Tiempo de lectura: 4 minutos
FANAZUl, ubicada a 30 km de la ciudad de Azul, es una de las fábricas que integran el complejo de Fabricaciones Militares S.E. junto con las plantas de Fray Luis Beltrán, San José de Jáchal, Rio Tercero y Villa María. Fabricaciones Militares había sido incluida dentro del Proyecto de Ley Omnibus primigenio presentado por el gobierno libertario en enero. De las 41 empresas estatales que se incluían en dicho proyecto, el gobierno ha reculado y han quedado 11 sujetas a ser privatizadas. En 2017 durante el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en provincia, la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos (FANAZUL) fue cerrada despidiendo a 200 trabajadores y en junio de 2023 reabrió sus puertas. Al igual que hace siete años, la empresa comenzó un proceso de “despidos encubiertos” y desguace, lo que muchos trabajadores avizoran con un posible nuevo cierre.
El martes 4 se realizó una jornada de “visibilización” impulsada por ATE por la paralización de la producción, en la que se denunció el desguace de la fábrica que cuenta con 123 empleados y señalando que el plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, no es más que la antesala de un nuevo cierre de la planta.
Hace unos 20 días atrás se hizo presente en la fabrica el director de Fabricaciones Militares (FM), Hugo Pascarelli, quien anunció que, desde su dirección, la meta era la optimización de la fábrica. Un engañapichanga, que los trabajadores denuncian teniendo en cuenta los antecedentes del año 2017 y la ola privatizadora de la década de 1990. La maniobra del gobierno nacional quedó expuesta cuando, a las pocas horas de la visita de Pascarelli, comenzaron a llegar mails a los trabajadores por parte de Carlos Ruffini, jefe de producción, en el que se comunicaba la paralización de la producción.
FANAZUL fue inaugurada en1946 y dedicó su producción a la elaboración de TNT, DNT y otros derivados de la nitración del tolueno, explosivos gelatinosos, agentes de voladura, explosivos pulverulentos, emulsiones, boosters y carga de proyectiles para las Fuerzas Armadas y usos civiles. En 1990 y con el postulado del gobierno menemista “Empresa del Estado deficitaria, se privatizará”, FANAZUL fue privatizada y de 270 trabajadores, 125 fueron echados de sus puestos de trabajo. Durante la década del 90 los despidos continuaron y en 1999 los trabajadores conforman una cooperativa de trabajo que cumplía contratos con Bolivia y Perú. Durante el gobierno de Néstor Kichner los fabriqueros fueron incorporados como parte del personal de FANAZUL pero de manera contratados, es decir, precarizados. Toda una línea política de los gobiernos kirchneristas. Ya durante el gobierno de Macri, la empresa comenzó un proceso de vaciamiento que se manifestaba en la falta de insumos para cumplir con los compromisos adquiridos. En este contexto la fábrica, como se señala más arriba, cierra sus puertas y luego de la lucha, que incluyo ollas populares, movilizaciones masivas, acampes y cortes de ruta de los fabriqueros, la planta se pone nuevamente en funcionamiento en 2023.
Desde la dirección de FM manifiestan que la paralización de la producción se debe a que se cayó el contrato con la empresa de capitales australianos Exca-Orico que opera en Perú. Esto fue desmentido por los trabajadores quienes aseguran que el contrato con la empresa peruana se firmó por cinco años y que sigue vigente. De hecho, en septiembre del 2023 se efectuó la primera exportación de 21,6 toneladas de Mastermix, explosivo utilizado para actividades mineras. Los trabajadores también señalan, con la experiencia de quienes producen, que la capacitación a un obrero para el manejo y la producción de explosivos debe constar de mas de 1000 horas de trabajo. En este sentido, los retiros voluntarios y despidos complejizan la reactivación de las tareas específicas de la fábrica y por ende a la producción en general.
Queda de manifiesto que, desde la dirección de FM con la anuencia del gobierno liberticida, llevan adelante un plan de vaciamiento y desguace de la fábrica, que justifique una futura privatización o el cierre liso y llano de la planta de Azul.
Como se señala arriba, ante este cuadro de situación, el martes pasado se desarrolló una jornada de “visibilización” en las instalaciones de la fábrica. En la misma participaron el intendente de Azul, Nelson Sombra (Unión por la Patria), diputados y senadores provinciales, concejales y la dirección de ATE provincial, que se mantiene en alerta y movilización. Los apoyos dados a los fabriqueros tienen la clara intención de encorsetar la lucha, para que no recojan la experiencia de acción directa que culminó con la reapertura en 2017. Concretamente quieren anular el desarrollo de intervención independiente de los fabriqueros en relación con los partidos patronales. Es un punto neurálgico ya que en el proceso que desembocó en la puesta en funcionamiento de 2023, un sector de los fabriqueros fue cooptados por el “hay 2019” de los nacionales y populares, quienes, con Agustín Rossi a la cabeza (ministro de Defensa de ese momento) reincorporaron a los fabriqueros con la mitad del salario. Esta línea de acción quedó plasmada en la intervención de Claudio Arévalo, secretario general de ATE en la provincia de Buenos Aires, quien señaló: "el año pasado vinimos a festejar el acuerdo por la reincorporación de los compañeros y las compañeras que habían sido despedidos" durante la gestión de Mauricio Macri y que regresaron a FANAZUL "gracias a un gobierno nacional y popular". Arévalo, no sólo no trazó una línea de acción que tienda a preservar los puestos de trabajo, sino que llevó adelante una reivindicación del gobierno de Alberto Fernandez (!!!). Detrás del discurso de barricada de Arévalo, quien llamo a seguir en las calles, se esconde la política de inmovilismo y de dispersión de las luchas por parte de ATE.
La lucha contra los despidos y suspensiones masivas debe estar apalancado por un programa que tenga como norte la ocupación de empresas (privadas y estatales) que suspendan o despidan, que sean preparadas y discutidas en asambleas y plenarios. El conflicto de los fabriqueros de FANAZUL se desarrolla en el marco de despidos masivos de trabajadores estatales y cuando Milei anuncia 50.000 despidos más. Esta política de guerra contra los trabajadores no puede ser enfrentada con medidas dilatorias llevadas adelante por la burocracia de ATE, que lo único que logran es la dispersión de los activistas y del conjunto de los trabajadores. Llamamos a incorporar al programa de lucha de los trabajadores de FANAZUL las reivindicaciones de reparto de las horas de trabajo, sin afectar el salario; la apertura de las cuentas de la empresa y lanzar una agitación por medio de una campaña por la ocupación de la planta y la coordinación de otros sectores afectados por las políticas de ajuste del gobierno libertario. El programa debe encaminar a los fabriqueros a construir la Huelga General, en defensa de sus puestos de trabajo y por la derrota del gobierno antiobrero de Milei y su pandilla, en todas sus líneas.