Resolución 10/2025: Milei le declara la guerra a investigadores y becarios

Escribe Nahuel R.

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Luego de un año dónde se han subejecutado los presupuestos orientados a los programas de investigación científica, recortado becas y estipendios mientras se suspendieron el mantenimiento y la actualización de laboratorios, el gobierno lanza una resolución que busca solidificar este vaciamiento y sentar las bases para un nuevo ataque.

El proceso de luchas que se han desenvuelto durante 2024 logró mostrar los límites del trabajo científico en Argentina. Como mencionamos en estas páginas a principios del año pasado, los ataques que Milei perpetraba se sostenían en la precariedad laboral de becarios, investigadores y docentes que dejaron todos los gobiernos anteriores. La camarilla de gobierno, así, tuvo las herramientas legales para subejecutar los presupuestos, despedir trabajadores administrativos, recortar los ingresos a becas doctorales y de finalización, etc.

Ahora, utilizando esta subejecución, se dispone a matar todos los programas que no hayan gastado más del 30% de su presupuesto asignado, una estrategia de profecía autocumplida que opera tergiversando la realidad: bajo la excusa de “frenar los curros”, retirando partidas de “fomento a la cultura científica” de clubes y organizaciones barriales, blanquea los “curros del sector privado”. Buscan que los institutos y laboratorios reciban un financiamiento de empresas privadas y de fundaciones, tanto nacionales como internacionales. Esta estrategia es un subsidio al capital privado: el gobierno paga los salarios, paga el mantenimiento de los edificios, pero los investigadores que deseen adquirir reactivos y otros recursos deberán vender servicios a terceros. Fíjese la maniobra de manipulación mediática: hay un “curro malo” y un “curro bueno”.

Aquellos laboratorios que logren aumentar su propia explotación, y logren acceder a más capital, podrán continuar sus investigaciones – independientemente de si este trabajo tercerizado está relacionado a no con lo que investigan. El gobierno ha instaurado el régimen de freelance en los laboratorios e institutos científicos de todo el país.

Los laboratorios de investigación que entren en la categoría de “estratégicos” podrán acceder a financiación por parte del Estado. Entrarán, por su puesto, dentro de los beneficios que se disputarán los monopolios del campo, cómo el desarrollo de transgénicos resistentes a herbicidas; minero, con mantas para el control de desechos; entre otros.

Todo esto, evidentemente, sin resolver la crisis salarial que se vive en cada espacio, ya sean aulas, seminarios, laboratorios o institutos. A la par que se aspira a la Ciencia cómo subsidio del capital, se destruye la base de ese subsidio: la subsistencia de los trabajadores científicos.

Estos tres elementos son el derrotero de un sistema científico como subsidio al capital. No hay expectativa de ningún desarrollo de mejor calidad de vida para las clases trabajadoras en este modelo. Debemos preparar una ofensiva de los trabajadores de la ciencia, y los estudiantes que aspiremos a ello, para combatir la confusión que intenta imponernos la camarilla que gobierna. El primer paso será recuperar las instancias de autoconvocatoria y de asambleas generales en los gremios recuperados. El segundo paso es la preparación de una campaña que ataque esta visión destructiva de la ciencia. El tercero es preparar la movilización masiva, y la huelga general, que se cimenta todos los días con los ataques al salario. Es el momento de que la ciencia y la universidad, con una perspectiva de clase, entre en la escena política.

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