Israel: una huelga general y miles en las calles exigen que Netanhayu negocie el retorno de los rehenes

Escribe Olga Cristóbal

La implosión del sionismo.

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Cientos de miles de israelíes -300.000 solo en Tel Aviv- cortaron las rutas, prendieron hogueras y se movilizaron en las principales ciudades del país el domingo por la noche, para exigir que el gobierno de Netanyahu llegue a un acuerdo de intercambio de prisioneros con Hamás, indignados después de que el Ejército “recuperó” los cadáveres de seis rehenes el sábado. Las movilizaciones se repitieron en unas 40 localidades y en algunas zonas hubo violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. La multitud obligó a algunos ministros a huir de las oficinas gubernamentales en vehículos policiales.

Los familiares le recordaron al Gobierno que en los últimos meses “solo 8 rehenes fueron rescatados con vida mediante operaciones militares, en comparación con 105 rehenes liberados en la tregua en noviembre". Y lo responsabilizan porque “al menos 27 rehenes fueron asesinados (o muertos por fuego israelí) desde el último acuerdo” (Haaretz 2/9).

Durante la protesta, que comenzó temprano con bloqueos en las carreteras, Arnon Bar-David, el presidente de la poderosa Histadrut, la central sindical, anunció la primera huelga general desde que comenzó la invasión a Gaza. Ante los manifestantes criticó al gobierno: “¡No tiene sentido que nuestros hijos mueran en túneles por consideraciones políticas (…) La economía también ha sido abandonada, el país va camino de la ruina política”. Bar-David sentenció: “Ya no somos un solo país”.

Miles de trabajadores israelíes abandonaron el lunes sus trabajos, furiosos por el destino de los rehenes israelíes. Sin embargo, la Justicia ordenó levantar el paro a las pocas horas de comenzado con la excusa de que era un paro político.

Netanhayu ha condenado el paro convocado por la Histadrut. “Es una vergüenza. Es como decirle al dirigente de Hamás, Yahia Sinwar. has matado a seis personas, nosotros te apoyamos”, dijo durante una reunión de su Gabinete.

No es lo que piensan los familiares: “Mi hijo sigue vivo, pero cada día es como una partida de ruleta rusa que Netanyahu está jugando hasta que todos los rehenes hayan muerto”. “El primer ministro está torpedeando el acuerdo a sangre fría por sus intereses políticos”. “Durante meses ha habido un acuerdo sobre la mesa y hemos visto cómo el primer ministro lo rechazaba. Su decisión de cortar el oxígeno a Hamás corta el oxígeno a los rehenes”. «Estoy gritando aquí por seis personas que sobrevivieron casi un año... ¡podrían haber vuelto con nosotros si hubiera habido un trato!».

El resquebrajamiento se verifica en el propio gobierno. El jueves 26, la mayoría del gabinete israelí votó la permanencia indefinida del Ejército sionista en Gaza, ocupando el llamado Corredor de Filadelfia, que es la frontera gazatí con Egipto.

La permanencia militar sionista en la Franja vuelve inviable el intercambio de rehenes con Hamas. Tanto el equipo de negociaciones como los jefes del estamento de defensa se oponen. Sin embargo, en la reunión de gabinete, el único que votó en contra fue nada menos que el ministro de Defensa, Yoav Gallant. Los medios israelíes dieron cuenta de un áspero enfrentamiento entre Gallant y Netanhayu. “Por una persona, Gilad Shalit, liberaste a 1.027 terroristas, incluido Sinwar. Ahora estás condenando a muerte a los rehenes”, le habría gritado Gallant a Netanhayu.

Además hubo una abstención, pero de sentido contrario. Fue el fascista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, al que una franja fronteriza le sabe a poco: lo que él propone es reocupar totalmente la Franja de Gaza y la Cisjordania.

La ruptura de un sector de la población con el Gobierno tiene su correlato en una crisis por arriba. El Foro Empresarial de Israel, formado por 200 empresarios que emplean a la mayoría de los trabajadores no sindicalizados de Israel, resolvió «unirse a la protesta del Foro de Familias de Rehenes y hace un llamamiento al pueblo para que no permanezca indiferente ante las pérdidas diarias y el abandono de los rehenes a su muerte, cuando según el establishment de defensa, podrían haberse salvado».

Algunos de los mayores bufetes de abogados también anunciaron que «proporcionarán asistencia jurídica a cualquier manifestante que resulte herido como consecuencia de acciones policiales violentas e ilegales, y emprenderán acciones legales contra los agentes de policía que hagan uso de niveles prohibidos de fuerza.»

El domingo, mientras las calles se llenaban de indignados manifestantes, el genocida ministro Gallant, insospechable de simpatía con los palestinos, urgió “en un gesto inaudito” al gabinete de ministros a revertir la decisión de mantener indefinidamente tropas israelíes en Gaza y así facilitar un acuerdo para liberar a los rehenes. (El País, 2-9).

En Gaza, sus subordinados bombardeaban dos escuelas refugios y en Cisjordania, el Ejército sionista mantiene sitiados dos hospitales en Jenin.

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