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La principal resolución que adoptó la asamblea interfacultades reunida en Plaza de Mayo hace una semana fue el lanzamiento de una nueva marcha nacional el próximo 12 de noviembre. La fecha ya ha sido adoptada por activistas de todo el país y por los sindicatos combativos, como ADIUNT, mientras la burocracia pretende postergar todo, en el mejor de los casos, hasta diciembre. Es evidente que por la vía de los paros aislados y del debate parlamentario del presupuesto 2025, esta lucha está condenada al fracaso. Por lo tanto, es más que necesario lanzar una fuerte agitación convocando a marchar el 12N a Plaza de Mayo por el presupuesto y los salarios docentes.
Las tomas y movilizaciones, que fueron un parteaguas en esta lucha, enfrentan una operación política promovida por los rectores radicales y el kirchnerismo para levantarlas definitivamente.
Así como muchas se levantaron, también aparecieron otras nuevas, como el caso de Santa Fe; mientras que en facultades de las universidades de Catamarca, Río Gallegos y varias del conurbano, e incluso Filosofía y Letras de la UBA, continúan ocupadas. En el caso de Filo, el kirchnerismo movilizó a un aparato ajeno a la Facultad para impedir el desarrollo de la última asamblea que resolvió, de todos modos, que continúe la ocupación.
El movimiento de lucha se apoya, por entero, en las autoconvocatorias y en los independientes. Los rectores y la FUA (Franja Morada) han intervenido en más de una asamblea en yunta con los libertarios, como fue el caso de Medicina de la UBA,, para impedir la toma y tratar de oponer a los estudiantes activos con aquellos “que quieren estudiar”, a pesar de que en todos lados las clases continuaron bajo el formato de clases públicas. Lo que pretenden es acallar el clima de agitación.
La expectativa de las autoridades y partidos patronales reside en negociar unos pesos más en el marco del presupuesto 2025, consolidando el despojo salarial a docentes y no docentes. El gobierno, en cambio, no retrocede y promete ´auditorías´ y “meter en cana a los chorros”. Extorsiona a los rectores, con los cuales la política privatista es apenas en grado diferente. En Económicas de la UBA, por citar el caso más reciente, se han reformado en estos días las carreras de Economía y Administración con un recorte de materias, lo cual ha sido presentado como una ´modernización´. La “autonomía universitaria” que defienden los rectores se reduce a la potestad para dirigir ese proceso en manos de sus camarillas.
El kirchnerismo también realiza su ´aporte´. Allí donde están, se suman a las asambleas para bombear el conflicto. Afirman que la lucha ya habría “cumplido su objetivo de visibilización del conflicto”, cuando de lo que se trata es de derrotar al gobierno y conquistar las reivindicaciones planteadas. En esa línea, han boicoteado la asamblea interfacultades en Plaza de Mayo.
Para el día de hoy se encuentra prevista una marcha del Obelisco a la sede de Azopardo de la CGT. Fue la política que el FITU impuso en la interfacultades de Plaza de Mayo. Reclaman que “la CGT haga un paro” el 12 de noviembre, fecha prevista para la nueva movilización universitaria. Esta izquierda aporta lo suyo al impasse.
El proceso, de todos modos, no se encuentra cerrado. El creciente malestar social acicatea nuevas tomas y ocupaciones. El protagonismo lo tienen los estudiantes y docentes autoconvocados. Allí donde juntan fuerza, las tomas continúan. En ese sentido Política Obrera promovió en la interfacultades que la marcha universitaria sea promovida por las fuerzas independientes. Esta lucha no se toma vacaciones.