La voracidad empresarial se llevó la vida de Fabián Gutiérrez

Escribe Fabián Cañete

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En el día de ayer nos enteramos de la muerte del compañero Fabián Javier Gutiérrez, sepultado bajo los escombros del Hotel Dubrovnik de Villa Gesell, donde se desempeñaba como carpintero en las obras de refacción. El hotel estaba "hecho pelota" y su nuevo propietario quería hacerle una “lavada de cara”, pero acabó afectando la estructura y se vino abajo, matando a varias personas.

Fabián trabajó en Securitas, una multinacional negrera de capitales suecos. Se desempeñó en esta empresa en el Aeropuerto de Ezeiza. Fue despedido en 2012 por luchar contra los atropellos y las injusticias patronales; luego de una gran lucha, años después logró su reinstalación. Pero la patronal no iba a permitir que ese triunfo se reprodujera y lo castigó poniéndolo en un puestito precario en el medio de la nada, solo, fuera del área interna del Aeropuerto; ahí el compañero resistió estoicamente y recibía la solidaridad de otros trabajadores, que se acercaban por la discriminación y el maltrato que recibía. Fue uno de los fundadores de la agrupación de vigiladores El Mangrullo.

Fabián, aunque vivía en zona Oeste, se arrimaba a apoyar las campañas y actividades de la regional Ezeiza del PO.

Lamentablemente las expulsiones masivas del otoño de 2019, por el "aparato del PO", terminaron de dinamitar el trabajo conjunto, sistemático y permanente, que hacíamos varias regionales y zonas sobre el Aeropuerto de Ezeiza, tocando diversas empresas y contactándonos permanentemente con trabajadores a los que les llegaba nuestra propaganda y agitación. Mantuvimos ese trabajo hasta último momento, incluso cuando el PO ya estaba en “mayoría” y “minoría”. Esto produjo la desmoralización o reflujo de muchos compañeros, entre ellos Fabián.

Los caminos de la vida lo llevaron a dedicarse al oficio en el que se destacaba, la carpintería. Y así fue como llegó a este trabajo de Villa Gesell. Según comentan compañeros y familiares quería comprarle una carpa a su hija para que vaya de campamento en sus vacaciones. En un abrir y cerrar de ojos la vida se le truncó cuando tenía mucho por delante.

Era una gran persona, muy afectuoso, y un gran compañero. A su familia, a su hija, a la que tanto quería, nuestro más sentido pésame. ¡Justicia para Fabián y quienes han muerto o permanecen bajo los escombros en este desastre! Compañero Fabián Javier Gutiérrez, ¡hasta la victoria siempre!

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