Escribe Agustina Martelli
Tiempo de lectura: 2 minutos
El 17 de enero pasado se conocieron los resultados de la convocatoria 2024 a becas doctorales y de finalización de doctorado del CONICET, que dejan cientos de investigadores en la calle.
En la convocatoria, el Directorio de CONICET se comprometió a otorgar 1000 becas doctorales, 300 de finalización y 500 de posdoctorado, que comenzarán sus actividades en abril. En el marco del brutal ataque contra la ciencia financiada por el Estado que está llevando adelante el gobierno liberticida, quizás al Directorio estos números puedan parecerle aceptables, pero no lo son. De hecho, representan la consolidación del ajuste de Milei-Salomone, que lleva la cantidad de becas otorgadas a valores previos a los de 2004, por segundo año consecutivo (ver gráfico). En la convocatoria 2023, el CONICET se había comprometido a otorgar 1300 becas doctorales, 300 de finalización y 800 de posdoctorado, pero finalmente entregó 840 doctorales, 300 de finalización y 500 de posdoctorado (un recorte de entre el 35 % y el 40 %). Además, previamente se solía otorgar una partida extra de becas de finalización de doctorado para todos aquellos que la necesitaran, esto no sucedió el año pasado, ni este, cuando se ha agravado la situación de los becarios y han aumentado las postulaciones. Hay al menos 166 becarios que quedarían en la calle debido a esta razón, y sus investigaciones quedarían truncas.
El sector público de ciencia y técnica viene sufriendo un proceso de desguace y privatización por parte del gobierno, montado sobre años de precarización laboral y asociación con el capital privad o previos. Solo en 2024 se han reducido un 30 % el presupuesto y los salarios, mientras que el organismo ha perdido unos 1000 puestos de trabajo.
Frente a un escenario como este, un camino de adaptación como el que viene llevando adelante en diversos grados la burocracia sindical de ATE y UPCN en distintos organismos públicos azotados por los despidos y los recortes, sería mortal para el destino del CONICET y de la ciencia pública. Por el contrario, es imperioso retomar el camino de la organización: reunir a los sectores afectados y a quienes se oponen a la política mileísta y que no se resignan a aceptarla. La primera tarea es convocar reuniones y asambleas para levantar un movimiento de lucha que salga nuevamente a las calles por sus reclamos.
Resolución 10/2025: Milei le declara la guerra a investigadores y becarios Por Nahuel R., 20/01/2025.