Escribe Corresponsal
Tiempo de lectura: 1 minuto
El virus llego al playón de Chacarita y a la Carbonilla. Hasta el momento, se contabilizan 2 y 25 casos positivos, respectivamente, sin que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hiciera nada, como ocurre frente a enfermedades como el dengue, TBC e infecto contagiosas que silenciosamente se esparcen por los barrios desde hace años.
Ante esta situación crítica, los vecinos se ven obligados a reaccionar. Los luchadores y activistas están en la primera línea - muertes como las de Ramona lo demuestran. Resulta imperioso discutir protocolos en asamblea, implementados por personal pertinente, con los medios necesarios y bajo convenio con un salario que cubra la canasta familiar, garantizado por el estado.
Las postas y el reforzamiento para la detección temprana no son suficiente. Se necesita resolver el hacinamiento y las carencias más elementales, que son el producto de una política que combina precarización laboral con especulación inmobiliaria. Los procesos de "urbanización" no han sido más que la fachada de campañas electorales y negocios jugosos con la obra pública, además de una forma de cooptación y dominio del estado, por medio del IVC, sobre la voluntad de los trabajadores de las barriadas y sus organizaciones.
Resulta imperativo construir comités de lucha contra el coronavirus en cada barrio y lugar de trabajo. Los mismos tienen por tarea fiscalizar y hacer cumplir los protocolos discutidos. El IVC, el Ministerio de Salud, el de Hábitat y Desarrollo y el de Espacio Público e Higiene Urbana, deben rendir cuentas ante estos.
Por una acción de lucha unificada de las villas de la ciudad. Esta es la perspectiva que trazamos y el llamamiento que hacemos a las organizaciones de lucha. Por un congreso de las asambleas y comités, para discutir la intervención de los trabajadores ante la crisis. Por un gobierno de trabajadores.