Escribe Camilo Márquez - Partido de los Trabajadores (Uruguay)
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En 2014, Rusia ocupó militarmente Crimea y, luego de organizar un referéndum señalado como ilegítimo, anexó oficialmente la península a la Federación Rusa. Enseguida fue construido un puente que conecta Crimea con la Rusia continental. El territorio constituye un importante activo estratégico por la presencia de la flota rusa en el Mar Negro. su ciudad portuaria, Sebastopol
El estatus de Crimea ha producido una nueva crisis en la OTAN, luego que se conociera la intención de EEUU de reconocer de iure ese territorio como parte integral de Rusia. La propuesta está incluida en un plan de siete puntos que contempla el reconocimiento de facto de otros territorios ocupados actualmente en el este de Ucrania. El plan incluye algunos cambios a favor de Ucrania; Rusia cedería dos pequeñas zonas actualmente ocupadas por sus tropas. De ese modo, recuperaría el acceso sin obstáculos a la desembocadura del río Dnieper y Rusia se retiraría de una segunda zona de la provincia de Kherson, según detalla The Telegraph (22/4). La represa hidroeléctrica de Kakhovka se encuentra en esa región.
El plan de siete puntos contempla un alto el fuego total inmediato y conversaciones directas entre Kiev y Moscú. Este plan contradice los apetitos de unos y otros, porque si bien el punto tres estipula que Ucrania se abstenga de ingresar a la OTAN, no dice nada del futuro de su ejército. “Nada de lo dispuesto en la propuesta impediría que Ucrania fortaleciera sus fuerzas armadas ni impediría que los países europeos siguieran suministrándole armas” (ídem). Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, declaró poco después que probablemente no valga la pena establecer “plazos rígidos” ni pretender un acuerdo en un plazo corto.
Trump ha amenazado con abandonar la mediación si no se llega a un acuerdo en breve. “Estamos intentando averiguar muy pronto, y hablo de cuestión de días, si esta guerra podrá siquiera terminar. Si no, el presidente dirá: «Se acabó»” sostuvo Marco Rubio. El secretario de Estado dejó plantada a la delegación ucraniana en una reunión que tenía por finalidad encauzar las conversaciones en Londres veinticuatro horas antes. “Sin la participación del lado estadounidense, todo el mundo inicia una carrera por el liderazgo y, en lugar de un plan claro, obtenemos una danza circular de ambiciones dispares”, aguijonea el medio ruso Izvestia (25/4).
El miércoles Trump realizó un extenso y fuerte ataque público contra Zelensky, achacándole falta de voluntad para alcanzar un arreglo. "Estamos muy cerca de un acuerdo, pero el hombre que 'no tiene cartas que jugar' debería ahora, por fin, HACERLO". La exasperación de Trump se despertó por la portada del The Wall Street Journal que citaba las palabras del presidente ucraniano negándose a reconocer a Crimea como parte de Rusia. El magnate respondió en su red social que el territorio “se perdió hace años… y ni siquiera es un punto de discusión”. El jefe de la Casa Blanca enfatiza que interactuar con Ucrania es mucho más difícil que con Rusia. Una lectura más atenta permite un matiz: Trump parece distinguir entre el reconocimiento de la península como territorio ruso por parte de Ucrania, y el reconocimiento por parte de Estados Unidos. “Nadie le pide a Zelenski que reconozca Crimea como territorio ruso”, señaló. Algunos observadores coinciden en que Kiev y los funcionarios europeos, por mucho que discrepen, podrían tolerar esa posición estadounidense. Hay que incluir la disputa por el control de la central nuclear de Zaporizhia (la mayor de Europa) y el acuerdo sobre minerales. El vicepresidente J.D. Vance dijo que Kiev y Moscú deben "hacer concesiones en las negociaciones".
El mando ruso, asimismo, ha incrementado los bombardeos en las ciudades, el último de los cuales, contra Kiev, fue especialmente dañino. Para excusarse, alega que el gobierno utiliza a la población ucraniana como escudo humano, colocando instalaciones militares y celebrando eventos con miembros del ejército en el centro de una ciudad densamente poblada. Putin plagia a Netanyahu. Este es el libreto que el sionismo viene usando desde hace 18 meses contra el pueblo palestino.
Las “negociaciones de paz” han llegado nuevamente a un punto muerto. Esto explica por qué, a pesar de las marchas y contramarchas Estados Unidos, no ha finalizado la asistencia militar a Ucrania. Por su parte, si los rusos confiaran en llegar a un acuerdo con Estados Unidos, habrían reducido sus ofensivas militares. Eso tampoco ha sucedido. Los rusos avanzan por todo el frente. El comportamiento de unos y otros demuestra que no se llegará a ningún entendimiento y que una solución que excluya la militar está fuera del radar. Putín no quiere un acuerdo sobre Ucrania, sino una reorganización integral de las relaciones, que también afecta a terceros países (Irán), su reinserción en el mercado mundial y el levantamiento de las sanciones.
Trascendidos manejan un acercamiento de los socios de la OTAN durante el funeral del Papa este sábado, al que asistirán tanto Trump como Zelensky. Kiev propone una cumbre con la participación de Italia, Francia, Gran Bretaña y, posiblemente, Alemania, según informan medios ucranianos. La logística para esto sería demasiado compleja, pero es probable que Trump tenga reuniones bilaterales en Roma, incluidas conversaciones con Zelensky, Macron y Starmer. Si el presidente estadounidense ignora a su homólogo ucraniano, quedará claro que la presión de la administración Trump sobre Ucrania aumentará.
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