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Durante estos días, cientos de trabajadores de las empresas ferroviarias FASE y ex DECAHF aguardan noticias sobre su futuro. El combo entre la dilación de las comunicaciones sobre los despidos, el secretismo sobre las nuevas estructuras y el cinismo del gerente multipartidario de Recursos Humanos de ambas empresas (Oscar Puente) juega un papel clave para viabilizar etapas claves del vaciamiento ferroviario.
En los pasillos de las oficinas de Constitución el delegado Sergio Álvarez de la burócrata UPSF “arriesga” un número de 300 trabajadores en total para la nueva empresa unificada, partiendo de un total de 1480 trabajadores entre ambas. Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado FASE, empresa que dirige el holding de las distintas empresas ferroviarias, no perdería atribuciones legales, pero sí peso propio al ser absorbida por el conglomerado y rejunte de funcionarios de la ex Desarrollo del Capital Humano Ferroviario (DECAHF). El trofeo que significa manejar las distintas áreas de FASE no es menor: por allí circulan los expedientes en los que se aprueban y derivan partidas presupuestarias para las demás empresas ferroviarias, y desde allí se centraliza información fundamental sobre los bienes más preciados por la nueva gestión, los terrenos ferroviarios. Y no es azaroso que DECAHF se posicione para ocupar los lugares de poder del sector, ya que si bien es una empresa que formalmente posee atribuciones de menor importancia para el sistema ferroviario, está conformada por capas geológicas de funcionarios políticos acumulados por décadas.
Pero el análisis político no es tan lineal. El revoleo de firmas y funcionarios incluye la participación de todos los signos políticos de los gobiernos de los últimos 15 años. En lo que va del año FASE ya tuvo 7 presidentes que responden a distintos dirigentes de la política nacional, pero con un staff permanente de gerentes que se acumulan entre las distintas empresas (incluyendo a SOFSE y ADIF) pero que nunca se caen del sistema. Y, como siempre, los que pagan los platos rotos del ajuste y el achicamiento de personal son los trabajadores de la base de la pirámide: en lo que va del mes, despidieron al 40 % del personal de FASE utilizando como criterio a la menor masa indemnizatoria (con categorías más bajas y menos antigüedad). Las capas geológicas gerenciales no se tocan, ya sea por acuerdos o deudas políticas. En ese sentido, actualmente la Subsecretaria de Transporte de la Nación de Martín Ferreiro juega un rol fundamental en ese esquema, creando áreas e inventando roles para esconder y proteger funcionarios que no cumplen ninguna función en las empresas.
De mantenerse esta tendencia y de confirmarse los rumores que el propio sindicato se encarga de comunicar, en las próximas horas se concretará el cierre de numerosas áreas técnicas como oficinas de desarrollo de repuestos y componentes ferroviarios, en pos de mantener y alimentar a las tradicionales estructuras jerárquicas (la casta, como le dicen), a quienes no les temblará el pulso a la hora de firmar la cesión o venta de los distintos bienes ferroviarios y la degradación del sistema en su conjunto. Los trabajadores, tanto los fuera de convenio, bajo convenio, afiliados y sin afiliar aguardan todos por igual, atomizados y sin legítima representación, el llamado de Oscar Puente para entregarles en mano un telegrama de despido.
El desguace de estas empresas ferroviarias es sólo el principio y una prueba piloto de lo que se intentará concretar en la operadora SOFSE, en donde el número de trabajadores a cesantear se estima en 17 mil. Será fundamental la organización de los trabajadores en los distintos talleres y oficinas para frenar este atropello del que las dirigencias sindicales burócratas y funcionarios colaboracionistas ya decidieron ser parte.
La triple M: quiénes están detrás del vaciamiento ferroviario Por M. Wilken, 23/02/2024.