Escribe Jorge Altamira
Desgrabación de Altamira Responde, 18/7/24
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Hoy quiero contestar una pregunta que nadie me ha hecho, probablemente por un problema de tiempo o lo que fuere, y que entonces yo me voy a hacer a mí mismo, yo le voy a preguntar a Altamira sobre un problema crucial y quiero escuchar lo que él responde a esa inquietud. La lucha de clases en este país ha llegado a un punto muy alto con el ataque desencadenado por las patronales contra los trabajadores del SUTNA. Es el punto más alto, en primer lugar, porque son despidos masivos en la industria y, en segundo lugar, porque la empresa Bridgestone ha decidido paralizar la producción y la parálisis de la producción, en todas las circunstancias, es una suerte de lockout patronal. Naturalmente que alegan una serie de problemas de producción, vamos a ver esos problemas de producción, pero bueno, van un poco más lejos de esos problemas de producción. Ya la patronal de Fate consideraba o denunciaba que no ayudaba al proceso de producción la agitación política y gremial que se vivía en la fábrica y que adjudicaba naturalmente al sindicato. En el caso de Bridgestone va incluso más lejos, es menos estentóreo lo de Bridgestone, pero va más lejos: dice que ha perdido mercados como consecuencia de la lucha del sindicato del año 2022. Y ¿por qué ha perdido ese mercado? Porque alega que en el exterior no hay confiabilidad en la oferta de neumáticos a partir de esta conflictividad sindical. Esto significa que, para Bridgestone, el sindicato es un obstáculo a un proceso productivo generalizado y llama mucho la atención que señale esto en un momento en que los responsables de la completa parálisis de la industria tienen nombres y apellidos, se llaman Luis Caputo y Javier Milei.
La caída de la producción industrial es absolutamente fenomenal como consecuencia del plan económico del Gobierno. Como ha confiscado las jubilaciones, ha confiscado los salarios, ha roto contratos ya establecidos con la obra pública, no paga los gastos que hace y al que le corresponde cobrar por esos contratos le ofrece deuda del Tesoro, es el responsable de una parálisis económica productiva absolutamente descomunal. Pero Bridgestone dice que no es así, ni siquiera lo menciona. Dice que el sindicato es responsable por un conflicto que ocurrió hace dos años y que fue relativamente prolongado, porque el núcleo fundamental del conflicto se desarrolló durante dos o tres días en su fase final, pero dice que esto ha perjudicado la confiabilidad de la empresa en el exterior.
La alevosidad de este ataque al sindicato queda muy subrayada por una circunstancia y es que Bridgestone es una empresa internacional. Allí donde Bridgestone Argentina no venda, va a vender Bridgestone Brasil o Bridgestone México. Y esta reorganización de los mercados para Bridgestone, que ha sido una decisión interna de la administración de la empresa y en función de un conjunto de variables económicas, se le atribuye a un conflicto gremial de hace dos años y a la presencia del sindicato. Pero también llama la atención por otro motivo. Bridgestone dice que no puede vender neumáticos al exterior por el sindicato, los sojeros dicen que no pueden vender la soja al exterior por el tipo de cambio. ¿Bridgestone no tiene el problema de tipo de cambio? Si tuviera -como lo tiene, efectivamente- el problema de tipo de cambio, es doblemente más llamativo este ataque sindical. Por lo tanto, el lugar que ocupa el conflicto del SUTNA en todo el escenario del país es que estamos ante una avanzada mayor, en un contexto donde los despidos de Techint en Avellaneda, los despidos de Techint en Villa Constitución, el cierre de Acindar, los despidos en la construcción y despidos en general en todos lados (algunos simplemente no se informan porque se trata de empresas de un volumen de producción menor) adquiere acá un punto fundamental. En estas circunstancias tenemos dos grandes problemas: el primer problema… ¿hay una respuesta de la clase obrera estrictamente a la crisis económica y a la caída de la producción, o esta crisis económica y la caída de la producción es una fatalidad que los obreros deben resignarse a sufrir y, en todo caso, podrán ejercer un voto en el año 2025 parcialmente en las parlamentarias y otro más completo en el año 2027 y, entre tanto, tener que vivir en la calle porque en este país no hay un seguro de parado, de manera que no se contempla la circunstancia económica de una desocupación masiva? ¿Existe esa fatalidad? No existe absolutamente ninguna fatalidad y es muy importante que los sindicatos tengan un programa frente a esta situación, porque si tienen un programa van a desarrollar entre los trabajadores la credibilidad de que una lucha contra la desocupación puede culminar en una victoria. Si no tienen un programa, sería una especie de pulseada entre obreros y patronales en los que los patronales controlan el proceso de la producción y dicen ya nosotros no producimos más, y entonces desarrollan un lockout.
