"Catorini no es nada sin sus trabajadores. Deberían habernos cuidado"

Escribe Cheni

Tiempo de lectura: 2 minutos

Entrevistamos a Cristina, esposa de un trabajador de la fábrica del vidrio Catorini Hnos. Su marido tiene 19 años de antigüedad en la empresa y el testeo de Covid19 arrojó positivo.

Vecina del barrio de San José, en Almirante Brown, madre de 9 hijos, Cristina enfrenta con entereza y sin temores la defensa de la vida de su familia en un cuadro adverso.

Cristina ¿cómo fue el diagnóstico de tu marido?

Mi marido empezó con síntomas hace 15 días. Lo atendió un médico de la fábrica que le dijo que era una gripe, le dio antibióticos y le dijo que siga trabajando. Durante casi 15 días mi marido continuó trabajando y, cada dos días, era revisado por el médico. Siguió empeorando día a día. Comenzamos a sospechar de Coronavirus porque ya me había comentado que había varios casos en la fábrica, compañeros internados y en terapia, pero que el municipio de Quilmes había ido a controlar las medidas de seguridad y había dicho que estaba todo perfecto y que la fábrica podía continuar funcionando.

Mi marido se descompensa y lo llevamos a la clínica. Llevábamos cuatro días de internación y la fábrica aún no se había comunicado con nosotros. Decidimos llamar e informar lo que estaba pasando, nos derivaron con el médico de la fábrica y después con el responsable del área de personal. Le reclamamos por no haber tomado las medidas necesarias, a pesar de saber de los casos y fuimos maltratados. La fábrica solo le daba un barbijo transparente y les hacía meter los pies en un fuentón con lavandina.

Ellos no se preocuparon por los trabajadores ni por sus familias. Esto no se hace con la gente pobre. Porque Catorini no es nada sin sus trabajadores, deberían habernos cuidado. Nos reclamaron que les lleváramos el certificado de Covid positivo sabiendo que esta toda nuestra familia en cuarentena.

¿Qué hizo la empresa?

Al día siguiente vinieron dos representantes de la fábrica en un auto y nos dejaron un bolsón de mercadería miserable que ni a los perros se les da eso.

¿El Estado se ha acercado?

Dos de mis hijas comenzaron con síntomas. Nos comunicamos varias veces y desde la municipalidad de Almirante Brown nos dijeron que nos iban a mandar una ambulancia para hacernos testeos a todos: nunca vinieron y nos cortaban el teléfono. En mi barrio, San José, hay muchos casos, la gente está asustada. El municipio no hizo ni un solo testeo por acá. siguen pasado las horas y no tenemos respuestas, no sé si mis hijos están enfermos. Uno es paciente oncológico y necesitamos que vengan a vernos a casa.

El 911 activó un protocolo y pudimos trasladarlas a la clínica Boedo, de Lomas de Zamora, pero ahora las quieren trasladar a La Matanza o Merlo porque mi obra social, Ospat, solo cubre guardia en esta clínica y no quiere hacerse cargo de la internación. Hoy impedí que se las lleven cuando las estaban subiendo a la ambulancia. El Ministerio de Seguridad se comprometió a resolverlo para que yo pueda continuar la cuarentena.

Con mi marido también tuvimos problemas, estaba en muy mal estado en el policlínico de La Matanza. Nos quejamos y nos dijeron que si nos lo queríamos llevar que nos lo lleváramos y conseguimos que lo reciban en el hospital del cruce de Varela.

Nos sentimos abandonados. Pero no voy a bajar los brazos, voy a hacer esto publico todo lo que haga falta. Mis hijos me dicen que no tenga miedo. No voy a tener miedo.

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