Escribe Christian Miguez - Miembro de la Comisión Interna Acindar Villa Constitución.
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Una vez cerrado el proceso paritario siderúrgico al mes de junio, se han conocido declaraciones radiales de Martin Berardi, presidente ejecutivo de Ternium, del Grupo Rocca, adjudicándose esta ultima paritaria como una victoria estratégica. “Llegamos adonde debíamos llegar” dijo, reconociendo que los anticipos otorgados unilateralmente sirvieron para extender la negociación paritaria y cerrarla a la baja durante el proceso paritario de 15 meses.
El CEO de Ternium está muy equivocado si cree que porque lograron dilatar esta paritaria y estafar a los trabajadores, al propio Estado y al ANSES con meses de pagos no remunerativos en una desgastante negociación, han derrotado ESTRATÉGICAMENTE a los trabajadores siderúrgicos. Las patronales han aprovechado coyunturalmente las ventajas que les da un gobierno de guerra contra los trabajadores. El gobierno nacional es cómplice de todas las grandes patronales para profundizar la presión sobre los trabajadores, imponiendo despidos y suspensiones, aceptándoles “Procedimientos Preventivos de Crisis” truchos y despidos masivos fuera de las propias leyes laborales.
En la propia Acindar, esas presiones se aprecian utilizando múltiples medios (servicio médico, ART, Recursos Humanos y Jefaturas) y una fuerte intención flexibilizadora en la reestructuración de varios sectores y contratistas, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo -como lo estamos viendo en los ataques que está recibiendo ASIMRA, el gremio de los supervisores- y en despidos directos en los trabajadores fuera de convenio. La aprobación de la “Ley Bases” envalentona a las patronales porque les da herramientas para atacar conquistas, pero los trabajadores no han sido derrotados estratégicamente. Por el contrario, tienen fuertes reservas de lucha. Lo demostraron en esta misma paritaria, pero fue la dirección de la UOM la que desmontó un gran conflicto que se podía haber ganado. Fue desinflando la fuerte tendencia a una huelga general que querían los siderúrgicos, como demostraron en los paros progresivos que luego fueron suspendidos por la dirección y cambiados por movilizaciones, también suspendidas finalmente, y por un intento de que se aceptara en un plebiscito las ofertas patronales, que fue rechazado.
Los tiempos que se vienen ameritan que se profundice el debate en los sectores de trabajo para preparar las futuras confrontaciones y que las mismas se den desde los tiempos de los trabajadores y no de los que imponen las patronales.
Ante esta ofensiva patronal de la mano de un gobierno antiobrero, se deben poner en discusión alternativas y no aceptar mansamente el mensaje de varios dirigentes gremiales, que vienen diciendo que “El avance de la tecnología reemplaza puestos de trabajo y ante eso no podemos hacer nada”. Es una visión netamente patronal que no compartimos. Si las patronales invierten es porque hubo ganancias y esas ganancias las produjimos los trabajadores; por ende, la tecnología también debe redundar en un beneficio a los trabajadores.
Por eso insistimos en que es posible y debemos luchar por la reducción de la jornada laboral sin afectar el salario. Ya hemos hecho el debate en algunos sectores donde podría aplicarse la reducción de la jornada laboral con un quinto turno de trabajo, lo cual no sólo defiende o incrementa los puestos de trabajo, también redundaría en un bienestar directo para la salud, tanto física como mental, de los trabajadores. Lo ponemos a consideración de todos aquellos quienes estén interesados en llevarlo adelante y que se debata en todas las bases siderúrgicas o industriales, donde los turnos rotativos, cualquiera sea su modalidad, son frecuentes, ya que les garantizan a las patronales la producción 24 horas los 7 días de la semana y a los trabajadores, en cambio, múltiples trastornos en la salud.