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Culmina una campaña hacia las elecciones internas marcada por la apatía de la población (los comicios de mañana serán una instancia no obligatoria en la que se definirán los candidatos que competirán en octubre por la Presidencia de la República). Según proyectan las principales consultoras, apenas un 40 % del electorado concurrirá a votar este domingo. El frío no es solo por el invierno.
En el Partido Nacional descuentan que Delgado, el hombre del presidente, se impondrá con aire sobre Laura Raffo, la desafiante que ha visto caer su intención de voto a medida que se acercaba la fecha de la elección. En el FA, quien “había manejado el objetivo de conseguir más de 400.000 adhesiones en la instancia, ese objetivo fue gradualmente atenuado por la dirigencia, que ahora considera un resultado óptimo superar los 350.000 votos”, observa el semanario Búsqueda (27/6). En el Partido Colorado, atomizado en múltiples candidaturas, consideran un triunfo superar los cien mil votos entre todos los contendientes. Las elecciones internas a todas luces se tratan de una ficción impuesta a la sociedad para resolver las contradicciones de los partidos del régimen. Los observadores coinciden en que la actual es una campaña que “no prendió” en la población. Se quedan cortísimos. El derroche de recursos contrasta con las carencias de todo tipo que padece el cuerpo que es convocado a sufragar. Las internas son un mecanismo averiado que apenas disimula el derrumbe de partidos agotados históricamente.
La indiferencia del electorado se explica, según el politólogo Daniel Chasquetti, en que todos los precandidatos son “moderados” y presentan pocas “variantes”, un poco más a la izquierda o hacia la derecha, lo que quita atractivo al “menú electoral” (ídem anterior). En otras palabras, la campaña se reduce a una disputa de candidaturas sin contenido; o sea, de arribistas.
Álvaro Delgado, quien por sí mismo no aporta un solo voto al caudal original de su partido, se impondrá a una Raffo que no esbozó ni un gesto fuera de los marcados por los asesores de imagen: consultada por sus aspiraciones ante la evidencia, subrayó, una vez más, que su manera de hacer política es “trabajar por y para la gente”.
Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, uno de los socios menores del gobierno de Coalición que llevó a Lacalle Pou a la presidencia, no ahorró palabras al definir que un triunfo del Partido Nacional en octubre sería como una “reelección con otro nombre” y destacando que Delgado representa “más de lo mismo”.
El Frente Amplio no se queda atrás en esta campaña carente de contenido: “¿No sería maravilloso mostrarle una vez más al mundo que Uruguay levanta cabeza del retroceso y va a construir la esperanza abrazado del progresismo y de la mano de una mujer?”, lanzó Cosse en el acto de cierre.
“Insistió con su capacidad de gestión y en que es la indicada para liderar un gobierno progresista”, recoge Búsqueda. Desde el MPP, en el sector de Orsi se encargaron periódicamente de “pegarle” a la exintendenta, pero por motivos singulares: “El objetivo de esos dardos, dijeron a Búsqueda fuentes del MPP, era desprender la imagen de Cosse de ese sector político, porque la dirigencia manejaba datos que indicaban que casi el 20 % de los frenteamplistas creía que la precandidata estaba vinculada al espacio 609, sector que la respaldó en su primera precandidatura en 2019”. La pauta la marcan las agencias publicitarias. En todo este entrevero no tuvo lugar ninguna discusión política. Se trata de una campaña replegada sobre sí mismos.
El semanario El Popular del PCU, que apoya a Cosse, destaca del discurso de cierre de su candidata la siguiente frase: “Hay dos caminos, el progresista y el conservador” (El Popular N° 683, 27/6). Se trata de una distinción significativa. La denominada izquierda del FA rechaza no ya el socialismo o el gobierno de los explotados, sino incluso el mote de “izquierda”. Un aggiornamiento dentro del aggiornamiento anterior. ¿Los votantes de izquierda del FA han tomado nota de esto? Estamos ante la pérdida completa de la identidad del sector que reclamaba un giro precisamente a la izquierda. Ahora confiesa que no tiene condiciones ni intenciones de dar esa pelea.
Si agregamos la ausencia completa en los discursos de cualquier referencia al plebiscito en defensa de la seguridad social, el círculo cierra perfecto. Hay que sacar las conclusiones que se desprenden de este estado de cosas.
Desde el Partido de los Trabajadores nos hemos empeñado en una campaña atada a la lucha por el plebiscito en defensa de la seguridad social y la necesidad de la pelea por un gobierno de trabajadores, que es precisamente el sublema con el que intervenimos en estas elecciones internas en el marco del acuerdo electoral Unidad Popular – Frente de Trabajadores. Aprovechamos cada momento de los escasos minutos de exposición que brindan los medios para arrojar claridad sobre la etapa que atravesamos y cuales son las tareas. Nuestra compañera Andrea Revuelta, candidata a vicepresidenta, ha advertido desde el vamos que las elecciones no van a resolver la situación de estancamiento económico ni ninguna de las demandas de los explotados. Se trata de un ángulo opuesto al del electoralismo que persigue integrarse al régimen. Hemos rechazado el camino de repetir eslogans vacíos para atrapar votos, y de entrada llamamos a romper con los partidos que son cómplices de la pérdida salarial y la estafa jubilatoria, dejando en claro el carácter falaz de una contienda que gira en una supuesta “grieta” o polarización que no es más que una trampa para estafar a los trabajadores. Para que en octubre gane el plebiscito, hay que echar por tierra esta mascarada.
La fórmula de la UP-FT fue la única presente en las numerosas movilizaciones de protesta por la mascare sionista contra el pueblo palestino.
Ha sido una campaña que, naturalmente, no fue perfecta: las internas se hacen muy cuesta arriba para las formaciones sin aparatos ni recursos. El acceso a los medios es monopolizado por quienes tienen el apoyo de grandes capitalistas, lo que se vuelve obsceno si agregamos que la legislación no prevé, como ocurre en otros países, un espacio mínimo para el conjunto de los competidores. Con estos grandes obstáculos nos hemos valido de las internas para desplegar una política socialista y desarrollar con más vigor la presencia de la corriente histórica que ha sido realmente independiente del capital y del estado. Vamos con la 1917.
Elecciones en Uruguay: panorama político Por Camilo Márquez - Partido de los Trabajadores (Uruguay), 05/06/2024.
Por cientos de convencionales para la lista 1917 del PT Uruguay. Por un gobierno de trabajadores y por el socialismo. Por Partido de los Trabajadores (Uruguay), 09/05/2024.
Las elecciones en Uruguay y la campaña del PT Por Rafael Fernández, 09/05/2024.