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El martes 23 la patronal de Puna Mining despidió a 140 trabajadores mineros. El proyecto de producción corresponde al carbonato de litio grado batería, ubicado en el Salar del Rincón y operado por Puna Mining en unión con la empresa australiana Argosy Minerals. La empresa comenzó sus trabajos de exploración en 2017. En abril de este año, inició su fase comercial.
El martes pasado era el último día del roster (turno). Las directivas fueron que no “subía” el roster de reemplazo y que iban a tener una charla en el SUM de la empresa con los directivos. El anuncio fue que la planta se encuentra en proceso de “reestructuración operativa”, ante la caída del precio internacional del carbonato litio. La tendencia de caída ronda el 80% en los últimos doce meses. En criollo, el argumento para justificar el recorte del personal fue que “es más caro producir que vender”.
Según energiasrenovables.com, el mercado ha experimentado una caída histórica en sus precios desde su pico más alto entre 2022 y 2023. Se espera que los precios de las baterías caigan por debajo de los 100 dólares/kWh en 2027. Esta caída se registra especialmente en el carbonato de litio, que es lo que se produce en la puna salteña. La baja es atribuida a varios motivos: la baja en costos de extracción en la región y una fuerte producción de litio, una reducción en producción de Australia (de donde proviene el capital para Puna Mining) y el posicionamiento de China que ha superado la demanda global.
En las primeras horas circuló que podían desarrollarse medidas de fuerza por parte de los trabajadores en la Ruta 51 de Campo Quijano. A la par, la patronal circuló un comunicado: “Hoy nos corresponde ser responsables también (…) y es por eso que nos comprometemos a acompañarlos en esta transición, esperando poder volver a convocarlos, cuando el contexto internacional lo permita”. Lo cierto es que en tiempos de vacas flacas las patronales trasladan sus pérdidas a los trabajadores y sus familias. El argumento de que la patronal va a recontratarlos busca un compás de espera que evite cualquier reclamo.
Estos despidos mineros vuelven a colocar que el boom del litio no es más que un relato. Los atrasos en el pago de las quincenas, la falta de indumentaria adecuada, la falta de acceso a la salud en condiciones adversas, las violaciones a convenios, que han despertado un reguero de luchas mineras, lo exponen de cuerpo entero. Finalmente, el pacto de Sáenz local como el pacto con Milei no representan más que un hundimiento de las condiciones laborales. La “seguridad jurídica”, los regímenes especiales para las grandes inversiones, como la recesión o la baja de precios son utilizadas siempre en beneficio de las patronales.
El sindicato de la rama, AOMA, no emitió una sola palabra frente a los despidos. La burocracia, sea de AOMA o de UOCRA, ha operado como un verdadero obstáculo para preparar y desarrollar una lucha de conjunto de los trabajadores. Es el camino que la CGT emprendió como rueda de auxilio de Milei y las patronales, integrada al Consejo de Mayo.
Los despidos en Mining ponen sobre la mesa que el progreso de la clase obrera salteña depende enteramente de una acción política propia que enfrente la batuta capitalista de la minería de Sáenz y Milei. Es necesario un programa y el desarrollo de fuerzas de conjunto, con o sin convenio, que enfrenten estos despidos sobre la base del reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario; la apertura de los libros de las empresas, bajo comisiones obreras; y la preparación de la ocupación de las plantas que cierren o despidan.
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Violeta Gil denuncia los despidos en Salta Publicado en las páginas de Facebook de Política Obrera Nacional y de la provincia de Salta, 25/07/2024.
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