadoras regionales, por un congreso de trabajadores de los sindicatos y agrupaciones clasistas y antiburocráticas.

Por una Asamblea Constituyente con poder.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera