Escribe Vanesa Costancio
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En asambleas y congreso de ADOSAC, se votó no iniciar el ciclo lectivo, adhiriendo al paro nacional del 24 de febrero e incorporando 48 horas más.
La semana anterior se realizaron movilizaciones en el marco de la reunión paritaria. Lo característico fue su gran concurrencia, a pesar de que no había paro.
La oferta del gobierno se reduce a cláusula gatillo y aumento del 100% en las miserables asignaciones escolares (actualmente en $6.000) y familiares (rondando los $30.000). Una oferta que sigue manteniendo el cargo base por debajo del índice de pobreza.
A la lucha por el salario se suma el reclamo contra el cierre de secciones, en los distintos niveles; la modificación horaria que redundaría en baja de la matrícula en las escuelas de adultos y el recargo de estudiantes en la modalidad de Educación Especial, por la falta de creación de cargos. La infraestructura de la mayoría de las escuelas ha colapsado. Durante el receso no se realizaron arreglos ni tareas de mantenimiento.
La adhesión ha sido contundente: más del 85% de los docentes paró los 3 días. Las movilizaciones llegaron incluso hasta el acto de inicio del ciclo lectivo que presidió el gobernador en Pico Truncado.
Desde el Frente de Lucha Docente-Tendencia Docente Clasista, venimos defendiendo en las diferentes asambleas la necesidad de luchar por un salario que cubra el costo de la canasta familiar, incluido el alquiler de la vivienda -situación habitacional en la que se encuentra la mayoría de la docencia- más cláusula gatillo. También llamamos a reforzar la deliberación en las escuelas, mediante la conformación de cuerpos de delegados y convocatorias a encuentros por nivel. Esto bajo la perspectiva de reforzar una lucha decidida ante un gobierno de patotas, que amenaza incluso con intentar destruir económicamente nuestra entidad gremial. Por su parte, la nueva conducción de ADOSAC ha mocionado reducir el reclamo salarial al costo de la canasta de pobreza – “ningún docente pobre” es el lema que levantan. Abandonan asi un reclamo histórico de ADOSAC, es decir que el salario de un cargo cubra las necesidades completas, que permitan trabajar para vivir y no lo contrario. Sobre el reforzamiento gremial en las escuelas, no han establecido aún ningún proceso de conformación de cuerpos de delegados.
El gobierno ha dictado la conciliación obligatoria, lo que nos obligaría a finalizar cualquier medida de fuerza por casi un mes. En ese lapso, el gobierno puede, en términos legales, avanzar en el cierre de decenas de secciones en los diferentes niveles, y en la modificación de la carga horaria de las EPJAS. La conciliación está determinada estratégicamente para atarnos de mano. Desde nuestra agrupación hemos mocionado, en la asamblea de Caleta Olivia, como ha sido en los últimos años, el rechazo a esta conciliación y a sostener el plan de lucha la próxima semana. La nueva conducción ha votado divido, un sector defiende acatar y otro rechaza. La moción de acatar se impuso por un margen reducido de 7 votos. El congreso provincial que sesiona este miércoles 26 debe definir cómo continuamos.
Las medidas de fuerza de esta semana, como las movilizaciones de la semana anterior, reflejan las intenciones de lucha de la docencia santacruceña. A esto hay que darle impulso, alejándonos de las vacilaciones frente a un gobierno que avanza contra nuestras conquistas y salarios. Debemos preparar una lucha a fondo, evitando el desgaste que provoca las medidas extendidas en el tiempo, como sucedió en los últimos años. Esta perspectiva defiende el Frente de Lucha Docente-Tendencia Docente Clasista.