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En un comunicado sin firma, Belliboni y compañía han salido a responder la reciente denuncia pública que realizáramos desde la Tendencia del Polo Obrero sobre la adopción de métodos punteriles y burocráticos de la dirección oficialista del Polo. Es que, como sostuvimos entonces, nuestra organización rechazó desde su fundación misma el recurso de las “altas por bajas”, es decir, del manejo arbitrario y discrecional de los planes sociales de los compañeros, por parte de la dirección, los cuales se han ganado con la lucha y luego de mucho sacrificio.
Las “altas por bajas” son un recurso pérfido en un doble sentido. Por un lado, convierte a la dirección de una organización en la patronal de sus propios compañeros, ya que ella pasa a decidir quién puede comer y quién no de acuerdo a su conveniencia. Incluso se vuelve peor si la dirección pretende “legitimar” esas bajas llevando la propuesta a las asambleas para que se vote, porque lleva a los compañeros a disputarse las reivindicaciones entre sí en lugar de hacer eje en el reclamo al Estado y promueve un método de delación y castigo ajeno a la tradición histórica de la clase obrera. Ninguna asamblea de trabajadores debería votar jamás que se impida a otro trabajador alimentar a su familia; esas decisiones las toman las patronales y frente a ellas es que los obreros mantienen su unidad incondicional. Estas votaciones en las asambleas, así como cualquier otra votación, se verían a partir de entonces completamente condicionadas por el temor de cada compañero a ser el próximo en perder su reivindicación.
Pero, por otro lado, la perfidia de las altas por bajas se da en que esta función la otorga el Estado como reemplazo a la reapertura de los cupos de los programas sociales, con lo cual le ahorra al gobierno el desenvolvimiento de partidas presupuestarias para la asistencia social, que es reemplazado por una especie de reasignación de recursos. Con el beneficio adicional de que se desembaraza él mismo de la necesidad de dar las bajas correspondientes y le entrega la prerrogativa de aplicar el ajuste a las propias organizaciones. En síntesis, es un mecanismo sutil de comienzo de cooptación del Estado a las organizaciones sociales, ya que se ven inclinadas a actuar mancomunadamente con el gobierno de turno y saca a las mismas del terreno de la lucha por un programa de salida que es incompatible con el Estado mismo y con todo el régimen político. La tarea de una organización revolucionaria es levantar un programa de reivindicaciones elementales para la población, cuyo cumplimiento efectivo demuestra ser incompatible con el régimen social actual, lo cual une la lucha de las reivindicaciones inmediatas con la lucha por el poder político para la clase obrera.
Esto es lo que ha sucedido con las últimas movilizaciones de las organizaciones sociales al Ministerio de Desarrollo Social. Desde el mes de mayo que logramos arrancarle al gobierno la apertura de los cupos y el aumento de la mercadería, las organizaciones sociales hemos protagonizado piquetes, marchas y acampes en todo el país sin obtener respuesta hasta el día de hoy. Hemos acampado más de 40 horas frente a Desarrollo Social en el mes de octubre y el 31 del mes pasado volvimos a cortar la 9 de Julio con estos reclamos, sin obtener respuesta. Sin embargo, sorpresivamente, por un comunicado del oficialismo de la dirección del Polo Obrero que convoca a movilizar el próximo martes, nos enteramos de que “por errores y defectos en las presentaciones de nuevos ingresos a los planes que el Gobierno se comprometió, no han salido al cobro. Vamos a reclamar que esos compañeros que por algún motivo no salieron en noviembre, puedan salir en Diciembre”. Pero ¿de dónde salió ese nuevo compromiso del gobierno que no fue anunciado en ningún lado? ¿De qué clase de compromiso se trata? Ni el gobierno ni las organizaciones sociales han anunciado que se abrieron nuevos cupos para los compañeros que necesitan planes sociales. Entonces ¿de dónde salen estas nuevas altas?
Como ya habíamos denunciado previamente, diversas organizaciones sociales han aceptado resignar la reapertura de los cupos a cambio de la posibilidad de dar “altas por bajas”. El comunicado mencionado es la confesión de ello. El beneficio para la dirección oficialista es doble, ya que además de dar nuevas altas, tienen ahora el poder de castigar cualquier tipo de disidencia y, fundamentalmente, las adhesiones y simpatías políticas por la Tendencia. La otra gran confesión de esta dirección es la respuesta que han sacado a nuestra denuncia.
