Con la complicidad del Congreso. Tapa de Política Obrera N° 115 edición impresa.
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El Gobierno ha resuelto imponer el acuerdo con el FMI, cuyos términos se desconocen, a través de un “decretazo” de necesidad y urgencia.
Es un cheque en blanco enviado con la complicidad del mismo Fondo. Se trata de otro autogolpe de Estado, que el Congreso dejará pasar conforme a su propia trayectoria.
Implicaría un fenomenal aumento de la deuda con el FMI contraída por Caputo, bajo el gobierno de Macri, por 45.000 millones de dólares.
Para disimular el atropello, el Gobierno dice que ella está al servicio de cancelar otra deuda, que el Tesoro nacional tendría con el Banco Central.
Pero el Banco Central ha admitido que esa deuda tiene un valor ficticio cuando la redujo de un equivalente a 67.200 millones de dólares a 23.500 millones, a mediados del año pasado. Este resto es igualmente ficticio, porque se trata de letras “intransferibles”, que no tienen valor de mercado. Quedaron definitivamente desvalorizados por la inflación que produjo su emisión, durante los últimos quince años. El daño inflacionario de esa deuda pagadiós se ha producido en el pasado, no tiene vigencia para el futuro.
Forzar al Tesoro a pagar esta deuda inexistente significa imponer un nuevo ajustazo a los trabajadores, del orden del 4 % del PBI. Si se lo suma al ajustazo impuesto hasta ahora, que para Milei ha sido del 15 % del PBI, el saqueo a los trabajadores equivaldría a 120.000 millones de dólares.
Luis Caputo, sin embargo, dejó trascender en declaraciones el propósito de rescatar toda la deuda ficticia de las letras intransferibles, a medida de su vencimiento. En ese caso, el ajustazo se acercaría al 30 % del PBI, o sea, al equivalente de 180.000 millones de dólares. Como diría el criptoestafador, sería “el mayor ajuste de toda la historia de la humanidad” .
Pero los 20.000 millones que el FMI entregaría al Tesoro no resuelven nada de fondo. El Tesoro tiene una deuda doméstica equivalente a unos 150.000 millones de dólares y una externa de alrededor del mismo monto, más las deudas de provincias y empresas por una suma similar. El préstamo del FMI no cubre, ni como garantía, la tendencia al default. Solo consigue que la deuda de Argentina con el Fondo pase de 45.000 millones a cerca de 70.000 millones, a una tasa anual de interés exorbitante del 6.5 por ciento.
El Congreso se apresta a ser cómplice de este autogolpe y de esta megaestafa por medio de un decreto que viola la legislación vigente, que exige que el acuerdo con el Fondo se haga por ley. Bien mirado, se trataría de una absolución de “facto” de la criptoestafa de Milei.
El acuerdo con el FMI significa nuevas Bahia Blanca a lo largo del país. Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, ‘sinceró’ que la ayuda a los bahienses será cero, porque lo contrario afectaría el ‘equilibrio fiscal’.
El directorio del FMI, dividido como nunca por la ofensiva de Trump contra un sinnúmero de países, debe aprobar el acuerdo secreto o cheque en blanco dentro de un mes. Es un período suficiente para que lo quebremos mediante movilizaciones y huelgas.