Precarización docente en el Plan FINES: una realidad que exige respuestas

Escribe Pablo Sánchez

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En un contexto en el que el Estado Nacional y Provincial atropellan a la educación pública y el rol de los docentes, el Plan FINES se presenta como una oportunidad para quienes buscan finalizar sus estudios secundarios, oportunidad que les fue negada en su momento por el propio Estado. Sin embargo, detrás de la intención de la inclusión educativa, los docentes del programa enfrentan condiciones de trabajo que dejan mucho que desear.

El Plan FINES opera en el margen del estatuto docente, lo que implica que quienes trabajan en este programa no tienen estabilidad ni los derechos laborales garantizados que sí tienen los trabajadores de la educación de las otras modalidades y niveles. Esta falta de regulación significa, entre otras cosas, que los docentes trabajan a plazo fijo (4 meses de trabajo y luego a la calle). Es así que no perciben su salario en enero, febrero, julio y agosto a pesar de cumplir con un cargo provisional. Esta irregularidad no solo afecta su economía, sino que también les niega la seguridad y estabilidad que todo trabajador merece.

A este escenario se suma una nueva problemática que enciende las alarmas: en los últimos meses, varios docentes del distrito de Merlo han sido cesados de su cargo al tomar licencia médica. Hace una semana, una docente (Victoria) fue cesada porque presentó, en tiempo y forma, licencia médica (gripe). De este modo se penaliza a la docente por cuidar su salud, lo que va en contra de los derechos fundamentales de los trabajadores. Es decir, compañeros y compañeras se ven en la disyuntiva de trabajar enfermos o quedarse sin trabajo.

Por otra parte, los “compas” coordinadores de FINES obligan a los docentes a firmar un “contrato” totalmente trucho e ilegal, por el cual el docente “acepta” como causal de despido el uso de las licencias por enfermedad y obligan al docente a “recuperar” las clases perdidas, por ejemplo, por un paro de transporte. Esta ultraprecarización laboral es sostenida por Kicillof y los intendentes amigos que posan ante las cámaras de televisión de defensores de la “educación pública, gratuita y de calidad”, pero en sus distritos aplican el libreto de Milei.

Esta precarización no solo afecta la vida de los docentes, sino también la calidad de la educación que se brinda en el programa. Es urgente que el Estado reconozca a los docentes del Plan FINES con los mismos derechos y protecciones que cualquier otro trabajador de la educación. La educación pública merece respeto y sus trabajadores, condiciones de empleo dignas.

Es momento de que las autoridades sindicales provinciales tomen cartas en el asunto contra el gobernador Kicillof, quien aprieta a los coordinadores e inspectores para despedir a todo trabajador que hace uso de licencia por enfermedad o por estudio y garanticen un FINES sin precarización laboral.

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