En la cuestión del programa la situación es muy clara: si la producción cae y las horas disponibles para la producción menor empiezan a darse, hay una respuesta y es que se repartan las horas de trabajo. Naturalmente sin afectar al salario, porque si afectaran al salario, nuevamente el trabajador cargaría con la consecuencia de esa desocupación o una variante indirecta de un despido; no me despiden una parte del personal, pero a la totalidad del personal le sacan el salario, digamos que se repartiría la pérdida salarial. Sin tocar el salario, reparto de las horas de trabajo. Esta medida debe complementarse con otra muy importante que es la apertura de los libros de las empresas. Por ejemplo Fate alega pérdidas, sin embargo, las empresas argentinas en general, en medio de esta crisis, aún están acumulando ganancias y en el caso de los Bancos, las mayores de la historia. ¿Por qué las mayores de la historia? Y bueno, por esta cantidad de bonos del Tesoro, procesos especulativos etc., aunque voy a decirlo con toda claridad: gran parte de esas ganancias son por el momento ficticias. ¿Qué quiere decir ficticias? Están anotadas en los libros, pero van a ser reales cuando se conviertan en dinero. Entonces, tener un bono del Tesoro que rinde cada vez más por distintas circunstancias, o tener unas Leliq de antes, o pases del Banco Central que pagaban estas fortunas infla la contabilidad de la empresa, pero después tenés que ir a vender esos títulos y, a la hora de venderlos, hay que ver lo que cobrás, ¿habrán caído? Si cayeron perdiste, lo que antes figuraba como ganancia contable ahora figura digamos como una pérdida, pero sobre el avance de las ganancias ficticias se desarrollan un montón de procesos especulativos. Por ejemplo, un banco declara que tiene ganancias contables formidables y sus acciones suben en la Bolsa, entonces los dueños de la empresa venden acciones, hacen la diferencia y se cobran el dinero encima de una ganancia ficticia. Ustedes se dan cuenta de lo que está en juego acá y hago este desarrollo para que la comprensión del problema sea completa. Es necesario el reparto de las horas de trabajo, plantear el reparto de las horas de trabajo como una salida viable en esta circunstancia de crisis y la apertura de los libros e incluso, si una empresa a través de sus libros muestra que tiene pérdidas fenomenales, va a haber que investigar en qué operaciones ha incurrido para esas pérdidas fenomenales. Por ejemplo, hace poco tiempo en el diario La Nación un economista explicaba que la suba de los dólares paralelos, eso que se llama contado con liquidación, etc., es el resultado de fuga de dinero al exterior; entonces muchas veces esas operaciones financieras disimulan que una empresa que dice tener pérdidas en realidad tiene ganancias y las está disimulando mediante una fuga de capitales.
Abrir los libros y repartir las horas de trabajo. Es muy importante hacer una agitación intensa con este tema. Yo voy a decirles algo personal; hace muchos años, bueno, tantos no, cuando todavía la dirección del SUTNA no había ganado el sindicato, pero era dirección de la seccional de San Fernando, yo me reuní con los dirigentes del SUTNA, con un grupo de dirigentes, charlamos, discutimos problemas y recomendé que el sindicato tuviera un boletín. Y que, no habiendo todavía despidos, pero había la apreciación de que podía haberlos, se hiciera una campaña entre los trabajadores para que llegado un conflicto hubiera una comprensión profunda de lo que significa la consigna de repartir las horas de trabajo sin tocar el salario y que se abran los libros y las cuentas de las empresas. Me interrumpo un minuto: en el día de ayer o anteayer, empleados bancarios estuvieron denunciando que hay fuga de capitales. Y por primera vez la fuga de capitales es denunciada por los empleados bancarios que manejan las cuentas de los bancos. ¡Fantástico, fantástico! Porque esto revela hasta qué extremo la clase productiva de la sociedad es el trabajador y no el capitalista y tiene la comprensión del proceso que pasa en esos bancos. Sería muy importante si el sindicato bancario, a partir de estas denuncias, ordenara al sindicato un control efectivo de todas las cuentas de los bancos y apoyándose en eso luchara para que no se grave con impuestos al salario, como se aprobó recientemente en el Congreso, y eventualmente ante los despidos se pudiera actuar de esta manera. Este es un punto de la situación.
Disculpen la extensión, pero es un asunto serio, se juega el destino próximo del movimiento obrero, vamos a pelear por la victoria de los trabajadores del neumático, entonces quiero avanzar. Cuando Bridgestone dice que el conflicto de hace dos años le hizo perder confianza en el exterior y entonces ya no va a exportar más, va a producir para el mercado interno y por lo tanto a reducir consideradamente la producción, también se hace eco de lo que Madanes Quintanilla, el dueño de Fate, había dicho antes: que la situación en la fábrica desde el punto de vista de la patronal no la podía manejar, lo que es absolutamente mentira, pero esto ya es un ataque a la clase obrera como tal. Lo de Bridgestone como lo de Fate. Es un ataque que está diciendo lo siguiente: miren muchachos, acá tenemos que establecer el estado de sitio, en Pirelli, en Bridgestone y en Fate el estado de sitio. Y el estado de sitio es la intervención del sindicato. Gran parte de los instrumentos del estado de sitio están en la Ley Bases, ¿por qué están ahí? Porque habilitan, y hoy se lo recordó a la CGT en una reunión en que estuvo con el Gobierno pactando intereses recíprocos, este habilita a tomar medidas contra cualquier acto de acción directa que los obreros o los sindicatos desarrollan en defensa de sus propios intereses. Lo está planteando: que efectivamente intervenga la represión y por otro lado, probablemente, directamente la intervención de los sindicatos si no cierran las fábricas.
