Atentos a lo que pasa en Acindar y Fate

Nota de tapa de Política Obrera N°12

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La patronal de Acindar amenaza con trasladar buena parte de las líneas de producción de su planta de Villa Constitución a Brasil. La razón, según la empresa, es la “intransigencia de la organización gremial de la fábrica”.

La respuesta de la Junta Interna de la planta no deja dudas: los compañeros señalan que, cuando se discutió la reanudación parcial de la producción, la representación obrera sostuvo “una posición muy firme respecto del cumplimiento de los protocolos” (de salud).

La patronal, por lo tanto, amenaza con su retiro… ¡cuando la organización obrera sale a defender la salud y la vida de los trabajadores! Y con ellos, de toda la población del sur santafecino.

Las patronales quieren la “vuelta al trabajo”, pero sin hacerse cargo de la condición vital de quienes, con su trabajo, crean la riqueza social.

En un episodio, en sólo una fábrica, queda retratada la incompatibilidad entre el régimen social capitalista, de un lado, y la sobrevivencia y futuro de los trabajadores – y de la humanidad toda, del otro.

Y, sin embargo, estas patronales -como Acindar, Fate, Techint y tantas otras- ¡cuentan con los fondos del Estado para pagar los sueldos!

El tesoro público, y también los recursos del Anses, deberían asegurar el sostenimiento real de los jubilados y desocupados en medio de la pandemia – y no “asistencias” miserables y tardías.

Esos recursos, en cambio, rescatan a los capitalistas. Pero los capitalistas utilizan el salvataje -y el levantamiento atropellado de la cuarentena- para degradar las condiciones laborales, salariales -y peor aún- la seguridad sanitaria.

Es lo que pretendían en Bed Time, y los derrotó la ocupación obrera.

Es lo que ocurre ahora en Fate, donde la patronal quiere imponer fuertes reducciones salariales con el retorno al trabajo.

Pero el comunicado de la patronal de Acindar, quejándose de la “intransigencia obrera”, es toda una confesión de partes.

Hay una clase obrera que se pone de pie y asume la defensa de sus derechos y conquistas.

La acción de esta nueva generación de luchadores delata a una burocracia sindical que, como nunca, se ha dedicado a auspiciar la degradación salarial y sanitaria en medio de la pandemia.

La enorme crisis nacional le dará a esta vanguardia otra tarea histórica: la de imponer una salida obrera a la catástrofe social y sanitaria, a la cesación de pagos y a la sangría nacional.

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