Aumentan las tarifas de luz y gas: el gobierno todavía no decide el índice para seguir subiéndolas a perpetuidad

Escribe Luciana Diaz

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Desde que comenzó el gobierno de Javier Milei, las facturas de electricidad subieron un promedio de 125% para los usuarios del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), y las boletas de gas, en tanto, aumentaron casi 900% debido al efecto doble del aumento de tarifas y del mayor consumo por el invierno, según cálculos del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el CONICET.

Ambos servicios para su cobro se dividen en tres segmentos: generación de energía, transporte y distribución. Estos dos últimos, quedaron establecidos en el “cargo fijo” que se cobra haya o no haya consumo mensual, y que tiene estipulado un incremento confiscatorio.

Para transporte y distribución ya hubo una recomposición tarifaria importante en febrero (electricidad) y en abril (gas). Para la generación, el aumento fuerte fue en este mes. La Secretaría de Energía estableció que el precio del PIST (el costo del gas que consumen los usuarios) será de -entre mayo y octubre, los meses de mayor consumo– u$s 4 por millón de BTU. Es decir, mucho más caro que durante el verano.

Caputo está haciendo garabatos para ver como cumple con todo el saqueo prometido a las empresas sin desatar un estallido social.

A través de cuatro resoluciones publicadas en el Boletín Oficial —90, 91, 92 y 93/2024— la Secretaría de Energía bajó los topes de consumo subsidiado de luz y gas que tendrán los usuarios residenciales de ingresos bajos (N2) y medios (N3), por lo que se esperan nuevos aumentos en las boletas. Es decir que sin quitarles los subsidios, en los hechos se los quita. Los de ingresos altos, (N1) ya pagan el 100% del costo de la electricidad, mientras que los de ingresos bajos (N2) y los de ingresos medios (N3) tienen una bonificación del 71,9% y del 55,9% sobre ese precio en la factura, respectivamente. La trampa radica en que estos porcentajes aplican igual que los descuentos que ofrecen las tarjetas de crédito: con topes que convierten al beneficio en irrisorio.

La Resolución 90/2024 establece una baja de los topes de consumo con subsidio para los usuarios de ingresos medios y bajos. De este modo, los usuarios de Nivel 2 (ingresos bajos) tendrán un límite de consumo base (subsidiado) de 350 kWh/mes. En tanto que los usuarios de Nivel 3 (ingresos medios), el límite del consumo base se fija en 250 kWh/mes, que hasta ahora era de 400 kWh/mes. (Página 12, 05/06). Para el gas también se establecieron topes, es decir, cifras más bajas sobre las que se aplican los subsidios, por lo que el grueso del consumo queda a cargo del usuario sin importar el nivel de ingresos.

Así, en electricidad, los usuarios residenciales, comercios e industrias en su conjunto cubren ahora el 65% del costo total del sistema eléctrico, cuando el mes pasado cubrían el 45%, según estimaciones oficiales. (La Nación, 05/06)

Este plan confiscatorio estaba coronado por una indexación mensual que lo perpetuaba. Pero como el gobierno le teme a su propia política inflacionaria y a sus efectos sobre la paciencia popular, Caputo cambió de estrategia y, para desindexar los contratos, estableció que los aumentos se hagan acorde a una estimación de la inflación del mes en curso, y no de un índice que contemplaba la inflación pasada (más abultada). En el gobierno no dieron precisiones acerca de que proyección se tomará en cuenta, pero negaron que vaya a considerarse el relevamiento de expectativas de mercado (REM), que publica el Banco Central sobre la base de estimaciones de las consultoras privadas (La Nación).

Por otro lado, el gobierno no sabe como actualizar el registro de acceso a los subsidios a la energía (RASE) para poder seguir quitandolos. Preso de su propia política de precarización y economía en negro, los datos que quiere cruzar cada vez son más escasos. Sin embargo sigue prometiendo que en próximos días pondrá en marcha un mecanismo para cruzar datos de manera más minuciosa y sigue agregando impedimentos para acceder a cualquier tipo de bonificación en las facturas.

Para este año, Caputo espera reducir los subsidios de la energía de 1,5% del PBI a un punto, aunque el principal enemigo es la Secretaría de Energía de Chirillo y su ineficiencia. Ya vimos como el abandono de las obras de las plantas compresoras del Gasoducto Nestor Kirchner -que le hubieran permitido duplicar el volumen del gas distribuido- lo obligaron a importar de emergencia gas licuado, gasoil y fueloil por más de 600 millones de dólares que, además, le salieron un 30% más caros que una compra planificada en tiempo y forma.

La crisis energética tiene más repercusiones porque obliga a los gobernadores a intervenir o a hacer una pantomima, por lo menos, dado el efecto que los tarifazos tienen sobre las economías regionales. Esto se acentúa en la Patagonia, donde el subsidio por zona fría ha pasado a ser totalmente inocuo. A esto se suma que acaba de pagar la deuda que tiene con las energéticas emitiendo bonos, abultando la deuda del Tesoro.

Es una encerrona porque, de un lado al gobierno lo apabulla el miedo a una reacción popular, y del otro, tiene que seguir juntando dólares para pagar al FMI, razón por la cual no puede seguir beneficiando a las empresas de energía con subsidios estatales y las complace con tarifas que superan ampliamente los costos reales y que alimentan el enojo popular que al gobierno apabulla.

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Sin gas y con tarifazos Nota de tapa de Política Obrera N°96 edición impresa. 29/05/2024.

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