Bahía Blanca: un ‘retorno a clases’ bajo una crisis humanitaria

Escribe Emiliano Fabris

Bahía Blanca: un ‘retorno a clases’ bajo una crisis humanitaria

Tiempo de lectura: 4 minutos

Las jefaturas regionales y distritales de Bahía Blanca decidieron iniciar las clases en instituciones “que se encuentran en condiciones”. El ministro provincial de educación Alberto Sileoni había afirmado en este sentido que “los chicos pueden estar mejor en la escuela, socializando con otros chicos y aprendiendo, que en la angustia de sus casas con los mayores sacando barro”. En el mismo sentido, tanto el intendente de la ciudad, Federico Susbielles, como el ministro provincial de gobierno Carlos Bianco, han afirmado recientemente que Bahía Blanca estaría recuperando la “normalidad” y dan como prueba el reinicio de las clases.

Kicillof anunció que de los $273.000 millones para la reconstrucción de la ciudad, habrá unos $20.000 millones para infraestructura escolar. De parte de la secretaría nacional de educación, por ahora nada. Las autoridades educativas dicen que aspiran a habilitar para las actividades pedagógicas unas 5 instituciones por día. Es un numero completamente arbitrario porque se debería cumplir que no haya daños en infraestructura –un 70% de las escuelas se vieron afectadas en algún grado-, que exista una desinfección completa y contar con personal auxiliar y docente en al menos un 70% en condiciones de asistir, sin que se hayan abierto suplencias extraordinarias. Así ya se ha impuesto retomar las clases, dentro de las escuelas públicas, en al menos siete jardines, ocho primarias, tres secundarias, una escuela especial y un terciario. Las instituciones privadas han reabierto prácticamente en su totalidad. La concurrencia a ellas está siendo muy reducida por el momento. La ciudad cuenta con un total de 360 establecimientos educativos.

El Estado no atiende la crisis post-inundación

En primer lugar, es cierto que el barro y otros desechos que menciona Sileoni todavía se sigue sacando de las casas. Lo que no dice Sileoni son en las condiciones en lo que esto sucede: en muchos casos sin agua potable, mientras que la lavandina y otros artículos de limpieza depende casi exclusivamente de las donaciones y de su llegada a los hogares que tambien depende de los trabajos voluntarios. Los docentes saben de esta realidad por haberlo sufrirlo en primera persona o por constatar la situacion desde las escuelas que estan abiertas como centros de donaciones, porque a ellas no ha llegado ninguna asistencia estatal, siquiera la que se entregaba antes de la inundación como el Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (MESA) ni tampoco kits escolares. Además, siguen faltando colchones, pañales y comida a las familias más humildes y damnificadas.

Luego, no es solamente sacar el barro de la casa. Es reconstruir una casa en todos sus cimientos. Es reponer la heladera, el lavarropa, los muebles. Todo esto los trabajadores deberán hacerlo endeudándose con los “créditos blandos”. Sin embargo, muchos trabajadores perdieron el trabajo y otras tantos, a pesar de haber perdido todo, estan siendo obligadas a retomar la jornada de trabajo cuando el cuadro de catástrofe plantea una prohibición de los despidos de todos los trabajadores y dispensar con goce de haberes a todo trabajador con cargas de familia. Como ha sucedido con la pandemia, el capital exige la vuelta a la “normalidad” y los partidos patronales responden al llamado, tomando medidas como el reinicio de clases.

De igual modo con el COVID, este apresuramiento por iniciar las clases puede significar un remedio peor que la enfermedad. Por empezar, ninguna escuela ha recibido materiales sanitarios extraordinarios y las que fueron afectadas estan siendo limpiadas únicamente por el personal que puede movilizarse y voluntarios. Luego, el Consejo de Salud Ambiental y Medicina Respiratoria de la Sociedad Argentina de Medicina ha emitido un comunicado con recomendaciones y consejos para la contaminación aérea con polvo post-inundación en donde establecen la importancia de no exponer a niños, embarazadas, ancianos y personas con enfermedades crónicas respiratorias o cardiovasculares o, en todo caso, a que utilicen barbijos que una vez más no existen en las escuelas. Otra cuestión básica de higiene en medio de esta catástrofe es lavarse las manos con jabón, el cual tampoco está siendo entregado a las escuelas.

El tránsito hacia las escuelas tambien significa una complicación cuando el barro (que en realidad es una combinación de tierra, agua y desechos cloacales) que se quita de las casas todavia está en las calles, junto a tantos otros desechos que son una gran fuente de contaminación, y se está retirando muy lentamente. En barriadas enteras se han disparado brotes de gastroenteritis. Parte de la ciudad está parcialmente incomunicada por la rotura de puentes, calles destruidas y anegadas mientras que el transporte público funciona con frecuencias reducidas. Todo esto se puso en evidencia este lunes cuando el Municipio anunció una suspensión de todas las actividades en la ciudad y la zona por una alerta de lluvia amarillo, comunicando que “algunos caminos todavia estan endebles y el sistema de drenaje no se recuperó en su totalidad”.

En este cuadro, el Suteba Bahía Blanca convocó a una manifestación anunciando que “no hay condiciones para iniciar” e informando que, según las autoridades educativas, los docentes y estudiantes afectados estan dispensados de asisitir a las escuelas hasta nuevo aviso y no se tomará asistencia.

Que el retorno a clases sea decidido por los docentes

En estas condiciones, es claro que no estamos bajo ningún “retorno a clases” y que el mismo es solo un operativo para encubrir el abandono del Estado a una ciudad destruida que lejos está de “volver a la normalidad”. Asistimos una crisis humanitaria que está en pleno desarrollo y está siendo enfrentada fundamentalmente por el enorme esfuerzo de voluntarios dentro de los cuales se encuentran varias escuelas con sus docentes. El Suteba Bahía Blanca debe convocar a una asamblea para debatir esta situacion y establecer un plan de acción para formar comités de emergencia en todas las escuelas, reclamar por las necesidades más apremiantes y establecer con poder de veto cuando pueden realmente iniciar las clases.

LEER MÁS:

La ‘reconstrucción’ de Bahía Blanca Por Patricia Urones, 17/03/2025.

Rechazamos que el Estado reanude las clases mientras no hace frente a la crisis humanitaria Comunicado de Prensa de la Tendencia Docente Clasista de Bahía Blanca, publicado en el FB Nacional de TDC, 14/03/2025.

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