Escribe Walter Sánchez
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La patronal de Fate notificó a la Secretaría de Trabajo que dejaría de pagar el "Premio Productivo Fate", con el argumento de que habría perdido vigencia en noviembre del 2022. La patronal sostiene que mantuvo el premio con la condición de aumentar la productividad de los trabajadores pero, en vez de eso, "se registraron aumentos sostenidos de los índices de ausentismo, ineficiencia productiva y merma de productividad". Hace la imputación sin presentar pruebas y, por sobre todo, sin mencionar el impacto sobre la salud del trabajo pesado que caracteriza a la actividad en el Neumático. Sin embargo, deja en claro que está dispuesta a discutir nuevas condiciones para el premio, sobre la base de la adopción de "adecuaciones necesarias en materia de organización del trabajo”, el eufemismo del caso para avanzar en una mayor explotación de los trabajadores de Fate.
En dicho documento, la patronal deja en claro que la "adecuación" de la organización del trabajo significa una reforma integral, para ser "competitiva": "Fate manifestó en reiteradas oportunidades, tanto en el ámbito de la negociación colectiva como en el del procedimiento de crisis, la necesidad de reformular el esquema retributivo vigente, adecuándose a las nuevas realidades y exigencias del mercado y de implementar, imperiosamente, cambios en la organización del trabajo que permitieran mejorar la eficiencia, la productividad, la calidad y la seguridad de los procesos". En esto consiste “la propuesta” oficial de la patronal, con sus propias palabras.
Hace unas semanas, los trabajadores de Fate rechazaron masivamente, en asamblea, un cambio en el régimen laboral que los perjudicaba en términos de mayores jornadas laborales y menos francos. Esta “propuesta” de cambio laboral se produce luego del despido masivo de 200 trabajadores, o sea de la reducción de planta, para la realización de una misma o mayor producción con menor personal. Básicamente, consistía en pasar del régimen de trabajo actual de cuatro equipos de trabajo, que rotan cada siete días de trabajo, con dos de descanso y un franco adicional cada tres semanas, a un régimen, también rotativo, de seis días de trabajo por uno de descanso cuando los trabajadores estén de mañana; de cinco días de trabajo por dos de descanso cuando estuvieran de noche, y a una combinación de estas dos modalidades cuando hicieran turno tarde. Como la rotación pasaba a ser quincenal (ahora es semanal), el acuerdo planteaba trabajar un sábado de tarde por medio. Con el espaciamiento de las rotaciones, sin embargo, los trabajadores pasaban a perder tres francos cada siete semanas –o sea medio franco por semana. (El régimen actual tiene un solo fin de semana franco cada cuatro, por lo tanto admite siete días corridos de trabajo.)
En conclusión, Madanes Quintanilla ha anunciado, oficialmente, una reducción del salario de bolsillo y un plan de mayor precarización laboral.