Escribe Miguel Abramzón (candidato a concejal por Política Obrera)
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“La administración municipal perdió la brújula”, afirmó Martín Sabbatella, apenas después de ser autorizada la lista unitaria del oficialismo de Morón. A confesión de parte, relevo de pruebas. Pero, en rigor de verdad, a Sabbatella le faltó honestidad. Debió decir: perdimos la brújula.
Finalmente, la Justicia le dio una mano al oficialismo moronense y, en tiempo de descuento, la Cámara de Apelaciones de San Martín le ordenó a la Junta Electoral bonaerense oficializar la lista de Ghi y Sabbatella. Quedará en la historia que, en Morón, Fuerza Patria (FP) fue salvada por un recurso de amparo.
No obstante, de los papelones no los salva ni eso que llaman Justicia. El día anterior a la intervención judicial, Lucas Ghi en declaraciones a un medio local había descartado la posibilidad de la oficialización. Y, si eso hubiese sucedido, hoy el intendente estaría jugando la chantada de ser candidato testimonial.
Por el otro lado, después del salvataje judicial, Sabbatella siguió insistiendo con las “profundas diferencias” con la gestión de Ghi. Incluso, fue un poquito más lejos, admitiendo que “el Gobierno del intendente le abrió la puerta a la derecha”.
Martin Sabbatella acusa de derechización al gobierno del que forma parte, con la agrupación que él mismo dirige. La acusación es cierta, resulta que al gobierno municipal se han incorporado varios exfuncionarios del Pro. Pero acá lo contradictorio es que un referente histórico de la coalición de gobierno denuncia persecución política y cuestiona el rumbo del mismo gobierno del que forma parte y con el que propone continuar.
Pretenden enfrentar a Milei con socios de Milei. Pero echemos soda en vino picado. No es solo Ghi y sus funcionarios del Pro. Resulta que las listas de FP están repletas de cómplices del gobierno de Milei. Empezando por la tercera pata de la coalición, el massismo, socio de fondos buitres, copiloto de Macri en su viaje a Davos y ajustador en tiempos de Alberto y CFK. Las listas de FP contienen a personeros de CGT y CTA, que han sido funcionales con la depreciación de los salarios. En fin, el peronismo en general, con sus gobernadores y legisladores, ha acompañado con connivencia el ajuste de Milei a la espera de su caída.
Por supuesto, no se trata solo de contradicciones. Las contradicciones son manifestaciones de la falta de programa político, de la ausencia de convicciones. En este caso, las “profundas diferencias” en el oficialismo de Morón exhiben crudamente la impotencia que las listas de Fuerza Patria poseen en general.
Enfrentar a Milei exige bastante más que lo que puede ofrecer el oficialismo municipal y provincial. Para enfrentar a Milei y la debacle del capitalismo, necesitamos un gobierno de trabajadores con un programa socialista.
