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El gobierno de CABA bloqueó el acceso a los contenidos de la Educación Sexual Integral (ESI). El dictado de sus contenidos está amparado, en la Ciudad de Buenos Aires, por la Ley 2.110 y en Nación, por la Ley Nacional 26.150. En todo caso, de esta manera se resguardan las espaldas diciendo que no faltan a la obligatoriedad de impartir la ESI en todos los niveles educativos, ya que la "revisión" se está realizando en época de receso escolar.
El link de la página que reunía el material didáctico elaborado por profesionales especialistas en el área y contenía documentos, material visual, videos, cursos, actividades realizadas en escuelas, bibliografías completas y material de apoyo para trabajar en las escuelas, se encuentra fuera de línea. El Gobierno asegura que los contenidos “están siendo revisados de manera ´exhaustiva´”, pero no se sabe quién tiene a cargo esta revisión, si los funcionarios que la realizan son aptos en el área y cuál es su experiencia, ni tampoco quién es el supervisor. Lo único que se menciona es que quieren que el material de estudio sea neutral. ¿Bajo qué mirada? Tampoco se sabe.
¿De qué neutralidad se habla? Las herramientas que se han implementado por medio del cumplimento de la Ley de Educación Sexual Integral han sido de gran apoyo en las aulas y fuera de ellas. A través de las pautas del programa muchas chicas, chicos y jóvenes han podido identificar y reconocer círculos de violencia, prevenir enfermedades de transmisión sexual, tener herramientas frente al acoso escolar y virtual, entre varias otras herramientas.
Estamos frente a una barbarie social donde nuestros jubilados se debaten entre comer o mantenerse un poco más sanos. Donde los trabajadores no llegamos a fin de mes, a veces con más de un trabajo; donde el vaciamiento en la salud pública es cada día más severo y los servicios se vuelven impagables; donde estamos frente a un gobierno que descree de los fenómenos ecológicos y, por tanto, no están en su agenda; donde se juzga a Yolanda Vargas por ser pobre. Por eso más que nunca debemos alzar las voces y luchar para que acabemos con este sistema medieval.
