Escribe Gabriel Meggiotto
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El creciente vaciamiento en las instituciones educativas, por parte del gobierno nacional y sus colaboradores de la oposición, abre un marco de decadencia científica extraordinaria.
La Universidad Nacional de General Sarmiento, cuya rectora es Flavia Terigi, busca convertirse en la ‘’vanguardia’’ del retroceso educativo, a través de reformas graves que van desde la implementación generalizada de un régimen virtual en las carreras hasta la desarticulación curricular para su degradación a meras ‘’tecnicaturas’’.
La UNGS ha declinado en su oferta académica, perjudicando principalmente a los trabajadores y a la juventud que eligen en su tiempo libre cursar una carrera que les permita conseguir un trabajo, en una economía que les niega el único derecho que tienen: el de ser explotados.
Esto se ve reflejado en las limitadas comisiones que tienen algunas materias: Problemas del Conocimiento Histórico, del profesorado de historia, solamente cuenta con una comisión. Por otro lado, hay una amplia oferta académica en materias de orden “global”, como Problemas Socioeconómicos Contemporáneos, que está en todas las carreras inclusive si esta no se relaciona con el tramo curricular y cuya fuente principal es un libro tendencioso de la editorial de la UNGS. Por otro lado, los cupos de los talleres iniciales son cada vez más reducidos, dejando afuera a muchos ingresantes.
Otra expresión de esto se encuentra en el intento del Consejo Superior de reducir las carreras del Instituto de Industria, donde se han resuelto una serie de diplomaturas que se llevarán adelante a través de tratados ‘’cooperativos’’ entre un municipio y universidades como el de Chivilcoy y la UNGS. A su vez, se anuncia una Tecnicatura de Gestión Ambiental que es un recorte de las licenciaturas que imparte el mismo Instituto.
Esto es producto de un programa llamado “PUENTES’’ introducido por el gobierno de la provincia de Buenos Aires y que integran universidades de la misma. En primer lugar, hay que señalar que su existencia se basa en la premisa de que ‘’[...] busca garantizar para las y los bonaerenses la igualdad de derechos en el acceso a la educación universitaria’’. Esto es falso, ya que los acuerdos que las universidades hacen bajo este programa son diplomaturas pagas (en el caso de la UNGS, UNA, etc.). Se establece, de este modo, una restricción objetiva en el acceso a la educación universitaria. Esto nos lleva al siguiente punto: en el programa se dice que ‘’[...] el Estado provincial subsidia carreras orientadas al desarrollo de actividades productivas y de servicios.’’ Pero si la inversión de estas ‘’carreras’’ es estatal, la imposición arancelaria en las mismas solamente cumple la función de llenar las cajas chicas de los rectores.
La conversión de estas carreras de grado en tecnicaturas implica que habrá un tramo que será recortado, en el caso de los profesorados. Seguramente, el tramo pedagógico se mantenga como hasta ahora, mientras que se eliminarán materias de orden científico como los seminarios de investigación. A su vez, se invalidarán las materias de aquellos alumnos que hayan cursado con el tramo curricular actual. La UNGS es el principal formador de docentes en la región. La devaluación de nuestra formación implica la devaluación de la fuerza de trabajo que se va a desempeñar en los colegios. A su vez, este régimen académico atenta contra la transmisión de saberes científicos en la educación secundaria, ya que está planificado para generar una mano de obra mayor y más barata en menos tiempo. Por otro lado, recortar las ingenierías también tiene este objetivo.
Quieren convertir a los tramos finales de las carreras en materias de posgrado pagas. Es una avanzada estratégica en la privatización de la educación pública. Terigi va a ser una de sus principales colaboradoras de esta orientación.
Sumado a la destrucción curricular de las carreras, se busca implementar un sistema de créditos universitarios destinados a la flexibilización de la educación superior, e imponerle al estudiantado la responsabilidad económica de sostener su cursada.
En detrimento de las carreras de grado, las diplomaturas y posgrados pagos aparecen en medio de una desestructuración de la educación pública y buscan dirigir el financiamiento universitario hacia los individuos, restringiendo el acceso a la educación superior y organizando la privatización del saber científico.
Los estudiantes debemos organizarnos de manera independiente para poder garantizar nuestras cursadas e ir más allá, imponiendo un cese a la destrucción de los planes de estudio, exigiendo aperturas de comisiones, la recomposición del salario docente y no-docente, posicionándonos en contra del sistema de créditos y luchando contra la destrucción y privatización de las ciencias.