Salud: impulsemos asambleas y auto convocatorias contra los despidos

Escriben Silvia Allocati y Valu Viglieca

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El gobierno de Milei dio un batacazo en su plan de destrucción de la salud pública con 1.400 despidos de trabajadores de hospitales y organismos descentralizados dependientes del Ministerio de Salud. El gobierno liberticida, además, mediante un decreto firmado por el ministro Mario Lugones, dio de baja 15 sectores entre direcciones y secretarías. Los cierres de áreas y cesantías llegan en medio del aumento de Hepatitis A y Tuberculosis del último año.

El cierre de programas anunciado redunda en el despido de 410 trabajadores de la administración central, 188 del Hospital Nacional Sommer, 320 del Hospital Nacional Laura Bonaparte y un número aún no definitivo de Pami, Malbrán y Anmat, entre otros organismos. Los despidos se notificaron por e-mail. Desde el gobierno los justifican en nombre de la supuesta superposición de tareas e “irregularidades” en los contratos, mismo argumento utilizado para eliminar áreas enteras del Ministerio de Justicia. Más tarde, los funcionarios de Salud habilitaron una mesa de negociación por organismo, que será sometida a todo tipo de dilaciones y maniobras.

En los hospitales y centros de salud públicos faltan reactivos e insumos de prevención. La Sociedad Argentina de Infectología envió una nota a la Dirección Nacional de Enfermedades Transmisibles reclamando se informe el alcance e impacto que podían producir las medidas adoptadas por el gobierno nacional. Pero hasta la fecha solo se conocen acciones convocadas por las asambleas de trabajadores. En cambio, ningún sindicato ni asociación profesional llamó a organizarse para revertir el ataque a los trabajadores ni el cierre de los programas públicos.

Esta nueva andanada de despidos forma parte de una ofensiva rabiosamente capitalista contra el sistema de salud pública. El gobierno ha abrazado una alianza con los pulpos de la medicina prepaga y los grandes laboratorios y cadenas de farmacias, en detrimento del sistema público y las obras sociales, que la burocracia sindical está dejando correr. La organización para rechazar los despidos y el cierre de hospitales no puede ser una pelea sólo de los trabajadores del sector, hay que autoconvocarse en defensa propia.

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