El piquete de la villa 21-24 marca el camino

Escribe Javiera Sarraz

Coordinemos la lucha de todos los barrios de la capital.

Tiempo de lectura: 2 minutos

A esta altura de los acontecimientos, los permanentes cortes de agua en las villas de la capital ya se han convertido en uno de los grandes factores de propagación de los contagios del coronavirus. En la 21-24, desde hace varios días, cada vez más vecinos vienen padeciendo la falta de suministro de agua corriente. Ante la falta de respuestas por parte del Estado y de Aysa, las organizaciones barriales que componen la Red de Mujeres y Disidencias de la Villa 21-24, convocaron este miércoles a un corte de calle en la esquina de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield bajo la consigna “No permitamos que haya más Ramonas ¡Queremos agua ya!”. Participaron cerca de 80 vecinos de distintas organizaciones. Desde la Tendencia del Polo Obrero nos sumamos a la convocatoria, y estuvimos presentes en la jornada de protesta.

Durante esta jornada se denunció que la falta de suministro de agua afecta a sectores l villa, como Pavimento Alegre, Tierra Amarilla y diez manzanas más. Incluso el centro de salud pública del barrio, el Cesac N°8, quedó sin el suministro. Además, varias manzanas se encuentran desde hace dos días sin suministro de luz. Este piquete se organizó en el contexto de la explosión de casos confirmados con Covid en las villas miserias de la capital. En la 21-24, el número de contagiados ascendió a 200 -ver https://politicaobrera.com/politicas/1386-200-contagiados-en-villa-21-organizarnos-es-de-vida-o-muerte -, siendo el tercer barrio con más contagios, detrás de la Villa 31 y la 1-11-14.

Al finalizar el piquete, la Red realizó una asamblea para definir los pasos a seguir. Se aprobó redactar una declaración de prensa con un pliego reivindicativo y convocar a una rueda de prensa en la villa junto al comité de crisis para el próximo viernes al mediodía. Entre los puntos de acuerdo de las organizaciones presentes, se acordó la exigencia del restablecimiento inmediato de los suministros suspendidos; la mejora inmediata de las condiciones bajo las cuáles los vecinos del barrio son llevados a realizarse los test en el CEMAR, así como la garantía de un transporte sanitario adecuado hasta los hospitales; que toda la infraestructura de la Ciudad como los hoteles, queden a disposición de la crisis sanitaria; que se abran refugios saludables para mujeres y niños en condiciones de violencia; y la inmediata asistencia alimentaria.

Las mujeres se han transformado en el motor y vanguardia de la lucha de los barrios por la defensa de la vida de sus familias durante la crisis sanitaria; y en la villa 21-24, el piquete está volviendo a ser una herramienta de lucha recurrente.

Las organizaciones sociales nos encontramos en el frente de mayor riesgo en la lucha contra la pandemia, al igual que los trabajadores de la salud; no es casual por tanto que tres dirigentes sociales hayan perdido la vida en la Villa 31. Se impone la necesidad de una coordinación de las villas de la Capital, impulsando una lucha en común con cortes de calles simultáneos en cada barrio, y con un programa en defensa de todas las familias obreras. Retomemos los métodos históricos en defensa de los intereses de los trabajadores y desocupados de la Capital, abramos una nueva perspectiva estratégica a la clase obrera.

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