CABA: la reforma por decreto del Estatuto del Docente pretende “legalizar” miles de despidos en la educación pública

La derogación por decreto de artículos del Estatuto del Docente les sacó la careta a los “pedagogos” del gobierno porteño y mostró que la reforma de la enseñanza media es una reforma laboral retrógrada que puede dejar en la calle a la mitad de la planta docente, aniquilar el Estatuto y desmembrar el sistema educativo de la Ciudad. Más o menos lo que está haciendo Milei con los trabajadores del Estado.

En muchas escuelas, estén o no en la lista de las “pilotos”, el avasallamiento del Estatuto creó gran inquietud. Está claro que la reforma del nivel medio se traducirá en despidos, una importante reducción salarial y la destrucción de los derechos laborales que rigen hasta ahora.

Demagógicamente, la ministra Miguel había argumentado que la reforma favorecería la concentración horaria en las escuelas. Lo que no dijo es que el docente que quiera mantener su cargo estará obligado a trabajar un mínimo de 36 horas o más para no ser desplazado por quien acepte esas condiciones. Tampoco dijo que este chantaje es una quita salarial porque a partir de las 38 horas se cobran dos tercios menos.

También es probable que se generen incompatibilidades entre los cargos de cada docente, que pueden verse obligados a renunciar a alguno por superposición horaria. También por las reubicaciones de otros compañeros que ocuparán cargos de interinos y suplentes.

El gobierno pretende imponer estos auténticos “juegos del hambre” por fuera de toda legalidad estatutaria: se promueve la fragmentación institucional suspendiendo el sistema de evaluación y puntaje (COREAP) y el cargo docente pasa de la órbita del gobierno de la Ciudad al de la escuela donde se desempeñe. Las autoridades de cada institución, entonces, tendrán la potestad de decidir los nombramientos. Esa autonomía otorga un poder discrecional a los equipos directivos escolares que podrán decidir sobre la composición del plantel, sobre la “currícula institucional” y sobre acuerdos o contratos con terceros para que brinden los aprendizajes.

El Estatuto “reformado” permite la titularización de 72 horas sin restricción de antigüedad (art. 18 y 19), lo que hasta ahora era un requisito, y aumenta la discrecionalidad para con los trabajadores que queden sin cargo, en disponibilidad (art. 22).

Aunque diferentes sindicatos acogieron con beneplácito las modificaciones que habilitan las 72 hs. cátedra (48 horas reloj semanales en cinco días, sin contar los recreos), muchos docentes se preguntan como soportará semejante carga horaria.

La modificación del art. 22 permite que el trabajador que queda en situación de disponibilidad porque su cargo fue ocupado por alguien que concentró más horas o porque no aceptó el traslado que le propusieron, curse su disponibilidad “en el establecimiento o en el lugar que indique la superioridad”.

Es la sintonía fina del plan de cesantías. La modificación del Estatuto permite crear situaciones similares a las que están atravesando los estatales nacionales, a quienes reubican en destinos incumplibles, horarios enrevesados y tareas indeseables o inadecuadas, obligándolos de hecho a renunciar.

Esta situación ya existe en las escuelas para adultos (CENS), donde el Ministerio cerró algunos cursos y fusionó otros, con el consiguiente pase a disponibilidad y el despido de profesores. Un trascendido afirma que cerrarán 154 cursos de los tres turnos. Esto significa la desaparición de la presencialidad en la educación de adultos y el despido del 30 al 40 % del plantel docente.

Como se pretende en el nivel medio, los directivos de los CENS ya tienen la potestad de decidir que docente se queda en la institución en función de la carga horaria y quiénes deben trasladarse. Los titulares que no consigan cargo o no aceptan el que se les ofrece quedan en disponibilidad y tienen un año de plazo con goce de sueldo para reubicarse. Los interinos, cuatro meses. Los suplentes que no aceptan el traslado son lisa y llanamente despedidos.

Qué pasa en las escuelas

La burocracia de los sindicatos docentes de la CGT -UDA, AMET y los sellos de goma estilo SEDUCA- han dejado pasar este desastre negociando con el gobierno a espaldas de la docencia. La UTE-CTERA sabotea las asambleas y reuniones autoconvocadas tachando de “irresponsable manifestarse en contra, cuando el gobierno aún no ha dado los detalles”. Existe un creciente malestar entre sus afiliados que, obviamente, participan de esas asambleas.

Tras dos semanas de intensa deliberación y autoconvocatorias, por lo menos 68 escuelas se han pronunciado en reuniones y asambleas contra la reforma de la escuela media.

Los docentes realizaron a pulmón abrazos, semaforazos y reuniones por especialidad. El 18 hubo un paro de Ademys -de acatamiento dispar- con movilización a la Jefatura de Gobierno.

Avancemos a asambleas por distrito y por área que preparen una gran asamblea de la docencia porteña.

Construyamos una coordinación que condense todas las iniciativas de lucha y sea capaz de derrotar la ofensiva del gobierno.

Ni una escuela piloto en CABA.

Ni un despedido en la docencia

Defendamos el Estatuto del Docente.

Abajo los decretazos.

¡Abajo la reforma antieducativa de Macri-Miguel!

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