Escribe Pablo Busch
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El gobierno dispuso que los feriados puente con fines turísticos, en 2025, serán no laborables. Se trata de los viernes 2 de mayo, 15 de agosto y 21 de noviembre. Al ser días ‘no laborables’, y no feriados, las empresas tendrán la libertad de elegir si los dan libres a sus empleados o no. Los trabajadores que presten tareas en los días no laborables no cobrarán el recargo del 100% que establece la ley para los feriados.
Hay que decir que los feriados, de hecho, ya no rigen para una parte mayoritaria de la clase obrera, que entre precarizados, monotributistas y trabajadores en negro, ha perdido el conjunto de conquistas vinculadas al trabajo en relación de dependencia y la CGT no ha dado una sola pelea por defender los derechos de estos sectores de trabajadores. Mucho menos va a protestar por defender el derecho al feriado puente de los trabajadores en relación de dependencia. Cualquier conquista en el mundo del trabajo es atacada por el Gobierno y su brazo armado mediático como un privilegio de casta.
Los medios, en general, consideran que la medida representa un golpe para el sector empresario turístico, porque al acortarse la cantidad de fines de semana largo del año se achica la posibilidad de viajes turisticos de modalidad relámpago. La medida habria caído como un balde de agua fría entre los operadores turísticos que piden que se revierta la medida. Pero esa posibilidad de viajes de fin de semana ya está bastante “achicada” por la situación salarial de la clase obrera y por los precios de pasajes y alquileres.
De lo que se trata el decreto es en realidad de aumentar la tasa de explotación de la clase obrera, que perderá tres días de descanso más en el 2025, en favor de los capitalistas. Es una línea maestra del capital en esta etapa, aún cuando las necesidades productivas se hayan disminuido por la recesión. Es conocido que la patronal de Fate eliminó un turno completo y ofreció a los trabajadores un cambio de régimen de trabajo en el que, aunque trabajarían más días al año, se adecúa a que la empresa necesita producir menos. Menos conocido, en la planta de jugos Baggio, en Gualeguaychú, ocurre algo muy similar: por la baja producción, la patronal intenta establecer un régimen de trabajo de 12 horas, lo que representa la perdida de 4 horas de descanso por dia.
Ni siquiera rige a la resolución un principio de igualdad, ya que el descanso es obligatorio para la administración pública nacional, bancos, seguros, Poder Judicial y actividades afines. Como las empresas tendrán la potestad de resolver si los empleados trabajan o no, porque el descanso es optativo para las actividades industriales, comerciales y civiles, le otorgarán el feriado a los jerárquicos y administrativos, pero ni remotamente a los sectores productivos – los mismos que fueron considerados “esenciales” durante la pandemia.
El último punto de la resolución es que los sectores que trabajen la jornada laboral se pagará simple, es decir como cualquier otro día de trabajo.