Pilar: organicemos la solidaridad con los trabajadores de ILVA

Escribe Jorge Ferrando

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El último viernes 30 de agosto, los trecientos trabajadores de la cerámica ILVA amanecieron con un lock out patronal al encontrar los portones de la fábrica cerrados impidiendo el ingreso a la planta. La patronal de ILVA ya venía incumpliendo con el pago en cuotas del aguinaldo, despidos esporádicos, suspensiones, eliminación de las horas extras, arreglos extraparitarios entre la gerencia y los obreros que constituían verdaderas extorsiones, “no te echo, pero a cambio te pago el sueldo en cuotas”, “te pago el sueldo en cuotas, pero a cambio te reduzco las horas”, Juegan con nuestras necesidades y con el hambre, nos comentaba uno de los delegados en pie de lucha.

Este escenario pareciera ser el desenlace de una serie de atropellos incurridos por la patronal; el cuerpo de delegados denuncia que la empresa quiere imponer un nuevo régimen de trabajo: hasta el momento los trabajadores hacen un régimen 4x4, es decir, trabajan cuatro días de doce horas y descansan cuatro días, por uno de 6x1 que supondría trabajar menos horas, pero con la pérdida del 30 % del sueldo; además planean eliminar la cobertura de la medicina prepaga, merienda, comedor, etc.

El ultimo lunes, 1 de septiembre, comenzaron a llegar telegramas de despido, donde además de anunciar la desvinculación la empresa se vale del artículo 247 de la ley de contrato de trabajo que permite el pago parcial de las indemnizaciones en caso de crisis; aquí radica el carácter de lock out patronal de esta maniobra; meses atrás ILVA solicito un preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo, el cual fue denegado por no presentar datos que corroboraran el estado de crisis. Otro dato crucial para comprender la jugarreta patronal es la adquisición de una nueva línea de producción muy costosa para aumentar la producción que funcionaba al cien hasta el último viernes; nadie invierte en bienes de capital en medio de una crisis. A la conclusión colectiva que llegaron los trabajadores es: nos quieren echar a los más antiguos y reemplazarnos por una nueva camada de contratados con menor sueldo y menos derechos laborales.

Este mismo lunes el ministerio de trabajo sede Pilar pautó una audiencia entre las partes, una de ellas no se presentó, la patronal; esta ausencia ratifica el plan de vaciamiento de la planta que ya nos anticiparan los compañeros despedidos: “estos quieren la Conciliación Obligatorias para quebrar el reclamo colectivo, abrir las puertas de fábrica y sacar la producción estoqueada para liquidar el capital y echarnos a todos, ¡es una trampa!”.

ILVA no es el único caso; desde junio otras dos grandes empresas pararon su producción, despidiendo a todo su plantel o simplemente convertiéndose en una logística que reemplaza su producción local por la importación de su filial brasileña, Kenvue (ex Johnson &Johnson) y Kimberly-Clark (Pilar a Diario, 2/09); la respuesta del ministro de economía bonaerense Pablo López fue mostrarse sorprendido y exclamar vía X, “hay que ponerle un freno”. Este plan industricida llevado a cabo por el gobierno nacional, que el gobierno patronal de Kicillof deja correr con un “la próxima vota bien”, nos adelanta sus pretensiones a futuro: colocarse como garantía de orden en medio del derrumbe.

Desde Política Obrera llamamos al conjunto de los trabajadores de Pilar a solidarizarnos con los compañeros de ILVA en lucha y unirnos en una sola lucha. “Estaremos el tiempo que tengamos que estar hasta que la fábrica pague lo que corresponda y podamos seguir trabajando y conservando nuestros puestos de trabajo” Miguel, mecánico de planta.

Revista EDM