El pago del Día del Telefónico: entre relatos y campañas electorales

Escribe Flavio Pereyra

Tiempo de lectura: 2 minutos

El bono por el día del telefónico es un pago por única vez, acordado con las empresas en 2015 y se pagó por primera vez en 2016. La dirección de Foetra lo propagandiza como un “logro” o “conquista” salarial que significa un “sueldo 15”; siendo el aguinaldo por ley el sueldo 13, y la “productividad” del convenio telefónico, el sueldo 14.

Por el contrario, desde un primer momento, la agrupación Naranja lo caracterizó como “una redistribución que permitía sostener el derrumbe salarial y las paritarias a la baja, con respirador artificial durante fin de año”.

En efecto, cada fin de año anterior a la firma de este bono, el gremio era recorrido por un descontento generalizado que se materializaba en campañas “por un pago de fin de año”, generado por el derrumbe salarial posterior a 2007, cuando Foetra abandonó las luchas salariales para seguir los topes paritarios de Moyano y CFK.

El bono no significaba un avance salarial frente a la inflación, sino que es creado sustrayendo porcentajes de paritarias por debajo de la inflación, lo que significaba una redistribución del ingreso, para tapar el agujero salarial de 40 días, entre el sueldo adelantado de diciembre y el de enero.

Un nuevo relato

En estos días, la agrupación del “Partido Obrero” publicó un relato que revisa su posición histórica. Caracteriza al “bono del día del telefónico” como un “logro”, acoplándose al relato de la burocracia con 9 años de demora.

Refuerzan el discurso y fortalecen a la burocracia en el contexto de parálisis general de los sindicatos frente al gobierno de Milei, que viene a barrer con estabilidad laboral, salario, jubilaciones, condiciones laborales y la relación de dependencia misma.

Aseveran también que el bono sería el resultado de la lucha que motorizamos, por el pago del “bono de participación en las ganancias”, derecho establecido en la Ley de Reforma del Estado de la privatización menemista, que luego de concretada, Menem anuló con un decreto. Pero son dos temas diferentes, sin relación el uno con el otro.

Debemos realizar esta aclaración porque la revisión de la posición nos afecta, y nos tiene históricamente vinculados, en cuanto que quien escribe este artículo fue su redactor original.

Es un desatino que, en el estrecho interés de posicionarse frente a las elecciones de este año, el resultado sea el refuerzo del relato de la burocracia que piloteo el derrumbe del salario.

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