Vayamos en masa a la marcha del 24, contra la usurpación de la memoria y por una lucha para poner fin al gobierno liberticida

Escribe Comité Editorial

La duplicidad del FITU.

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La marcha del 24 de Marzo, en una conmemoración de repudio al último golpe militar de 1976, congregará a una de las mayores concurrencias de los últimos años. Es que tendrá lugar en la secuencia de manifestaciones de lucha de creciente amplitud, como las ocupaciones de Facultades, la Marcha Antifascista del 1 de Febrero y la aguerrida lucha de los jubilados y trabajadores contra la barra brava militarizada de las fuerzas de seguridad. Tendrá lugar también en medio de una crisis financiera que atestigua el "impasse" estratégico del gobierno liberticida. La marcha será otra expresión de la voluntad de una mayoría del pueblo de deshacerse de un gobierno delincuente, tributario de las corporaciones financieras y del imperialismo embarcados en una guerra por un nuevo reparto del mundo entre las grandes potencias y el reforzamiento de la opresión de los pueblos y la clase obrera. La masacre del pueblo palestino y la ´limpieza étnica´ deseada por Trump y el sionismo, se emparentan con las peores barbaries de la Segunda Guerra Mundial.

La Marcha del lunes, que vuelve a monopolizar el kirchnerismo políticamente, no tiene como eje ni la derrota del gobierno liberticida de Milei, ni la convocatoria a una lucha internacional contra la guerra imperialista y el sionismo. No hay una sola consigna de acción en esta dirección, como podría ser la huelga general. Es un manifiesto intento de excluir a los trabajadores de la situación política, que dejan reservada para las elecciones desdobladas y generales. Desde que, hace veinte años, el kirchnerismo cooptó a las Madres de la Plaza, la Marcha se convirtió, de una u otra forma, en una movilización oficialista o paraestatal. En las décadas precedentes había sido siempre una movilización políticamente independiente, fuertemente opuesta a los gobiernos de turno. Las Madres rechazaron el Juicio a las Juntas, apoyado por todas las fuerzas políticas patronales, como un intento extremo de preservar al conjunto del aparato represivo, del ejército, la policía y los grupos de tareas, como se evidenció enseguida, y culminó con el indulto decretado por el gobierno de Menem que apoyaban los Kirchner. La Marcha de 1989 repudió la salvaje represión al ocupado cuartel de La Tablada, por parte de los militares y carapintadas (militares de la dictadura), que recibió el apoyo unánime del Congreso Nacional. Madres denunció al gatillo fácil, que ha sido usado bajo todos los gobiernos desde 1983, como una continuidad de los métodos de la dictadura. Aníbal Fernández, reciclado como un ‘derechohumanista’, organizó el complot contra el movimiento piquetero, en 2002, que llevó al asesinato de los compañeros Kosteki y Santillán, y en 2010 fue responsable de la seguridad estatal que protegió a quienes mataron a nuestro compañero Mariano Ferreyra.

El 24 de Marzo de 1976 no cayó de las ‘fuerzas del cielo’. Fue el escalamiento de la represión criminal de las Triple A, organizadas por el gobierno peronista y apoyadas por las Fuerzas Armadas. Sus víctimas forman parte de nuestros “muertos y desparecidos”. Ese mismo gobierno decretó el “aniquilamiento” de la ‘subversión’ y, a principios de ese mismo 1975, la militarización de la cuenca del Paraná, desde Ramallo-San Nicolás hasta el Departamento de San Lorenzo, en Santa Fe. En enero de 1976, Ricardo Balbín, presidente de la UCR, reclamó el aplastamiento de lo que denominó “la guerrilla fabril”. La inmensa mayoría de la burocracia sindical fue partícipe de esas persecuciones y esos asesinatos. Así fue como asesinaron a una parte vital de la vanguardia de la clase obrera. Toda la clase capitalista que ha lucrado con Alfonsín, Menem, De la Rua, Duhalde, los Kirchner –y así de seguido- reclamó el golpe con un lock out de actividades en febrero del 76. El golpe militar vino a cerrar con sangre el ascenso histórico de las luchas obreras desde el Cordobazo. Desde el copamiento y cooptación de las Madres, la reivindicación de "la Memoria” se convirtió en la producción sistemática de la desmemoria.

