Escribe El Be
Adoptó el nombre de un cruzado contra el movimiento obrero y el socialismo.
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La elección del norteamericano nacionalizado en Perú, Robert Francis Prevost, como nuevo Papa ha sido catalogada por parte de los cardenales del Vaticano como un verdadero “milagro”, debido al tiempo récord en que se logró el consenso de votación en medio de un cónclave que todos caracterizaban como el más complejo y dividido de la historia. Prevost fue electo al cuarto día de reunión del cónclave, obteniendo una avalancha de votos tanto progresistas como conservadores. Luego de tres fumatas negras (votaciones que no alcanzaron el consenso necesario), el cardenal Robert McElroy aseguró que un viento de unidad recorrió el cónclave, el cual "no podía ser sino la Gracia de Dios tanto consenso”. Pero, según La Nación, para otros cardenales lo que en realidad sucedió fue que “la mayoría comprendió que había que elegir sin perder más tiempo”. De esta manera, Prevost logró cerrar, al menos en la votación, las brechas que dividen a la iglesia: Timothy Dolan, el arzobispo de Nueva York que estuvo en la asunción de Donald Trump el 20 de enero y lo respaldó públicamente, votó a Prevost al igual que los progresistas de Estados Unidos. “Los latinoamericanos votaron en masa por el ahora León XIV. También los asiáticos y muchos europeos. Los africanos, todos conservadores, los siguieron”, explica La Nación.
¿Qué hay detrás del “milagro” de la elección del 267 Pontífice de la historia de la Iglesia católica? Prevost fue la gran sorpresa del cónclave. Es identificado como fiel seguidor de su predecesor, Francisco, aunque con una orientación mucho más moderada. El dato fuerte de su programa político lo estableció el mismo Prevost al elegir el nombre pontificio de León XIV. La principal razón por esta elección, afirmó, es debido a la Encíclica Rerum Novarum, que “afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”. Aquella encíclica (una carta papal al mundo entero) del Papa León XIII, fue emitida a finales del siglo XIX en el contexto de crecimiento de las tensiones imperialistas que llevarían a la guerra, y el de un gigantesco ascenso del movimiento obrero organizado y de los partidos socialistas. La Rerum Novarum estableció, en ese contexto, una verdadera doctrina dirigida a los obreros, hablando de la cuestión del salario “digno”, sobre el derecho de huelga y sobre “la clase poderosa, por rica, que monopoliza la producción y el comercio, aprovechando en su propia comodidad y beneficio toda la potencia productiva de las riquezas”. Se trató de un fuerte giro de la iglesia católica para contener el avance del socialismo y el anarquismo en el movimiento obrero, y donde comenzaron a fundarse los “círculos de obreros católicos” para hacer de contrapeso a los sindicatos clasistas. Aquella encíclica no se olvidó de reafirmar que no hay “solución eficaz si no es dando por sentado y aceptado que el derecho de propiedad debe considerarse inviolable”.
Prevost fue votado por los cardenales conservadores norteamericanos a pesar de que el flamante Papa salió al cruce hace unos meses atrás contra el vicepresidente convertido en católico, J.D. Vance, en la red social X, por la cuestión migratoria. Pero, para el Washington Post, “no todo gira en torno a Estados Unidos. En el escenario mundial, Vladimir Putin y Xi Jinping podrían ver a un papa estadounidense como el «capellán» de «Occidente», lo que confirma al Vaticano como el representante espiritual de sus enemigos”. Pero, según el diario, su trayectoria curial en Perú lo colocaría “claramente en el sur global”. Para el Wall Street Journal, a pesar de que “su base estadounidense sigue siendo muy influyente y adinerada”, el Papa León XIV “se ha posicionado como una figura unificadora en medio de las tensiones geopolíticas”.
Un factor no menor para la elección de Prevost tiene que ver con la crisis interna de la iglesia católica. “El Vaticano se encuentra en crisis financiera, sufriendo una caída en las donaciones internacionales y un déficit abismal en su fondo de pensiones. Estos déficits llevaron a Francisco a enfrentarse a los jefes de los dicasterios de la Santa Sede por los recortes presupuestarios poco antes de su hospitalización en febrero por neumonía doble”. Prevost, con trayectoria en la administración interna del Vaticano, es visto como el hombre capaz de sanear la crisis financiera de la Santa Sede.
Todos los medios han destacado que, según filtraron muchos cardenales del Vaticano, en las congregaciones (asambleas de cardenales previas a la votación), Prevost no se destacó en absoluto. Su discurso pasó completamente desapercibido. Este hecho fue tomado como un elemento positivo, tanto para conservadores como para progresistas, a la hora de la votación.
Es que, a pesar de pertenecer al ala llamada progresista de la iglesia, sus declaraciones previas en lo que hace a las reformas de la institución lo han colocado del lado más conservador. Tal fue en sus declaraciones que condenaban la homosexualidad, así como su oposición a la apertura de la iglesia hacia mujeres y laicos para ocupar cargos jerárquicos. La mayor controversia, sin embargo, la ha generado su trayectoria en relación a los abusos sexuales y su encubrimiento. Prevost permitió que un clérigo acusado de abuso sexual en Chicago continuara en su cargo a pesar de las acusaciones; permitió que otro sacerdote acusado de abusos sexuales viviera en una residencia agustina cercana a una escuela primaria católica; durante su mandato como obispo en Perú, dos sacerdotes fueron acusados de abusar sexualmente de tres niñas en la diócesis de Chiclayo, caso que nunca se investigó.
La Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes (Snap) presentó una queja contra Prevost en marzo bajo la legislación eclesiástica implementada por el difunto Francisco, que preveía posibles medidas disciplinarias contra los obispos que hicieran la vista gorda ante el abuso de niños y adultos considerados vulnerables. El periódico The Guardian asegura que “los grupos que apoyan a los sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero dicen que están profundamente preocupados e insultados por la elección del Papa León XIV”.