Trump agrava las sanciones contra una Cuba en crisis, y arresta y deporta a los cubanos migrantes en Estados Unidos

Escribe Comité de Redacción

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La República de Cuba ha sufrido por partida triple la ofensiva contrarrevolucionaria desatada por Donald Trump a nivel internacional, así como en Estados Unidos. En cuanto a la guerra comercial, un reciente Memorando de Seguridad Nacional establece sanciones a compañías de terceros países que tengan vínculos directos o indirectos con empresas o entidades cubanas. El bloqueo de décadas contra Cuba se convierte así en un bloqueo internacional. Probablemente, la nación más afectada por estas sanciones sea España y otras de la UE vinculadas al turismo, la principal fuente de ingresos de Cuba. El tiro va dirigido, sin embargo, especialmente a China (además de México y Brasil), siempre la opción más sólida para ofrecer un rescate a la quebrada economía de la Isla. Si Pekín aún se encuentra remiso a cumplir esa función, ello obedece, por un lado, a la inercia del régimen cubano para implantar reformas de mercado a gran escala -en especial en la agricultura- como le exige el país asiático para concretar inversiones. Por otro lado, a un probable acuerdo no escrito con Estados Unidos para no interferir en el patio trasero del imperialismo estadounidense. El ataque está dirigido a GAESA, la institución de las FF.AA. de Cuba a cargo del negocio turístico, que es la columna vertebral del Estado cubano. Marco Rubio, el secretario de Estado de Trump, “anunció la inclusión de otros once hoteles cubanos en la infame lista de entidades cubanas prohibidas y en la lista de alojamientos prohibidos para los ciudadanos de su país” (Insurgente, 12/7).

El Memorando repone a Cuba en la lista de Estados que promueven el terrorismo, de donde la habían sacado Obama y Biden. Esta medida se da en el marco de la guerra de aniquilamiento de Palestina y de la guerra contra Líbano e Iran, y de la guerra de la OTAN contra Rusia. Trump convierte a Cuba en una nación beligerante, aunque carezca de vínculos geopolíticos con las milicias y Estados agredidos. No se trata, sin embargo, de una agresión de carácter aislado, porque lo mismo ocurre contra México, que es sancionada con el pretexto de los cárteles de la droga que operan en su territorio con la connivencia de la banca internacional, o Brasil y hasta Pakistán, a quienes exige el indulto de líderes a punto de ser condenados (Bolsonaro) y que se encuentran en prisión (el ex presidente Khan).

La inmigración cubana en Estados Unidos sufre la campaña de arrestos masivos y deportaciones de migrantes, o su alojamiento en el campo de concentración Alligator Alcatraz. Se trata de cerca de 50 mil cubanos sujetos a deportación, una suma que podría superar los 100 mil migrantes. EE.UU. ha derogado el sistema “pies mojados, pies secos”, que otorgaba asilo automático a los exiliados cubanos. Ahora revisten en la condición de indeseables y sufren la expulsión del país, no necesariamente a Cuba, cuyo gobierno ha impuesto límites a su acogida.

El Memorando envuelve a Cuba en una guerra de alcance internacional, que disimula la intención de producir el siempre aspirado “cambio de régimen” en Cuba. Las sanciones económicas del imperialismo han anulado el desarrollo de los proyectos de vanguardia de Cuba, como la industria farmacéutica y los servicios médicos de complejidad. El gobierno de Díaz Canel no ha ofrecido ninguna respuesta o salida a este ahogo terminal de la economía cubana, en una línea de inmovilismo agravada del régimen en su conjunto. “El Partido Comunista no da señales de vida” es la calificación que ha recibido un plenario ampliado reciente del Comité Central del PC de Cuba, por parte de un sector de sus críticos (JovenCuba, 8/7), quien señala que “el Estado se ha replegado a tal punto que iglesias y comunidades religiosas, antes marginales o vigiladas, llenan el vacío… Estas instituciones en muchos casos incluso mantienen agendas conservadoras contrarias a la idea de progreso y derechos sociales… Las ideas de derecha ganan terreno en corazones y mentes…”.

La burocracia gobernante atiende sólo a sus intereses. Ha autorizado la circulación de dólares dentro de la economía, como el comercio interno de consumo y como para servicios en el comercio exterior. La dolarización es funcional a las necesidades y condiciones de vida de los estratos superiores de la población y por supuesto de la burocracia, mientras se agrava la carencia de los servicios básicos en toda la Isla. Recientemente, un imponente boicot a las clases, por parte de estudiantes universitarios y secundarios, dejó al desnudo el potencial de una rebelión popular, absolutamente necesitada de un programa y de un partido realmente socialista.

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