La retórica violenta y el recurso a la difamación personal que aplicaron en su texto titulado “A propósito de un nuevo ataque al Polo Obrero de Altamira y su grupo”, revela la ofuscación de un grupo que se ha hundido en la despolitización. Se trata, evidentemente, de un comunicado de consumo interno, que busca desesperadamente cerrar sus propias filas frente al debate político que ha planteado la Tendencia, recurriendo a todo tipo descalificaciones que intentan convertir en verdades a fuerza de repetición.
En primer lugar, tratan de identificar la crítica a una dirección política y sus métodos con un “ataque” a la lucha en sí y a los compañeros que se movilizan. Es el clásico recurso de la burocracia sindical que busca acallar las críticas y disidencias de los sectores combativos en todos los gremios. En un vano esfuerzo por crear un relato fantástico, hablan del “odio” al Polo Obrero por parte de... la Tendencia del Polo Obrero! El disparate no puede ser mayor. Se olvidan nuestros difamadores que nos hemos movilizado y hemos acampado (a pesar de que quieran negarlo) en todos lados bajo las banderas de la corriente interna del Polo Obrero que ellos pretenden desconocer y minimizar.
Nos achacan que “en su delirio sectario y funcional a los explotadores” responsabilizamos a Belliboni y no a Macri por el hambre. Aunque no se pueda creer, esto ha sido escrito y publicado por los mismos que afirmaron que querían que Macri gobierne hasta el final, pero que lo haga “para los intereses populares”. Pero lo que decimos desde la Tendencia del Polo Obrero es otra cosa. El punto es que justamente el gobierno no ha abierto la apertura de cupos y que, en vez de eso, acordó con Belliboni y compañía que se ocupen ellos de manejar esa parte del presupuesto del Estado como mejor les convenga. De esta manera, el hambre que Macri y el peronismo han generado, es ahora administrada por Belliboni y sus socios. A lo largo de todo el comunicado plagado de insultos y acusaciones infundadas, no se han tomado la molestia siquiera de desmentir que hayan adoptado el método de las altas por bajas, contrario a la historia y tradición del Polo Obrero y de los métodos del clasismo en todos los terrenos. A confesión de partes, relevo de pruebas.
Como respuesta a la denuncia concreta de los 15 planes dados de baja en Merlo por Belliboni, desarrollan un relato maravilloso sobre la aclamación popular en el distrito en favor de Belliboni y sus métodos y el repudio a la Tendencia, pero una vez más no dice una sola palabra de los planes dados de baja. En un distrito donde las disidencias son castigadas con el hambre de familias enteras, la dirección oficial del Polo se presenta a sí misma como los líderes idolatrados por las asambleas.
Otra prueba del accionar supuestamente inmaculado del oficialismo es que habrían recuperado 15 planes caídos de Santiago del Estero. Pero la recuperación de esos planes fue obra de la Tendencia del Polo Obrero que le arrancó ese compromiso al gobierno, en una reunión que ellos denuncian(!) porque gracias a ello impedimos las bajas que pretendían aplicarnos. Como remate, ofrecen como evidencia “contundente” una foto de una pantalla de computadora donde se ve un Excel con los datos de los compañeros de Santiago del Estero, que se tomaron la atribución de hacer públicos. El papelón ya es completo.
El oficialismo está convocando a una movilización para el próximo martes. No levantan ya el reclamo de la apertura de los cupos, sino que textualmente reclaman por el “cobro en diciembre de los compañeros presentados para altas comprometidos por el gobierno”. Ya sabemos de qué altas se tratan y por qué no han cobrado. Porque para dar esas altas, el gobierno debe dar de baja los planes de los compañeros que adhieren a la Tendencia y que hemos defendido y seguiremos defendiendo con uñas y dientes. Nuestra perspectiva no es administrar la pobreza por encargo del gobierno, sino arrebatarle al Estado todas las reivindicaciones posibles, mientras nos organizamos para darle una salida de fondo a los problemas que atraviesan los trabajadores y desocupados de este país. En ese camino que nos hemos trazado es que vamos por la recuperación del Polo Obrero, de su tradición y de sus métodos históricos.