Autopistas y peajes: ¿retiros voluntarios o despidos masivos?

Escribe Marina Mendieta

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Ante el crecimiento de la crisis de la economía, las patronales avanzan con una política de retiros voluntarios, en connivencia con los sindicatos. La actividad de autopistas y rutas nacionales bajo el sistema de peaje no escapa a la regla. Desde el gobierno de los Fernández esta política ya se venía desenvolviendo en detrimento de los trabajadores. Bajo el actual gobierno “liberticida”, se profundiza.

En el sector de cajas y supervisión de aquellas empresas, el primer paso fue el vaciamiento de las tareas de los trabajadores. El vaciamiento de tareas consiste en quitarle al asalariado el trabajo que venía realizando, y de esta manera mantenerlo sin hacer nada durante la jornada laboral. Al mismo tiempo esas tareas que, por ejemplo, ya no ejecutan los supervisores, pasan a ser realizadas por los trabajadores de caja o por gerentes que absorben esas tareas. Esto genera que los cajeros realicen procedimientos operativos a través de la tecnología y la autogestión: los pedidos se hacen por un sistema de intranet donde los empleados se comunican para realizar cualquier solicitud, desde vacaciones hasta papel higiénico. Esta tarea era antiguamente realizada por los supervisores.

En este marco de quita de tareas para algunos y agregado de las mismas para otros, las patronales del sector realizaron los ofrecimientos de retiros voluntarios al 70 % de la indemnización que le correspondería al trabajador. En definitiva, las empresas tratan de ahorrar dinero en las desvinculaciones, como así también evitar los juicios que potencialmente podrían hacer los trabajadores, ya que el nivel de infracciones laborales (persecución sindical, accidentes de trabajo, etcétera) y de insalubridad (enfermedades profesionales no reconocidas como lumbalgia, hernia de disco, tendinitis) ameritan reclamos posteriores. Hay antecedentes legales a favor de los trabajadores de la actividad al respecto: es decir, jurisprudencia. El SUTPA (Sindicato Único de Trabajadores de los Peajes y fines), bajo la dirección de Florencia Cañabate y bajo la tutela de Facundo Moyano, realiza asambleas disfrazando los “retiros voluntarios” como una conquista: “Agarren ahora que no va a durar mucho la oferta.”

Por otra parte, la reducción de personal vía retiros voluntarios, o mejor dicho, vía estos despidos encubiertos, se ve acrecentada por la automatización en el cobro de peaje. El humor general de los trabajadores de la actividad que aún están en servicio es de bronca. La desorientación ante la potencial pérdida de los puestos de trabajo se hace sentir, ya que muchos tienen 10, 15 y hasta 30 años de antigüedad y temen por su futuro laboral debido a la edad.

Hacer pasar los despidos como retiros voluntarios es enmascarar la política de las patronales. Aquí es donde juega el SUTPA un papel clave: desmoralizar y desorganizar, rindiéndose ante los hechos consumados. La lucha de CRUSA es un claro ejemplo donde el sindicato llegó tarde y mal. La empresa CRUSA abandonó una de las rutas del Mercosur por “quiebra”, dejando a cientos de familias en la calle. El SUTPA realizó una manifestación en el peaje de Caminos del Río Uruguay Sociedad Anónima, cuando la salida de la empresa era un hecho consumado. Hoy los trabajadores de CRUSA siguen sin noticias de, al menos, una indemnización.

#Sin acuerdo paritario

El SUTPA sigue sin firmar acuerdo paritario y se desarrollan acuerdos por empresa en lo que respecta a los ajustes salariales. Es, en los hechos, la aplicación de uno de los puntos fundamentales de la reforma laboral que todos los gobiernos, nacional y provinciales, promueven. En las empresas AUSOL (Autopistas del Sol en Panamericana) y GCO (Grupo Concesionario del Oeste) el ajuste salarial varía según el IPC. Actualmente el IPC es un guarismo bajo que no supera el 2 % mensual (mentiroso, además). Esto es una impostura, porque cuando ese guarismo era alto se ajustaba por otros criterios, también convenientes para las patronales. Actualmente el ajuste es misérrimo, lo cual es un jalón más en la ya histórica reducción salarial en el gremio del peaje.

La política de estas empresas es de ajuste, automatización y despidos. En este año de elecciones sindicales en la actividad, pongamos de pie un cuerpo de delegados combativos que defiendan los intereses de los trabajadores en las rutas de todo el país. ¡Adelante!

Revista EDM