Joaquín V. González: la virtualidad, un caballo de Troya

Escribe Nahuel BA

Tiempo de lectura: 2 minutos

En las últimas semanas, el instituto educativo Joaquín V. González estuvo atravesado por acalorados debates en torno a la aplicación reglamentaria de la virtualidad. Después de la convocatoria a una reunión de Consejo Directivo para tratar este y otros temas, que quedó trunco por responsabilidad del Rectorado, las autoridades han difundido un proyecto borrador para que lo discutan y resuelvan las Juntas Departamentales. El documento cita la resolución 476/24 del Consejo Federal de Educación que plantea el achicamiento de los planes de estudio a 4 años y la implementación de hasta el 50 % de virtualidad, ya sea de forma sincrónica o asincrónica.

El organismo, que depende de la Ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, dice lo siguiente: "Cada jurisdicción, con un claro diagnóstico de necesidades y recursos disponibles (...) resolverá el porcentaje de actividades a distancia asignado". En este caso, el Rectorado del JVG ha planteado suscribir a un 30 % de virtualidad de forma asincrónica, y no ha sido informado si hay alguna resolución por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al respecto. Esto implica un recorte de los planes de estudio.

La reforma de las carreras que dictan profesorados e institutos terciarios está íntimamente relacionada a la reforma que ya está aplicando el gobierno de Jorge Macri, en las escuelas secundarias con las denominadas "pruebas piloto". Con este mismo léxico se quiere imponer la virtualidad en los terciarios. Vale remarcar que el proyecto "Secundaria Aprende" ha eliminado decenas de materias y horas cátedra para disolverlas en "talleres multidisciplinares". Esto implica una degradación de los contenidos que se enseñan en simultáneo con despidos masivos de docentes. La secundaria del Siglo XXI es la escuela de la flexibilización laboral. El propósito no es preparar a los estudiantes para realizar trabajos especializados, mucho menos para continuar una carrera en el nivel superior: la perspectiva es que trabajen en Rappi o Uber. Nuevamente, la tecnología aplicada no está al servicio de mejorar las condiciones de estudio y de trabajo, sino al servicio de la explotación capitalista.

La improvisación del proyecto "bajado" por el rectorado y la tentativa de querer aplicarlo de una semana a la otra, en el mes de mayo, cuando las clases ya han arrancado, no demuestra preocupación por el impacto negativo que esto traería a docentes y estudiantes. En el mismo se plantean varias alternativas para aplicar la virtualidad, alegando una comodidad para los integrantes de las carreras que lo suscriban, quienes no tendrían que viajar hasta la institución. A renglón seguido no se garantizan las condiciones para ello, es decir, conectividad y computadoras en el domicilio de estudiantes y docentes, sino que la propuesta es que ambos claustros se dirijan hasta el profesorado para realizar el respectivo trabajo asincrónico.

Estas medidas ya están generando un rechazo en los pasillos del JVG. Vayamos a las reuniones y a las asambleas que se realizarán, para rechazar esta orientación reaccionaria en la educación, por mayor presupuesto educativo, por aumento de salarios a los docentes, becas de estudio, capacitaciones, computadoras y conectividad para todos.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera