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El cerco puesto por Berni para aislar a los vecinos de Villa Azul ha fracasado.
La malograda aventura tiene que ver con el Plan Detectar, sólo testea sintomáticos.
Mientras Kicillof anunciaba que habían finalizado los testeos en Azul, en la vecina Villa Itatí, de 15 mil habitantes, ya hay más de una decena de casos confirmados y 75 sospechosos. Los vecinos denuncian que hay casos en todo el distrito – Monte Matadero, la Ribera, La Paz, y la lista sigue.
Quilmes pica en punta como unos de los distritos con mayor cantidad de contagios. Los números oficiales representan apenas la punta del iceberg.
Por otra parte, la organización de los vecinos para vencer el cerco e ingresar alimentos a la barriada resultó incontenible para el vallado que montaron las fuerzas de seguridad; tampoco pudo evitar las enormes muestras de solidaridad que se ha desplegado sobre los vecinos.
A la luz de esto, la intendenta Mayra Mendoza ha convocado a las organizaciones que actúan en los barrios para formar “comités de emergencia”. Propone incorporar a los hombres y mujeres de las organizaciones sociales a las recorridas del Plan Detectar.
Presentada como una mesa de “diálogo” y “coordinación”, no contempla ninguna medida de seguridad más que un barbijo y una planilla, menos que el mismo plan que son convocados a apoyar.
La convocatoria privilegia a las organizaciones alineadas con el gobierno, a cuyos punteros asigna la parte del león de los recursos, lo que redunda en una desprotección del mismo barrio.
Los vecinos vencieron y han conquistado con sus protestas los limitados testeos que se realizan, los alimentos y, lo que no es poco, la llegada de brigadas de AYSA para reestablecer el agua corriente.
En medio de la discusión berreta y distraccionista entre la ‘infectadura’, por un lado, y la ‘’saludcracia, por el otro, los trabajadores vencen los cercos y combaten el hambre por medio de la organización y la movilización.
