Garrahan, residentes: los trabajadores de la salud ante una pulseada decisiva

Escriben Julián Asiner y Daniela Magoc

Profundizar la lucha por el salario y contra los ataques del gobierno.

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Los hospitales y centros de salud públicos están atravesados por un proceso de movilización latente y deliberación generalizada. La huelga indefinida que los residentes del Garrahan sostuvieron durante dos semanas sacudió de manera integral al conjunto del movimiento de la salud, sin distinción de jurisdicción. La crisis golpeó al gobierno de Milei y ya provocó la renuncia de dos directores de hospitales designados por el oficialismo, en el Posadas y el Garrahan. El “Ministerio de Prepagas”, que conduce Mario Lugones, está buscando las vías para aplastar una lucha que ganó la agenda pública y la solidaridad de la inmensa mayoría de la población. Para este propósito, combina el ofrecimiento de bonos y la ejecución de nuevos ataques contra los trabajadores, entre los que se destacan el anuncio de 110 despidos en el Posadas y el descuento de los días de paro a los profesionales del Garrahan, por no acatar la conciliación obligatoria. En asambleas y coordinaciones interhospitalarias, cada vez más masivas, los trabajadores deliberan acerca de cómo enfrentar los embates oficiales y avanzar a la conquista de un salario que cubra la canasta familiar.

Garrahan

Los trabajadores del Garrahan cumplieron las 48 horas de paro previstas para esta semana y hoy definirán en asamblea general los pasos a seguir. Tal como estaba previsto, el miércoles 11 pararon trabajadores de planta, becarios y residentes que dependen del gobierno de CABA y se movilizaron a la audiencia prevista en la Secretaria de Trabajo, en la sede de Callao. La reunión volvió a fracasar porque no se presentaron las autoridades del Hospital, ni del Ministerio de Salud. Sobre este incumplimiento flagrante a la conciliación obligatoria autodictada por el gobierno, los funcionarios no dijeron una sola palabra. Por la tarde, se conoció el apartamiento de la directora del hospital, mientras los trabajadores se movilizaban junto a pacientes, familias y a otros trabajadores de la salud a la Plaza de Mayo, confluyendo con la marcha de los jubilados. Los residentes de Nación, aunque no participaron del paro como colectivo tras las amenazas de despido, sí se sumaron en muchos casos a la marcha a título individual. La movilización en horario vespertino resultó, de todos modos, más reducida que en ocasiones anteriores. Contó con la presencia de personalidades de la cultura como Osqui Guzmán y el grupo Pim Pau.

Residentes de CABA

Para el miércoles 11 también estaba previsto un paro y movilización de los residentes de los hospitales porteños, en apoyo al Garrahan y por su propio reclamo salarial. Sin embargo, la noticia de la condena y proscripción contra CFK el martes por la noche provocó la reprogramación de la medida, tras un arduo debate. Un sector de los delegados de los hospitales planteó que, en el nuevo cuadro político, el paro carecería de visibilidad y podría verse asociado a eventuales protestas contra el fallo de la Corte Suprema. Otro sector defendió sostener la medida, entendiendo que la repercusión mediática era secundaria en relación al impacto que para la patronal tendría la paralización de las actividades, y que en todo caso el atropello político contra CFK reforzaba la necesidad de salir a la calle, no de replegarse.

En lugar de realizar un intercambio a través de asamblea general de emergencia, la deliberación se terminó saldando de forma atomizada, a través de votaciones virtuales por los grupos de WhatsApp de los hospitales en los que cada residente participaba a título individual, sin poder conocer la opinión de los residentes de los otros establecimientos. El método, desquiciante, sirvió para dividir en mitades a buena parte de los hospitales, a pesar de lo cual muchos votaron sostener el paro. Finalmente, la reprogramación se impuso por estrecho margen y una nueva asamblea al día siguiente votó un cese de actividades para el miércoles 18 y un nuevo paro para la semana siguiente, a coordinar con el Garrahan y los residentes de Nación y provincia de Buenos Aires. La Junta Interna de ATE, conducida por el aparato del PO, convocó a un plenario de coordinación para el sábado 14 en el Garrahan, aunque fijó su horizonte salarial en la canasta básica de $1.800.000, muy por detrás de la canasta familiar real de $2.500.000 por la que lucharon los choferes de colectivos y a la que aspiran también los residentes.

Para ganar: profundizar y coordinar

La lucha de la Salud entra en momentos de definiciones. Para ganarle la pulseada al gobierno es necesario tensar todas las fuerzas y desenvolver la enorme energía combativa que anida entre los trabajadores de la Salud. Es lo que busca evitar por todas las vías la burocracia sindical, que pretende sostener su monopolio de las negociaciones (infructuosas) con los gobiernos, a costa de hundir el movimiento. Es lo que le dijeron, sin pelos en la lengua, los representantes de Médicos Municipales a los delegados de los residentes, cuando los reprendieron por haber “impulsado un paro sin avisar” y “cortarse solos”. Lo que la burocracia critica es precisamente el método para ganar: los trabajadores tenemos que “cortarnos solos”, despojarnos de todas las ataduras de los aparatos burocráticos y apostar a desarrollar nuestras propias fuerzas de manera independiente, que históricamente ha sido la única vía eficiente para conquistar las reivindicaciones y derrotar los ataques de los gobiernos de turno. Profundicemos la lucha siguiendo el método de la huelga indefinida hasta la satisfacción de todos los reclamos en juego. Defendamos la soberanía de nuestras asambleas y autoconvocatorias, las únicas con mandato autorizado para definir el pliego de reivindicaciones y las medidas a adoptar.

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