La mujer trabajadora y el ataque de la banda de la cripto estafa

Escribe Comité Editorial

Demos una lucha política a fondo.

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El ataque violento lanzado desde la Casa Rosada contra el movimiento de la Mujer, el 8 de Marzo, expresa la posición del sector abiertamente reaccionario, incluso fascista, de la burguesía internacional. Como ocurre con la guerra europea y las masacres sionistas en Palestina y Medio Oriente, y con los ajustes contra los trabajadores en todos los países y la ofensiva contra el derecho de asilo y la represión a los trabajadores migrantes, la reacción de la cripto banda de Milei es el reconocimiento de que el capitalismo ha ingresado en una crisis catastrófica, que compromete el destino y la supervivencia de la humanidad. Este ataque no es, como pretende el gobierno y disfruta la pseudooposición, una embestida contra la “ideología o movimiento ‘woke’”. Es un ataque a la Jornada Internacional que conmemora la masacre de las obreras textiles norteamericanas en Nueva York, en 1908, y establecido como Día Internacional de la Mujer Trabajadora por las organizaciones de mujeres socialistas. Este movimiento internacional es el reconocimiento de que la emancipación de la mujer, oprimida durante siglos, es incompatible con el capitalismo.

Que la banda de la cripto estafa denuncie el uso irregular de los recursos del Estado para atender las necesidades de las mujeres es un despropósito. Nada es comparable con el incremento de la deuda pública, el pago de intereses y capital y el remate de las reservas internacionales que favorece la fuga de capitales y la especulación con la moneda, o la reducción de impuestos a los ricos. La experiencia “woke” ha fracasado, por cierto, y ha sido previsible; por de pronto, al igual que la banda, ha desvalijado financieramente a Argentina y provocado una pobreza sin precedentes. No ha resuelto, ni siquiera atenuado, los problemas sociales de la mujer y de la familia trabajadora en su conjunto. La conquista del derecho al aborto no es una victoria “woke” sino de la movilización de masa de las mujeres, incluso contra las corrientes “woke” (al punto que fue resistido bajo las presidencias de CFK). Pero la atención gratuita de la mujer y la protección del embarazo no querido no está garantizada o simplemente no existe. La Educación Sexual Integral no está asegurada en las establecimientos privados y del clero, y es harto limitada en las escuelas estatales. El gobierno mafioso que alega cuestiones presupuestarias para no atender las reivindicaciones de la mujer, es el mismo que corta la atención a la población con discapacidades, con términos usados por la eugenesia nazi.

El femicidio, que crece a la par que las masacres capitalistas en todo el mundo, no será superado por una cláusula del Código Penal; sostener lo contrario es una hipocresía. El avance de la barbarie capitalista refuta el concepto de que el femicidio es una cuestión de género y no una cuestión históricosocial. El planteo acerca de que la violencia contra la mujer responde a un odio intrínseco de género es un comodín pseudoteórico para mantener la lucha contra esa violencia en los límites del régimen actual. En su defensa propia, la mujer debe organizarse en forma independiente en los barrios y crear lazos de lucha con el activismo obrero combativo. Las reivindicaciones para la protección de la mujer por parte del Estado tendrán un apoyo masivo si se sustentan en una consciencia y en una organización obrera y socialista

La “ideología woke (no) busca dividir a la sociedad”, como sostiene la Rosada. Los partidos patronales de centro y en particular el peronismo, propugnan y promueven la colaboración de clases y “la comunidad organizada”. Han fomentado una burocracia sindical empeñada en esa colaboración de clases dentro del movimiento obrero, y la exclusión del activismo clasista. Por eso cuenta con el apoyo de Milei y viceversa. La sociedad está objetivamente dividida, básicamente entre explotadores y explotados; la superación de esa división pasa por el socialismo, por la abolición de las clases y, por lo tanto, de ese antagonismo histórico. Las embestidas fascistoides contra el movimiento de la Mujer tienen un carácter estratégico, no circunstancial. Es necesario que este Movimiento señale su propia estrategia y un programa de reivindicaciones. Una estrategia socialista cuya piedra basal sea la lucha por un gobierno socialista de trabajadores.

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Este 8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, salgamos de nuevo a las calles contra el fascismo ‘libertario’ y la guerra imperialista Fuera la Gendarmería de las fábricas, de la Patagonia mapuche y del Norte bagayero, 04/03/2025.

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