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El pasado 30 de abril, los estudiantes del Joaquín V. González participamos de una asamblea convocada por las organizaciones de izquierda y el activismo del profesorado. La misma giró en torno a las problemáticas de cursada que venimos teniendo bajo la modalidad virtual. A la faltante de notebooks y acceso a internet, se le han sumado distintas irregularidades. Por ejemplo, listados incompletos, dictado de clases por fuera del horario de cursada, mal funcionamiento del aula virtual del INFoD o evaluaciones de distinto tipo cuando muchos compañeros aún no han podido empezar a cursar. El trabajo en negro o precario también coloca diferentes trabas, ya que muchos estudiantes no cuentan con los ingresos económicos necesarios para sostener la cuarentena. Del mismo modo, la propia virtualidad implica una sobrecarga de tareas para nuestros docentes, que siguen cobrando sueldos muy por abajo de la inflación. Todos estos elementos entorpecen el desarrollo de las clases virtuales y favorecen la deserción, en un momento en que distintos sectores capitalistas presionan por el levantamiento de la cuarentena para “reactivar la economía”.
Frente a estos problemas, ni el gobierno de la Ciudad ni el gobierno nacional han tomado las medidas necesarias para que las clases virtuales se desarrollen de manera eficaz. No olvidemos que millones de personas que han solicitado el IFE no obtuvieron más que un rechazo de parte de la ANSES. Por su lado, Rodríguez Larreta ha adelantado que pretende pagar sueldos “escalonados” a los docentes, luego de anunciar que no daría por aprobados los postítulos que dicta nuestra institución. Asimismo, tanto el rectorado del JVG como los jefes de departamento han menospreciado los reclamos de los estudiantes y se han limitado a elaborar hojas de ruta que llaman a evaluar a través de trabajos prácticos, pero no a calificar. Esta indicación es cuanto menos confusa, habida cuenta de que muchos compañeros aún no tienen acceso a la virtualidad por falta de netbooks y tablets. Tampoco sabemos cuántos son los estudiantes que se hallan en esta situación, debido a que las autoridades no han impulsado el relevamiento necesario para elevar un reclamo al gobierno.
Por estas razones, la asamblea del 30 de abril votó una lista de reclamos que incluyen la entrega gratuita de computadoras y wifi, extensión indiscriminada del IFE y del plan Progresar, aumento presupuestario para educación y salario mínimo igual a la canasta familiar para docentes, entre otros ítems. También se votó una campaña de fotos por redes sociales para visibilizar los reclamos, la defensa de los postítulos y planes 2005 a 2012, solidaridad con los trabajadores de Bed Time y distintas luchas obreras y la participación en la marcha del jueves 7 a la Legislatura.
Desde la UJS-PO Tendencia propusimos la conformación de foros por departamento para invitar a los estudiantes a debatir de conjunto estas problemáticas en sus carreras, así como el reclamo a la conducción del CEJVG (La Caravana-Patria Grande) la convocatoria a una asamblea general. Desde el inicio de la cuarentena, La Caravana ha rechazado cualquier tipo de convocatoria a estudiantes y docentes para discutir sobre esta situación. La confianza que esta agrupación deposita en el gobierno nacional no puede ser una excusa para ignorar las demandas estudiantiles y rechazar el rol fundamental que debe cumplir un centro de estudiantes: organizarnos por nuestros reclamos. Ambas propuestas fueron votadas a favor. Por todo ello, invitamos a todos los compañeros del JVG a exigir una asamblea general del centro y a sumarse a la campaña de fotos para exigirle al Estado el cumplimiento de nuestras demandas.