Este miércoles, más que nunca, todos a la marcha de los jubilados

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“Mi mamá es jubilada, tiene 91 años y no llega a fin de mes”. La frase podría pertenecer a cualquiera: con el 80% de los jubilados cobrando la mínima -por debajo de los $400.000, incluyendo el bono- no hay ninguna posibilidad de que lleguen, no ya a fin de mes, sino al día 15. Pero para muestra basta un botón: la pronunció nada menos que el policía Maximiliano Bondarenko, candidato de LLA, al día siguiente de la paliza electoral que sufrió el gobierno en la provincia de Buenos Aires. El excomisario, otro saltimbanqui de la política que se refugia en las filas ´libertarias´, está dando señales de que se apresta a abandonar la nave. Hasta ahora, apoya el no sólo el hambreamiento de los jubilados sino también la represión sistemática contra quienes, durante décadas -pero en particular en los dos años del gobierno Milei- mantuvieron viva la lucha en la plaza del Congreso para exigir haberes que les permitan cubrir sus necesidades, luego de toda una vida de laburo, y no un subsidio a la vejez.

En cada una de las marchas de los miércoles se juegan dos derechos fundamentales –el de la jubilación y el de la protesta. Esas marchas ´visibilizaron´ el reclamo que, según Bondarenko, fue uno de los factores que condujeron a la derrota del gobierno. Pero los aportes previsionales han sido utilizados para rescatar a los capitalistas y pagar la deuda externa por todos los gobiernos que pasaron por la Rosada, tanto bajo el régimen de reparto como con las AFJP. La oposición parlamentaria que votó una módica suba de las jubilaciones y del bono -sin compensar, ni por asomo, la confiscación de la devaluación de diciembre de 2023- no tiene un programa diferente al ´equilibrio fiscal´. Cuando les tocó gobernar, nunca restituyeron los aportes patronales derogados por Menem, ni repusieron el 82 % móvil del salario en actividad, ni dejaron de meter la mano en la ANSES.

La derrota de Milei ha sido, en buena parte, construida por los viejos y viejas luchadores de los miércoles. Esta semana tenemos que estar, más que nunca.

Es momento de redoblar la movilización por una jubilación mínima equivalente al costo de la canasta familiar. Frente a la tentativa de ´mantener el rumbo´ o formar una mesa de ´unidad nacional´ con los gobernadores, contra los trabajadores, tenemos que valernos del golpe sufrido por el gobierno para hacer avanzar el reclamo.

Se cumplen, además, seis meses de la represión del 12 de marzo, cuando Gendarmería casi mata al fotógrafo Pablo Grillo y Patricia Bullrich lo culpó por ´estar donde estaba´, por ser militante peronista y atribuyó la herida infringida a un desgraciado ´rebote´ que nunca existió. Los dispositivos represivos de los miércoles nunca se detuvieron a medir consecuencias: los golpes, los carros de asalto, las motos, los gases, el ´blindaje´ de varias cuadras alrededor del Congreso, detenciones al voleo, provocaciones.

Este miércoles, al gobierno liberticida, no le damos tregua. No se la dimos cuando le votaban la Ley Bases, no se la vamos a dar ahora, que está en pleno derrumbe político.

Por una jubilación mínima de $ 2.000.000. Por la restitución del 82 % vital y móvil. Justicia por Pablo Grillo. El miércoles, a las 15, todos al Congreso.

Al gobierno de la ultraderecha, pongámoslo nocaut con la huelga general.

Revista EDM