Usurpación

Esta usurpación histórica, porque se ha convertido en sistemática, ha sido adoptada progresivamente (‘un pasito aquí, otro para allá’) por la llamada “Izquierda”. Los organismos de derechos humanos ligados al kirchnerismo junto a los que integran el “Encuentro Memoria, Verdad y Justicia” convocan a una “marcha unitaria” el próximo 24 de marzo y al acto que tendrá lugar en la Plaza de Mayo (junto, entre otros, al ‘cegetista’ Héctor Daer). En forma previa, el Encuentro presentará “nuestras consignas, documentos, cabecera y bandera”, en otro lugar, el Congreso. Ese documento será leído ante la propia militancia de los partidos del FITU –no en la Plaza de Mayo, donde se leerá “otro” documento, en un palco dominado por las figuras del kirchnerismo y la burocracia sindical-. Los ‘principios’ que se reivindicarán en una Plaza, serán negados u ocultados, en la otra. Es así como se ha armado una marcha “unitaria”. Son los famosos principios de Groucho –“si no te gustan éstos, tengo estos otros”-.

Marchar juntos no es lo mismo que una marcha unitaria. Para que tenga este carácter es necesaria una unidad de propósitos. Es precisamente lo que buscó el FITU durante un mes, cuando trató de acordar un documento común con el kirchnerismo. La llamada izquierda oculta, con este pacto, no ya un acuerdo con un partido patronal que ha gestionado el estado nacional y gestiona estados provinciales, sino la usurpación política de la Memoria y el apoyo de todas las llamadas fuerzas democráticas al golpe militar. Es ocultar que los K, dentro de su condición de ‘oposición’, colaboran con el gobierno liberticida, como lo demuestran las burocracias sindicales y la CGT. El FITU no sólo desechó hacer una marcha independiente, como ocurría tiempo atrás, sino que desechó delimitarse de los usurpadores patronales, incluso yendo a una movilización que atraerá a grandes masas, alentadas a salir a las calles para acabar con el gobierno fascistoide. Un gobierno con desgastado ropaje constitucional, que toma medidas de excepción, pero cuya camarilla de poder es fascista. El FITU ha renunciado abiertamente a desempeñar un papel político independiente del estado capitalista y sus partidos. El acto en Plaza de Mayo ha sido organizado por un aparato político y sindical de contención y derrota de la clase obrera. No había que promover un acto ‘unitario’ sino rechazar cualquier acto unitario en favor de participar en la Jornada con posiciones propias, que ofrezcan una perspectiva de victoria a la lucha contra los liberticidas y todos sus secuaces o, si se entendía más conveniente, a un acto independiente. Queda claro que toda la jeringoza de estos años acerca de “columnas independientes” pretendía otra cosa, los actos políticamente ‘unitarios’.

A la luz de ese derrotero, naturalmente que hoy no existe “marcha unitaria”: lo que se ha producido es la rendición de los animadores de la otrora movilización independiente al kirchnerismo, en nombre de la constitución de un “frente anti Milei”. La rendición, efectivamente, es sin condiciones, porque el documento, el diseño del acto y el palco “común” les ha sido impuesto por el pejota kirchnerismo. En esta factura, tuvo una gravitación decisiva la burocracia de la CGT, la cual ha disimulado su colaboración con Milei “comprando” un lugar en la jornada del 24 (lo de “comprar” no es metafórico, pues, según se ha informado en el EMVYJ, la burocracia sindical ha contribuido fuertemente al financiamiento del acto donde se subirán los animadores de la ‘marcha unitaria’). Para conseguir su pasaporte a la Plaza del 24, la CGT ha convocado a un paro aislado para dos semanas después. A ese palco, el FITU, le prestará un valioso servicio: a las miles de personas que concurrirán a manifestarse para repudiar al gobierno de Milei, los dirigentes de la izquierda le dirán que el camino para ello es la unión con los gobernadores ajustadores y la burocracia sindical cómplice. En los prolegómenos, los dirigentes K condicionaron el palco “común” a la lectura de un texto “que pudieran firmar todos”. En visperas del acuerdo entreguista con el FMI, no se puede hacer mención del último acuerdo con el FMI, para continuar el de Macri, por parte del gobierno de los Fernandez y Massa, y los diputados “sindicales’.

La operación política que se ha puesto en marcha en este 24 es perjudicial para los trabajadores que quieren acabar con el gobierno de Milei. No hay espacio histórico para un retorno a la etapa pre-Milei. Las variantes patronales alternativas no se liberarán del yugo de la deuda financiera del Estado ni del FMI, y por lo tanto del ajuste. La bancarrota del capitalismo es mundial

Marcharemos encolumnados junto a la multitud de trabajadores y desplegaremos una agitación con nuestra Declaración Política, y nuestros altavoces. Denunciaremos la duplicidad que se ha tramado contra la población que quiere luchar contra Milei, y levantaremos una tribuna propia al margen del acto oficial.

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