Escribe Alejandro Barton
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En un artículo publicado el domingo 29, Infobae dio a conocer que el Gobierno está impulsando una reforma de la escuela secundaria a nivel nacional. Sus puntos básicos fueron tratados en la última asamblea del Consejo Federal de Educación (Argentina.gob.ar, 29/05).
Si bien el documento que el Gobierno giró a las provincias no se dio a conocer masivamente entre los medios, Infobae afirma haber accedido al mismo. Según esta fuente, la reforma impulsada a nivel nacional sería una extensión de la que ya impulsa el gobierno porteño en su jurisdicción: “Si bien la escuela secundaria depende de cada jurisdicción -y varias ya están avanzando (PBA, CABA)-, la iniciativa nacional pretende consensuar un marco federal común y, a la vez, impulsar los cambios en las provincias más rezagadas” (Infobae, 29/06). En CABA, la reforma señalada ha dejado a un 40 % de docentes en disponibilidad en las escuelas “pioneras” que han ingresado al plan “BA Aprende” y, a la vez, ha generado sobrecarga laboral debido a la absorción de diversas tareas (tutorías, elaboración de trayectorias “personalizadas”) en un solo cargo y ha primarizarizado la enseñanza, al transformar las materias “no troncales” en talleres de “casos específicos” subsumidos en áreas (Sociales, Naturales).
Infobae promueve activamente la reforma BA Aprende que impulsa el gobierno porteño. Está vinculado con Ticmas, empresa de tecnología educativa que provee de “servicios educativos” al gobierno de CABA. Por eso resultan relevantes los puntos de la reforma que deja trascender. Todos ellos son elementos ya presentes en el plan BA Aprende y, a la luz del mismo, nos permiten caracterizar a la reforma impulsada nacionalmente como un salto cualitativo en la degradación educativa y laboral. Veamos sus puntos.
“Se alentará(n) (...) formas alternativas de agrupar a los alumnos y de organizar el tiempo y el espacio”. Esto, a la luz de lo que viene sucediendo en las escuelas de CABA que ingresaron como “pioneras” al Plan BA Aprende, se traduce en una sobrexigencia y deterioro de la labor docente al atender a grupos diversos de alumnos en un mismo espacio áulico.
La nota de Infobae saluda el remplazo de cargos por curso por cargos con horas institucionales de turno completo, evitando “profesores taxi que vayan de escuela a escuela”. Sin embargo, a juzgar por el plan BA Aprende de CABA, el trastorno horario producido obliga a muchos docentes a quedar en disponibilidad y ser despedidos de no resolverse su situación laboral. Por otra parte, nadie vive con un solo turno, de modo que se termina aceptando jornadas extenuantes de doble turno (incompatible con la docencia) de 60 o más horas, o renunciando.
En otro lugar, la nota dice: “El texto oficial propone pasar de la enseñanza centrada en el docente, a los aprendizajes en profundidad, atendiendo a las necesidades de la sociedad y del mundo del trabajo”. El reemplazo del término “enseñanza” por “aprendizajes” no es inocente. En los documentos sobre educación de los organismos financieros internacionales (Banco Mundial, etc.), con el remplazo de “contenidos” por el de “habilidades” aptas para el “mundo del trabajo” (es decir, a los requerimientos del capital) se subraya la necesidad de una educación que priorice “habilidades” (aptitudes para el trabajo) sobre los contenidos. Naturalmente, la degradación educativa es inseparable de la descalificación del trabajo docente; lo recién señalado haría que la enseñanza ya no esté “centrada en el docente”, sino en la supervisión de las tareas que desarrollan “autónomamente” los alumnos al desplegar sus habilidades “aptas al mundo del trabajo”, esto es, en el uso de las aplicaciones digitales (donde están los “contenidos”). La descalificación del trabajo, inherente al desarrollo capitalista, se extiende al ámbito educativo.
Afín a los lineamientos del Plan BA Aprende del gobierno porteño, la reforma impulsada por el gobierno nacional conlleva una primarización de la enseñanza secundaria, en la que se imparten contenidos básicos (Lengua y Matemática) y las disciplinas de la áreas de Sociales y Naturales son agrupadas en áreas y tratadas con proyectos en talleres de “casos”: “la propuesta apunta a estimular que haya momentos de trabajo autónomo de los estudiantes, con proyectos individuales y grupales, materias troncales (Lengua y Matemática) y otras organizadas por áreas (como Ciencias Sociales y Ciencias Naturales)”. En la práctica, esto se traduce en una pérdida de contenidos, al perderse la especificidad disciplinaria, y en despidos, al agruparse las horas de los cargos docentes.
Toda esta fraseología de aprendizaje (en oposición a enseñanza) basado en proyectos (en oposición a contenidos) apunta al reemplazo de una educación que transmite contenidos culturales entre generaciones (lo que es tachado maliciosamente de “enciclopedismo”) por una educación que capacita a la nueva fuerza de trabajo (“flexible”) para los nuevos requerimientos del capital (principalmente el asociado a las empresas tecnológicas). De ahí que los documentos sobre educación de los organismos internacionales, como el Banco Mundial, hablen de capacidades en lugar de referirse a contenidos. La nota de Infobae lo expresa del siguiente modo: “se priorizan (…) metodologías ‘activas’ (como el aprendizaje basado en proyectos), el enfoque en ‘capacidades’ (antes que contenidos), habilidades socioemocionales, educación financiera, emprendedurismo, nuevas tecnologías e inteligencia artificial.” Además, se prevén pasantías laborales, dice la nota en otro apartado.
Por último, la nota de Infobae deja entrever que se proyecta un cambio radical en la carrera y evaluación docente: “sugiere que haya una carrera diferencial para los docentes ‘destacados’, que se promueva la investigación y otras vías de ascenso horizontal (por ejemplo, que un maestro pueda crecer profesionalmente acompañando a docentes noveles) y que se construyan redes de educadores”. ¿Habrá un sistema de puntaje y ascenso para aquellos docentes que “capaciten a otros” en los principios que enuncia la reforma?
De lo expuesto en la nota de Infobae se desprende una “reforma” que degrada la educación y ataca nuestras condiciones de trabajo. A la extorsión del agrupamiento de horas en una misma escuela para evitar el “docente taxi”, debemos oponerle la reivindicación de un salario igual al costo de la canasta familiar ($1.800.000 para el cargo de un maestro de jornada simple sin antigüedad) y que no haya ningún despido (titularización de todos los interinos). Estos reclamos deben vincularse a la elaboración de una política educativa de desde el campo de los trabajadores de la educación.
Con esas posiciones concurriremos al “Primer Encuentro Político Pedagógico sobre las Reformas”, convocado por Ademys, que se realizará en CABA el próximo sábado 17 de julio.