Caso Epstein: Trump hasta las manos en su vínculo con el proxeneta

Escribe Olga Cristóbal

Operación de bloqueo para salvar al gobierno.

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Un segundo lote de 8000 documentos publicados por el Departamento de Justicia volvió a sacudir la política estadounidense. Entre los archivos difundidos esta semana aparece un correo interno que sostiene que Donald Trump viajó en el jet privado de Epstein “muchas más veces de lo que se había informado previamente”, incluyendo trayectos en los que también habría estado presente una joven cuyo nombre la censura tachó.

En estos documentos, las tachas son lo que aparece con más frecuencia. Por si no alcanzare, un comunicado de la Justicia deslegitimó el material advirtiendo que incluye “afirmaciones falsas y sensacionalistas” presentadas ante el FBI poco antes de las elecciones presidenciales de 2020, entre ellas denuncias contra Trump. Según el Departamento, esas acusaciones fueron evaluadas y resultaron “infundadas y falsas”.

La semana anterior, al menos 16 archivos relacionados con Jeffrey Epstein, el multimillonario proxeneta y proveedor de los hombres más poderosos del mundo, desaparecieron de la página web pública del Departamento de Justicia menos de un día después de su publicación. El gobierno no dio ninguna explicación, aunque se entendió que era un paso más en la protección de Trump y el ocultamiento de sus vínculos con el explotador sexual de menores.

El bloqueo al material que compromete al Ejecutivo es indiscutible: la Justicia publicó decenas de miles de documentos que ofrecen poca información sobre los delitos de Epstein o sobre la complicidad de la fiscalía “que le permitió eludir graves cargos federales durante años”. Sobre todo, son imágenes de las casas de Epstein en Nueva York y las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, con algunas fotos de celebridades y políticos.

Muchos de los documentos tan esperados fueron censurados y las fotos de Trump, Clinton y otros dueños del mundo carecían de contexto. Los más sustanciosos mostraban que los fiscales federales tenían lo que parecía ser un caso sólido contra Epstein en 2007, pero nunca lo acusaron. Aunque tenían 1200 personas identificadas como víctimas (o a sus familiares).

Tampoco publicaron las entrevistas del FBI con las víctimas ni los memorandos internos del Departamento de Justicia sobre las decisiones de imputación (AP 21/12) que permitieron que Epstein se declarase en 2008 culpable de un cargo relativamente menor de prostitución y por qué no se citó a sus clientes más significativos.

Años después, en 2019, los fiscales federales de Nueva York presentaron cargos por tráfico sexual contra Epstein, pero este fue hallado muerto en su celda tras su detención.

En este lote hay fotos nunca vistas del expresidente Bill Clinton, pero muy pocas de Trump. Clinton también viajó muchas veces en el avió de Epstein y en una foto se lo ve recibiendo un masaje de Chauntae Davies, quien denunció que Epstein la violó varias veces después de ser reclutada por Maxwell. Sobre ese viaje en particular, dijo que Clinton fue un “completo caballero”.

El portavoz de Clinton, Ángel Ureña, sugirió que el gobierno manipula las publicaciones para proteger a Trump y exigió que se publicaran inmediatamente todas las fotografías y documentos relacionados con el expresidente demócrata.

«Lo que el Departamento de Justicia ha publicado hasta ahora, y la forma en que lo ha hecho, deja una cosa clara: alguien o algo está siendo protegido», dijo Ureña en el comunicado. «No sabemos quién, qué o por qué. Pero sí sabemos esto: no necesitamos esa protección».

La Justicia achaca el retraso al objetivo de preservar la identidad de las víctimas, un enfoque que enfureció a muchas de ellas y a miembros del Congreso que lucharon para que se aprobara la Ley de Transparencia de los Archivos de Epstein (EFTA), aprobada casi por unanimidad en noviembre, que obliga al gobierno a divulgar todos los documentos no clasificados vinculados al caso.

Las organizaciones de víctimas dicen que el nivel de censura no es a ellas a quienes protege sino a sus victimarios. “El Departamento de Justicia y el sistema judicial nos están fallando», dijo Marina Lacerda, quien alega que Epstein comenzó a abusar sexualmente de ella en su mansión de Nueva York cuando tenía 14 años.

Los documentos públicos son solo una pequeña parte de los millones de páginas que podría tener el poder judicial en su poder. Aun así, miles de páginas están totalmente tachadas de la primera hasta la última línea.

Las transcripciones de las actuaciones del gran jurado, publicadas por primera vez, incluían el testimonio de agentes del FBI que describían las entrevistas que habían mantenido con varias niñas y jóvenes que afirmaban haber recibido dinero a cambio de realizar actos sexuales para Epstein. La más joven tenía 14 años y estaba en noveno grado.

Una de ellas contó a los investigadores que Epstein la había agredido sexualmente cuando ella se resistió a sus insinuaciones durante un masaje.

Otra, que entonces tenía 21 años, testificó ante el gran jurado sobre cómo Epstein la había contratado cuando tenía 16 años para realizar masajes sexuales y cómo ella había reclutado a otras chicas para hacer lo mismo.

«Por cada chica que le traía, me daba 200 dólares», dijo. En su mayoría eran personas que conocía del instituto, afirmó. «También les decía que, si eran menores de edad, mintieran y le dijeran que tenían 18 años».

De acuerdo con la declaración de una de esas víctimas, Ghislaine Maxwell -la ex pareja de Epstein que está presa-, entonces de 58 años, participaba activamente de orgías con niñas de 15 años con otros poderosos empresarios y hombres de la vida pública de todo el mundo.

Jennifer Freeman, abogada que representa a la acusadora de Epstein, María Farmer, dijo. «Parece que el gobierno no hizo absolutamente nada. Han sucedido cosas horribles y, si hubieran investigado, aunque fuera mínimamente, podrían haberlo detenido».

Los vínculos entre el proxeneta y los amigos de Trump siguieron hasta en la cárcel: según los documentos, en un momento dado, los funcionarios de la prisión planearon alojar a Epstein en una celda con César Sayoc, un fanático partidario de Trump que en 2019 fue condenado a 20 años de prisión por enviar por correo artefactos explosivos a destacados demócratas y figuras de los medios de comunicación.

La CNN afirma que “la publicación parcial y extensamente censurada de archivos sobre Jeffrey Epstein ha desencadenado una tormenta política cada vez más profunda en torno al presidente Donald Trump”.

Los impulsores de la ley —el demócrata Ro Khanna y el republicano Thomas Massie— advirtieron que podrían impulsar cargos por desacato contra la fiscal general Pam Bondi si el Departamento de Justicia no cumple plenamente con la norma. “Debe dejar de proteger a los hombres ricos y poderosos que no fueron acusados”, reclamó Khanna.

El lunes, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, presentó una resolución en la que pidió iniciar acciones legales contra la administración. “Es claramente una operación de encubrimiento”, afirmó.

En la campaña electoral Trump prometió publicar todos los archivos, después hizo lo imposible para impedirlo. Cuando su base electoral empezó a sospechar que su líder no era ajeno a las festicholas con niñas, habilitó la publicación parcial de los documentos como una estrategia de reducción de daños y para embarrar a los demócratas que también iban con Epstein.

Todas las estrategias fracasaron. Trump masticó el trago amargo de una revuelta republicana en el Congreso, vio como MAGA comenzaba a resquebrajarse y nada hace pensar que el caso Epstein vaya a “ceder en Washington antes de las elecciones intermedias del próximo año”. Las encuestas revelan que el 58% de los estadounidenses reprueban al presidente y su gobierno.

Revista EDM