Tiempo de lectura: 2 minutos
El Gobierno bajó la edad para acceder a la tenencia de armas de fuego, al fijar en 18 años la edad mínima para gestionar la credencial de legítimo usuario, que habilita la posibilidad de comprar pistolas, revólveres y escopetas para tenencia. Antes del decreto firmado por el presidente Javier Milei se requería contar con 21 años para tener un arma. El argumento sería igualar los derechos reconocidos una vez alcanzada la mayoría de edad, estipulada a partir del 2009 en 18 años, ya que la ley vigente hasta ahora sobre armas -que ponía de límite los 21 años es de la época de Lanusse- cuando esa era la mayoría de edad.
“Es una incongruencia legal que una persona mayor de edad no pueda acceder a ser legítimo usuario de armas de fuego”, argumentaron desde el Ministerio de Seguridad.
Que la portación de armas no resuelve los problemas de la inseguridad sino que aumenta la violencia y la posibilidad de heridos y muertos en situaciones de robo o de peleas es algo que está archicomprobado estadísticamente en Argentina y en el mundo. La derecha no avala la tenencia porque lo considere un método efectivo, sino porque desarrolla el negocio de las armas. La inseguridad es además funcional al propósito de crear un cuadro político que justifique la represión y la militarización. Milei intenta, al mismo tiempo, bajar la edad de imputabilidad, en especial para delitos cometidos con uso de armas.
Desde la oposición, Sergio Berni ya declaró que desde el punto de vista legal el decreto sobre la tenencia de armas es correcto, mientras que el kirchnerismo en general justifica la baja en la edad de imputabilidad con el argumento de que así los menores tendrán derecho a defensa, como si -después de tanta “década ganada” y otros mitos K- no hubiera otra cosa que el Estado pudiera hacer con esas infancias que brindarles un abogado de oficio.
Además, el Gobierno envió este año al Congreso un proyecto de ley para facilitar el reempadronamiento de legítimos usuarios para beneficiar a aquellas personas que tienen armas de fuego, pero con el permiso vencido, y les otorga un año de gracia para regularizar su situación, a la vez que les otorga una amnistía por infringir el artículo 189 del Código Penal por la posesión ilegal de armas de fuego.
La baja de la edad para la tenencia se enmarca en una promoción general del uso de armas. En Argentina, sin embargo, el 77 % de la población se opone a la libre portación de armas, según muestra un relevamiento del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales
De lo que se trata es de entender de dónde viene la violencia, quién es el enemigo, cuál es el origen de tanto sufrimiento y organizarse para derrotarlo colectivamente.