La recesión en la industria salteña sólo beneficia a las patronales

Escribe Violeta Gil

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El “Pacto de Mayo” y la aprobación de la Ley Bases pretenden exterminar el derecho laboral. El gobierno de Milei ha sumado los apoyos de gobernadores, diputados y senadores a esta ofensiva, mientras induce a toda la actividad económica a una recesión para intentar someter a los trabajadores. En Salta ya se experimentan los resultados de esta política.

Los trabajadores de Aguas Palau, en Rosario de La Frontera, fueron obligados a firmar sus vacaciones a partir del 8 de julio, mientras la patronal acumula deudas salariales luego de una producción récord; la planta hoy exporta gran parte de su producción, pero quedó bajo un funcionamiento mínimo, a cargo de trabajadores contratados y en negro. No es la primera vez que esto ocurre: el año pasado, mediante este mecanismo de chantaje, se aplicaron suspensiones con el pago solo del 70 % del salario, luego de lo cual se impusieron cambios forzados en el convenio colectivo.

En el plano de la minería se han presentado numerosos reclamos, que van del atraso en el pago de las quincenas a la mala calidad de la comida, pasando por la falta de indumentaria adecuada para afrontar condiciones climáticas extremas en la puna salteña (14° bajo cero). Hace poco más de un mes, un obrero de una empresa contratista de construcción falleció por neumonía, lo que desató una huelga que rápidamente conquistó la entrega de indumentaria y una mejoría en las condiciones de trabajo. Recientemente otra contratista de construcción, BMI, incumplió con el pago de la quincena y el aguinaldo. Los trabajadores desarrollaron una asamblea, en la que resolvieron el paro total hasta cobrar, lo que se produjo de inmediato. Los reclamos obreros son comunes, tanto los de los contratados como los de los de planta; sin embargo, la burocracia oficia de ariete contra los trabajadores para mantener cada reclamo en un carril separado del otro y evitar, de este modo, una lucha de conjunto.

Los trabajadores de las pequeñas plantas locales reparadoras de neumáticos discuten la brutal ofensiva de Fate y Bridgestone contra los obreros, para imponer despidos y suspensiones a mansalva.

Los obreros ceramistas y los choferes de colectivos discuten el congelamiento de sus salarios, como también ocurre con los obreros de la UOM, con paritarias congeladas en noviembre del 23. Los obreros ceramistas realizaron una huelga de 24 horas con una acción sigilosa, ya que la burocracia del sindicato advirtió a los trabajadores que un piquete en la puerta de la fábrica sería plausible de represión y judicialización, como dispone la recientemente aprobada Ley Bases; el sindicato desarma a los obreros de una acción de lucha que les permita confrontar con una patronal que ha reunido las espaldas para soportar un lockout durante meses. Lo mismo discuten en las cabeceras los choferes del transporte que desconfían de cualquier acción que anuncie la UTA, ya que es la principal responsable del empobrecimiento de sus ingresos.

Los trabajadores del tabaco en el valle y los obreros del azúcar en el norte discuten el impacto del impuesto al salario contra sus ingresos que, en algunos casos, implicará una confiscación del 30 % de sus ingresos.

La reforma laboral en la Ley Bases legaliza el mecanismo del monotributo, por el que las patronales buscan despedir obreros con convenio y legalizar la precariedad. La lucha por el pase a planta, sobre todo de los trabajadores del Estado, en la salud y en la educación, siguen estando a la orden del día, por más obstáculos “legales” que se interpongan. Los esquemas de rotación entre los trabajadores por la ampliación de los periodos de prueba serán todavía mayores. La Ley Bases y la reforma laboral no implican para los trabajadores ningún progreso, por el contrario, son parte de una avanzada patronal contra la clase obrera, apoyada en la complicidad plena de las direcciones sindicales.

Las patronales, Milei, Sáenz y el conjunto de los gobernadores firmaron ´su´ “pacto” contra los trabajadores. Los trabajadores ahora necesitamos uno propio, que oponga a las suspensiones, retiros voluntarios y despidos, la apertura de los libros contables de las empresas, el reparto de las horas de trabajo sin que se afecte el salario.

Los responsables del desequilibrio económico tienen nombre y apellido, Nicolás Caputo y Javier Milei, los trabajadores somos los únicos capaces de reconstruir y defender nuestros ingresos sobre la base de una acción del conjunto de la clase.

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