ESMA: el abrazo contra los despidos y el vaciamiento se convirtió en “Hay 2025”

Escribe Valu Viglieca

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Los trabajadores y trabajadoras de la ESMA convocaron para el último viernes del año un abrazo en el edificio de la Escuela de Mecánica de la Armada donde funcionó el centro clandestino de detención, actualmente denominado “Espacio de la Memoria”. El abrazo se organizó en conjunto con el Espacio de la Memoria de Corrientes y de Córdoba.

La cita recogió adhesiones y solidaridad de infinidad de organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales, sindicatos y partidos políticos. En las escalinatas del edificio de las Cuatro Columnas se apostaron las Madres y Abuelas, Tomada, Jorge Taiana, Hugo Yasky, Miryam Bregman y Gabriel Solano, entre otros. Horas antes de la cita, las Abuelas habían anunciado la recuperación del nieto 138 nacido en cautiverio en ese mismo lugar.

Una demostración empírica de la importancia del trabajo de los estatales en el lugar, la recuperación de pruebas, el resguardo de lo que no pudieron destruir ni llevarse, se sintetizó en la frase: “sin trabajadores no hay memoria”. El problema de la consigna es que, en lo que va del año, despidieron miles de trabajadores estatales y que pasaran todos y cada uno de ellos habilitó llegar a diciembre con una nueva tanda de despidos. Una promesa cumplida del gobierno de Javier Milei, arrasar con quienes llevan adelante sus tareas bajo la órbita estatal.

Un acto electoral

Aunque entre las consignas que se cantaban las más escuchadas fueron las de “Cómo a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar” y “paro general”, no faltaron desde los oradores el “vamos a volver” tan usado durante el gobierno de Mauricio Macri que terminó con los Fernández dándole paso a la Libertad Avanza.

La promesa desde el palco a los trabajadores que despiden el 2024 sin trabajo y con un salario absolutamente devaluado fue la de que con la victoria del peronismo en las legislativas de 2025 se iba a recuperar todo con lo que arrasó Milei. Pero los despidos son posibles ahora como lo fueron en 2016/2017 gracias a que, desde Menem en adelante, la estabilidad en el empleo público es papel mojado y lo que prima en el Estado es la precarización laboral en forma de contratos anuales o monotributo.

El régimen se sostiene con la destrucción de los convenios, la pulverización del salario y la pérdida derechos laborales. Para eso fueron cómplices años tras año cada uno de los gobiernos: peronistas, radicales y kirchneristas; de la misma forma que los archivos de la dictadura siguieron a resguardo y siguen sin encontrarse 300 nietos apropiados. La única verdad es la realidad.

Además de Tati Almeida, Victoria Montenegro y Miriam Bregman habló el secretario general de ATE Capital, Daniel “Tano” Catalano, que contestó al cántico por el paro general que sí, que había que construir el paro, pero que con un sólo paro no iba a alcanzar, que hacía falta un plan de lucha y destacó que: “A este gobierno lo vamos a derrotar en las urnas, en las calles y con un pueblo organizado” y que para eso era necesaria la unidad. El planteo de unidad fue recogido por Bregman, muy aplaudida por la base K.

La “unidad” a secas es el seguidismo a los responsables – por acción o por omisión- de la reforma laboral, de los despidos, de la destrucción de las jubilaciones, etc. El acto del 27 de diciembre podría haber sido una convocatoria para coordinar las distintas luchas en curso, porque estaba presente el Hospital Bonaparte y el Garrahan, porque estaban los centros de estudiantes que vienen de dar la lucha contra el vaciamiento de las universidades, porque estaban los organismos de derechos humanos, las asambleas populares, etcétera. La tarea que tenemos es la de coordinar las luchas con la perspectiva de una victoria de la clase obrera frente a Milei y sus socios y no del hay 2025 que pregonó el peronismo en la ESMA.

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