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La última rueda de versiones asegura que el FMI se avendría a desembolsar 10 mil millones de dólares sin la condición de devaluar el peso ni levantar el cepo en el mercado de cambios. La deuda de Argentina con el Fondo pasaría de los 45 mil millones de dólares heredados de la gestión de Caputo-Macri (ratificados por Alberto Fernández y Martín Guzmán) a 55 mil millones con sus correspondientes intereses. El endeudamiento adicional expresa la insolvencia del Tesoro nacional; entre la deuda local y la externa, y la privada y con organismos internacionales, el monto total llega a los 450 mil millones de dólares. Si a esto se suma la deuda del Banco Central y de provincias y municipios, el conjunto de la deuda pública sería entre 500 y 550 mil millones de dólares.
La explicación para que el FMI abra la bolsa sin un compromiso de ajuste cambiario ni monetario es que una devaluación del peso incrementaría la ya elevada tasa mensual de inflación –subvalorada por la manipulación del INDEC. Desde hace tiempo se viene diciendo que el capital internacional no se abalanzaría hacia Argentina si la LLA no gana las elecciones de octubre próximo y no reúne una masa legislativa sustancial. La apuesta (el “put”) de los fondos y bancos internacionales es enteramente política. Esto significa que Milei, Caputo y las grandes patronales se han impuesto el desafío de derrotar social y políticamente a la clase obrera y a los trabajadores en su conjunto.
La operación no es sencilla cuando el atraso cambiario golpea las ganancias de las mineras (incluso Vaca Muerta) y el agronegocio –donde se registran quiebras significativas. Los 10 mil millones adicionales del FMI estarían financiando la venta de dólares de las reservas internacionales a un precio inferior al mercado para contener la cotización del dólar en el mercado paralelo y en el ‘blend’. Las empresas de servicios, por otro lado, reclaman un resarcimiento del 45% por la demora en el aumento de las tarifas y la adopción de un ajuste mensual. Mientras que el FMI ha calculado un dólar de ‘equilibrio’ en 1.300 pesos, Cavallo y la Fundación Mediterránea ponen el número en 1.600 pesos. El “peso fuerte” de Milei tampoco vive solitario en el mundo: las subas de aranceles a las importaciones norteamericanas que promete Trump deberán impactar en una mayor inflación y en la irrupción, al lado de la guerra comercial, de una guerra monetaria. El aspirante a un gobierno de dictadura personal en Estados Unidos se encuentra presionando a Arabia Saudita para bajar la producción de petróleo de la OPEP, para dar mayor espacio a la norteamericana, y regular la baja del precio, lo que pone fuera de mercado a Vaca Muerta. La macroeconomía mundial, en plena crisis, no comulga con la macroeconomía local de Caputo. El préstamo adicional del FMI puede ser objeto de un litigio judicial, nacional o internacional, porque viola la ley de Administración Financiera y no cuenta con aval del Congreso ni de una cláusula votada en el Presupuesto. El préstamo para solventar el ajuste de Milei profundiza contradicciones explosivas que llevarían a sus autores a derrotas políticas nacionales e internacionales.
Con las elecciones de medio término en la cabeza, Milei se despachó, en Davos, con un discurso que unifique políticamente la campaña de la LLA y de sus secuaces. Sus descargas fascistas contra los derechos civiles y políticos, y contra la inmigración y el combate al calentamiento climático, provocaron un ‘bumerán’ –la convocatoria a una marcha antifascista multitudinaria, que inicia el ciclo de marchas hasta el 1 de Mayo. Sus asesores han comenzado a negar que haya dicho lo que dijo. El préstamo adicional del FMI, con sus limitaciones, no puede poner remedio a estas contradicciones.
Es en este cuadro que la camarilla libertaria se metió en otra ronda de nombramientos, en las que se destaca la del Procurador del Tesoro, reclutado de los estudios de abogados que han ayudado a los fondos buitres a litigar contra Argentina. Esta manifiesta incompatibilidad de intereses tiene sin cuidado a Caputo y los ‘libertarios’, que se encuentran en esa misma situación. La prueba es que Caputo ha sacado el oro del Central hacia otros bancos centrales, con el pretexto de que rinda intereses, cuando por esta función comercial puede ser embargado por la Justicia extranjera. En este contexto, Caputo se ha comprometido con la jueza norteamericana que lleva el caso YPF, a informarle sobre el oro y otros activos, como reclama el fondo Bruford. El cuadro no podría ser más claro: Caputo ofrece pagar la sanción judicial por el perjuicio supuestamente causado por la expropiación de YPF, con un descuento y la emisión de bonos a mediano plazo. El interrogante es si esta estafa debe esperar a las elecciones o puede producirse antes con el aval del nuevo Procurador.
La perspectiva de una consolidación del gobierno Milei-Caputo es una operación política para reforzar el ataque contra los trabajadores, que ha cobrado mayores dimensiones en las últimas semanas. Pero no tiene una base objetiva. Mediante autoconvocatorias, plenarios, reuniones es necesario adoptar un plan de reivindicaciones y tejer un plan de lucha propio (de agitación y organización) para alcanzar a una audiencia mayor y reunir mayores fuerzas. Es lo que seguramente harán los universitarios con la reanudación de las clases, para llevar la rebelión estudiantil a niveles más altos.