Escribe Comisión sindical
Nuestra posición.
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El Sindicato del Neumático ha sido sacudido en estas horas por una cuestión de extrema prioridad, en particular en la seccional San Fernando: el incumplimiento de prestaciones impostergables por parte de la Obra Social, como es el caso de los medicamentos oncológicos o para discapacidades. En el de discapacidades, el Estado es responsable de entregar los recursos necesarios a la Obra Social. El Sindicato no ha informado si se trata de demoras, ni si cubrió esas demandas adelantando recursos propios. De nuestra parte, advertimos que la política del gobierno liberticida ha agravado considerablemente la financiación de las Obras Sociales y el cumplimiento de las prestaciones establecidas. Los despidos masivos, el crecimiento del desempleo y la desvalorización de los salarios golpean el sistema en su conjunto, algo que no será contrarrestado con el blanqueo de la fuerza de trabajo no registrado, que es de destino incierto y lleno de trampas.
El incumplimiento de las prestaciones ha producido airadas protestas de activistas de Fate, pronunciamientos ambiguos de las diversas agrupaciones y una airada respuesta de la Directiva del SUTNA, que no explica las causas de esta crisis ni la salida a ella, con la complicidad del aparato del Partido Obrero. En la actualidad, el SUTNA atraviesa por una crisis en las paritarias, que podría resumirse en que cada patronal de la industria ha hecho una propuesta diferente, pero que se ajustan a los lineamientos salariales a la baja del gobierno nacional. Un paro del Sindicato, en protesta por este boicot patronal, sólo fue cumplido por Fate, donde tiene su centro la crisis de salud. La directiva sindical no ha establecido un plan de lucha en relación a la paritaria, o sea, reivindicaciones y un método de acción, ni ha convocado a una asamblea general o a asambleas en las tres principales plantas de la industria (Bridgestone, Pirelli, Fate). El Sindicato convocó a una sola asamblea general en el mes de abril, que en lugar de votar una política o un plan de acción, le dio mandato a la Comisión Directiva para decidir en su nombre.
El Sindicato llega a la paritaria luego de una sangría de despidos, que fueron respondidos en forma separada y de un modo muy parcial. En Bridgestone y Fate, las patronales habían presentado ante la secretaria de Trabajo del gobierno nacional el reclamo para que se declare el inicio de los “procedimientos preventivos de crisis”, para justificar despidos y cambios regresivos en el régimen laboral, alegando una situación de crisis que no era tal. Las largas semanas que llevó la tramitación de este reclamo fueron aprovechadas por las patronales para cesantear en forma masiva y para extorsionar a la aceptación de retiros voluntarios con la amenaza de más despidos. Estos despidos ocurrieron a pesar del dictado de “conciliaciones obligatorias”, pedidas por el propio Sindicato, que, por definición, deben retrotraer el conflicto a la situación previa. La puesta en marcha de facto (sin aprobación ministerial) de las normas del “proceso de crisis” no fueron respondidas por medio de un plan de lucha de conjunto, mucho menos por una huelga general, sino por paros y actos fragmentados; una orientación política promovida por el aparato del Partido Obrero, que debilitó la capacidad de resistencia y organización de los trabajadores, en especial en Bridgestone y Pirelli. Este periódico, Política Obrera, fijó su posición crítica en cada fase de este proceso, en marcada diferencia con las agrupaciones opositoras que tienen asiento en el SUTNA. En el Neumático se manifestó, con características propias, un proceso general en los sindicatos desde la victoria de Milei. Con el argumento falaz de que el gobierno liberticida contaba con el apoyo de las urnas, los sindicatos se llamaron a cuarteles de invierno, hasta que ‘el pueblo haga la experiencia’ con el gobierno antiobrero. El caso más destacado, en este sentido, fue la UOM, que se resignó, sin huelgas y durante ocho meses, a no recibir aumento salarial. Algunos sindicatos declararon huelgas indefinidas que levantaron en 24 horas, en tanto que todos los que enfrentaron conflictos se sometieron a “conciliaciones obligatorias”. El movimiento obrero atraviesa la peor crisis de la historia (ahora la CGT ha adoptado formalmente la política del oficialismo), de la que no ha quedado excluida ninguna corriente política, con el aparato del PO encabezando el pelotón. Al final, el “recurso preventivo de crisis” no recibió la aprobación ministerial, pero se impuso en la práctica y, más aun, con el acuerdo CGT-Gobierno sobre la reforma patronal del Derecho del Trabajo. La directiva del SUTNA declaró, sin embargo, “victoria” y repitió su voluntad de ingresar a la CGT, como lo reclama insistentemente el aparato del PO, que pide también insistentemente que la CGT colaboracionista lance un plan de lucha. La crisis acerca de la Obra Social se inscribe, claramente, en esta crisis de conjunto, al punto de que las voces de protesta más estridentes provienen de exdirectivos de La Negra, la agrupación que dirige el Sindicato.
La desatención de la Obra Social pega en la línea de flotación de los trabajadores, en especial en cuanto a enfermedades extremas y discapacidades. La Obra Social, en medio de la enorme pobreza que el capitalismo ha impuesto a los trabajadores, es un ancla de supervivencia, la más importante que ata a los trabajadores al sindicato.
Las agrupaciones que tienen asiento en el sindicato no son realmente opositoras (la mayoría integra el FIT-U), con excepción de la patronal y derechista lista Violeta, desalojada del sindicato por la Negra en 2016. En toda esta crisis (preventivo de crisis, despidos masivos, paritaria, Obra Social) estas agrupaciones han esgrimido, tampoco con mucha convicción, una única consigna: que se convoque a una “asamblea general”, pero sin ofrecer nunca, pero nunca, una política para esa asamblea. Se trata de una consigna vacía de contenido, que cumple la función de fingir una oposición que no existe, con vistas a las elecciones que tendrán lugar en el sindicato, próximamente. Este tipo de manipulación política tiene una larguísimo antecedente, que en el pasado se plasmaba con la frase “que las bases decidan”, sin defender ningún tipo de decisión. Es el legado perdurable del morenismo (por Nahuel Moreno), que se plasma en la actualidad en el PTS, especialmente, acompañado por el MST, IS, NMas. No fijar claramente una posición frente a una crisis sindical (despidos, paritarias, obra social), para producir discusiones sin ejes, es una suerte de liquidacionismo. Nuestra corriente, Política Obrera, no apoya estas aventuras, sino que las denuncia. El Sindicato debe convocar a una Asamblea General sobre la base de un plan de lucha para reincorporar a los despedidos, enfrentar la precariedad laboral, establecer el monto del reclamo salarial y asegurar la atención de la Obra Social. Planteamos agitar un plan de lucha en las fábricas y en todo el movimiento obrero, por medio de todo el activismo del sindicato, con un pliego de reivindicaciones y un plan de lucha de paros escalonados, que preparen una huelga general. Las bases decidirán entre planteos alternativos debidamente desarrollados. Los dos peligros que acechan al SUTNA son el inmovilismo, por un lado, y el charlatanerismo (consignas vacías), del otro.