Por una segunda Marcha Universitaria

Escribe Federico Fernández

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Los ataques del gobierno de Javier Milei contra la Universidad, sus estudiantes y trabajadores no cesan. Ha cerrado por decreto la paritaria docente, lo que representa la liquidación de los convenios colectivos. La actualización de los “gastos operativos” ha sido un ´fake´; muchos de esos fondos ni siquiera se depositaron. Asistimos a un desmantelamiento de la actividad universitaria.

Las negociaciones entre el gobierno y los rectores sólo sirvieron para ‘apaciguar’ las movilizaciones. El hachazo al presupuesto significa, para el segundo cuatrimestre, una enorme deserción de estudiantes y docentes, y cierre de comisiones, recortes de becas y condiciones de estudio. El superávit fiscal, ficticio, que pretende conseguir el gobierno plantea nuevos ajustes sobre el ajuste.

El “Pacto de Mayo”, suscripto por gobernadores y el conjunto de las fuerzas políticas, anuncia una educación “útil y moderna” que rechaza la educación pública, gratuita y laica y abre las puertas al cierre de universidades y una mayor privatización, incluido la conversión de los centros de investigación en franquicias para los mayores monopolios. Esta privatización ‘endógena’ se disfraza bajo el propósito de obtener ‘recursos propios’ y para destinar el Presupuesto estatal al pago de la deuda pública. Las reformas de los planes de estudio, bajo el prisma de los ´rankings´ y la ´calidad´, certificada por el Banco Mundial y la Coneau, achica la cursada, limita el acceso a lo que se ha convertido en ‘posgrados’, devalúa los contenidos, y promueve las titulaciones intermedias. El mazazo salarial contra docentes y no docentes refuerza la precariedad de los miles de docentes ´ad honorem’. La “ley hojarasca” de Sturzenegger apunta directamente al arancelamiento, que arranca con los estudiantes extranjeros.

La colaboración de la FUA y las Federaciones distritales con el gobierno es sencillamente escandalosa. La FUA (Federación Universitaria Argentina) no realizó ni realizará asambleas ni instancias de lucha por iniciativa propia. Son una sucursal de las gestiones y Rectorados y de los partidos que colaboran en el Congreso o fuera de él con el gobierno. Los radicales y el peronismo aplican a fondo el ajuste y el recorte a los salarios, además de haberse constituido en un apoyo vital a un gobierno que no tiene mayorías ni aparato político. En este cuadro tendrán lugar las elecciones de Centro y consejeros estudiantiles en una mayoría de facultades. Por sus protagonistas constituyen un operativo de encubrimiento. Las campañas, ya iniciadas, se centran en todos los casos en un discurso sobre ´proyectos´ y ´servicios´ que dará o no, tal agrupación si gana o retiene el Centro. En ningún caso está presente un planteo de lucha contra un gobierno social y culturalmente retrógrado.

Las votaciones estudiantiles en la UBA vienen precedidas de largos años sin elecciones y una manipulación completa de las autoridades universitarias; la organización estudiantil ha perdido autonomía. Contra esta política han surgido contingentes de ´autoconvocados´.

El inicio del segundo cuatrimestre plantea un escenario de conflictos que debemos convertir en luchas. Es necesaria una segunda Marcha Universitaria, para apoyar los reclamos docentes, los convenios colectivos y el derecho de huelga. La “vuelta a clases” plantea la necesidad de impulsar asambleas y convocatorias en todas las facultades y generar un poderoso movimiento reivindicativo. La segunda Marcha Universitaria debe contar con una organización activa en todas las facultades y los cursos.

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