Un fenómeno de estas características se va a desarrollar más con el tiempo en distintos lugares porque la experiencia del neumático, ya se los señalé con anterioridad, se da en Acindar de Villa Constitución, se dio en Techint de Avellaneda, se da en Scania de Tucumán. Quiero mostrarles este ejemplo de Tucumán: una poderosa empresa internacional de camiones, Scania, una empresa sueca, también está haciendo lo mismo y es muy interesante porque la empresa sueca puede tener problemas si en Argentina hay una demanda menor de camiones; tienen todo el mercado internacional para ir a los camiones, así que puede de algún modo redistribuir, pero no importa, está comenzando a despedir trabajadores. Frente a este problema se plantea una cosa que es muy interesante, que es simple. El recurso a la huelga es relativamente ineficaz. Por ejemplo, una empresa como Bridgestone dice que está abarrotada de stock, por lo tanto no necesita que se produzca nada, en una huelga nadie va a producir nada. No digo que sea funcional a la empresa, pero por lo menos no tiene ninguna eficacia la medida. Habrá que desarrollar esa huelga por meses y meses para que cobre alguna eficacia. Entonces se plantea un recurso político, un método de lucha que se ha aplicado en Argentina y en todas las fábricas del mundo en alguna ocasión y repetidamente, que es la ocupación de las empresas. Es decir, “vos no vas a sacar el stock, usaste el stock para despedirme, decir que no me necesitás, y bueno, yo te ocupo la fábrica y vos no sacás el stock, porque yo voy a defender a mi familia contra tu afán de ganancia, vos ganaste mucho en tu vida explotando trabajadores y ahora podés aguantar un receso, yo no puedo aguantar un receso, las exigencias económicas de sobrevivencia de la familia, de los chicos, de los padres, de todos los que fuera, el día a día”. Entonces plantear ocupación de fábricas. Ahora las ocupaciones de fábricas son un recurso extremo, cuando digo extremo no quiere decir que es malo, quiero decir que no es el primer recurso, nada más. Eso de que los recursos extremos son malos es una canallada porque están haciendo varias guerras en el mundo y matando miles y miles y millones de personas y a eso no lo llaman un recurso extremo, ¡que es un recurso extremo! Ir a la guerra a resolver diferencias capitalistas es un recurso extremo, pero es un recurso extremo canallesco. Este es un recurso extremo positivo, defendemos al pueblo, defendemos su capacidad adquisitiva, defendemos su salud, defendemos su moral, etc. etc. Ahora, naturalmente para que las ocupaciones de fábrica sean también efectivas, es necesario que no queden aisladas, y para eso hay que hacer una campaña para que este método de lucha sea entendido, que se aplique en forma más o menos generalizada, que se aplique en Villa Constitución, que se aplique en Tucumán, que se aplique en Avellaneda, que se aplique en San Fernando, en Merlo o en Lavallol. Un movimiento generalizado y, de ese modo, la clase obrera va a plantear su demanda de conjunto a este régimen liberticida para el cual la vida del trabajador es una simple variable de ajuste.
Como ustedes ven, he hecho una intervención que está fuera de los parámetros de tiempo que se usa en este Altamira Responde, pero es un llamado político, y no he tratado de abreviarlo y hacerlo masticable, sino que quiero que lo comprendan, y si no lo comprenden en una vista de este video, véanlo de nuevo. Y cuando lo vean de nuevo discútanlo con alguien, y con esto estoy contestando los millones de preguntas que vienen desde hace tiempo hasta aquí, que es cómo, cómo, cómo, cómo le ganamos a este, cómo le ganamos al otro. Bueno, así le ganamos al otro, con un programa, una política, discutiéndolo con todo el mundo y tomando medidas de organización.
Ahora hay vacaciones escolares, pero apenas terminen las vacaciones escolares hay que plantear acciones de lucha de los estudiantes; por ejemplo de los secundarios de Villa Constitución, de los secundarios en la localidad de Tucumán donde está Scania, de los secundarios y universitarios de Avellaneda. En Avellaneda hay universidades, de la UBA, de todo el mundo en apoyo a todo esto. Y cuando hagan todo esto, ¿qué van a estar haciendo? Van a estar defendiendo el presupuesto de la universidad, que Milei se lo ha serruchado y se lo sigue serruchando después de lo que se llamó la mayor marcha política de alguna manera o reivindicativa o de protesta de la historia argentina. Y así se conjugan los intereses de todas clases sociales que son agredidas por un régimen capitalista fuera de control, como es todo régimen capitalista, porque la superación de esta situación no es el control del capitalismo, sino poner fin al capitalismo y construir una sociedad cuya medida social o cuya regla social sea el bienestar material, moral, espiritual y el futuro de las personas. La vida misma. Gracias.